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Oviedo: qué ver, qué hacer y dónde comer para disfrutar al máximo de la ciudad
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Oviedo: qué ver, qué hacer y dónde comer para disfrutar al máximo de la ciudad

En la actualidad, la ciudad es la capital del Principado de Asturias, centro comercial, universitario, religioso y administrativo

Foto: Oviedo.
Oviedo.

Historia de la ciudad

El origen de Oviedo, la ciudad que todavía hoy ostenta los títulos de «muy noble, muy leal, benemérita, invicta, heroica y buena», se remonta a tiempos del Reino de Asturias, cuando surge sobre una colina que los romanos llamaban Ovetao.

Aunque la historia cuenta que sus fundadores fueron, allá por el año 761, el monje Máximo y su sobrino Fromestano, su verdadero impulsor fue el rey Fruela I, hijo de Alfonso I de Asturias (yerno y sucesor del rey Pelayo).
Su decisión de construir un palacio y una iglesia muy cercanas entre sí y de trasladar allí la residencia de su mujer, Munia, que más tarde daría a luz a Alfonso II el Casto, cambió para siempre el destino de la ciudad.

Tras la muerte de Fruela, se sucedieron los reinados de los reyes Aurelio (768-774), Silo (774-783), Mauregato (783-788) y Bermudo (788-791) hasta que su auténtico sucesor, su hijo Alfonso II, llegó al trono. Lugar que no abandonaría ya hasta 51 años después, dejando tras de sí un excelente y recordado gobierno.

Él fue precisamente el encargado de trasladar la capital del Reino de Asturias desde Pravia hasta Oviedo, convirtiendo también la ciudad en sede episcopal. La fortificó, la dotó de palacios, iglesias… haciéndola vivir así momentos de máximo esplendor.

Ya en los siglos siguientes (XIII-XVI), Oviedo conoce su desarrollo como ciudad medieval, rasgos que aún conserva en su trazado actual.

La fundación de la Universidad por Fernando de Valdés Salas, a comienzos del siglo XVII, el impulso dado por la nobleza urbana, en el XVIII, el crecimiento industrial y el ensanche urbanístico de la calle Uría, centro neurálgico de la ciudad, y finalmente el desarrollo administrativo y comercial, llevado a cabo en el siglo XX, terminaron por dar forma a la Oviedo que ha llegado hasta nuestros días.

En la actualidad, la ciudad es la capital del Principado de Asturias, centro comercial, universitario, religioso y administrativo. En ella se ubican la sede de la Junta General del Principado o del Museo de Bellas Artes de Asturias, y está reconocida como una de las ciudades con mayor calidad de vida de Europa, según la Comisión Europea.

La Catedral de Oviedo

Catedral de estilo gótico, es conocida también como Sancta Ovetensis, refiriéndose a la calidad y cantidad de las reliquias que contiene.
Aunque es un dato desconocido por muchos, en ella se inició el camino de Santiago en tiempos del rey Alfonso II el Casto, cuando él emprendió viaje a Santiago de Compostela tras la aparición de la tumba del apóstol Santiago en la ciudad gallega. Es precisamente de ahí de donde viene el dicho bien conocido entre los peregrinos:

«Quien va a Santiago y no al Salvador (en referencia al santo de esta catedral), visita al criado y no al señor».

Su arquitectura pretende expresar, simbólicamente, el deseo de Dios que anida en el corazón del hombre y que se manifiesta a través de un impulso hacia el infinito expresado en una volumetría con tendencia hacia lo alto.

Una de las curiosidades de la Catedral de Oviedo es que tiene una sola torre y no dos, como suelen tener las demás catedrales repartidas por España. Esto es porque al empezar con la segunda (como estaba en el proyecto del arquitecto Juan de Buyeres) no había suficientes fondos para construirla, por lo que hubo que modificar el proyecto y la Catedral quedó con una sola torre. Esto la hace una de las catedrales más singulares de nuestro país.

COMPRA DE ENTRADAS Y HORARIOS

La visita a la Catedral puede realizarse de 10:00 a 19:00 en horario ininterrumpido de lunes a viernes y de 10:00 a 17:00 los sábados. Los domingos, el templo permanece cerrado para las visitas. [Consulte aquí el calendario completo de visitas]

La entrada general tiene un precio de:
Individual (con audioguías), personas de 13 a 65 años: 7 euros.
Jubilados (con audioguías), grupos de más de 15 personas: 6 euros.
Escolares de 12 a 18 años con profesor, alumnos universitarios: 5 euros.
Peregrinos con credencial, familias numerosas y desempleados: 4 euros.

Visita parcial (Cámara Santa, Museo y Claustro):
Público general: 5 euros.
Peregrinos con credencial, familias numerosas y desempleados: 3 euros.
Escolares de 12 a 18 años con profesor, alumnos universitarios: 4 euros.

Tienen derecho a entrada gratuita: discapacitados, escolares de Primaria con profesor, menores de 12 años acompañados de adulto, grupos de catequesis de Asturias con sacerdote, personas que acudan a la Catedral a las celebraciones litúrgicas, a confesar o a visitar al Santísimo Sacramento. Escolares de Asturias con profesor de religión.

Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo

Situados en la falda del monte Naranco, conforman el complejo arquitectónico por excelencia del prerrománico astur.

Aunque inicialmente Santa María del Naranco se proyectó como un Aula Regia durante el mandato de Ramiro I en el año 842, la destrucción de la cabecera y parte de las naves de la cercana San Miguel de Lillo, erigida a tan solo 100 metros de distancia, motivó que finalmente fuera transformada en iglesia.

Tiene una planta rectangular de 21 metros de largo por seis de ancho, y está dividida en dos pisos, con una altura total de unos nueve metros, resultando una planta bastante alargada. En sus lados mayores existen dos salientes, de los cuales el del lado norte corresponde a una escalera de dos tiros por la que se accede a la planta superior.

Por su parte, la iglesia prerrománica de San Miguel de Lillo también fue mandada edificar hacia el 842 en honor a San Miguel Arcángel. Posiblemente es, según la crónica Albeldense, la que el monarca mandó construir junto a sus palacios con función de iglesia palatina.

Originalmente, tuvo planta basilical de tres naves, pero solo se conserva una tercera parte de su longitud, porque durante el siglo XIII o principios del XIV se arruinó, posiblemente a causa de las malas condiciones del suelo. Se conserva únicamente el vestíbulo y el arranque de sus tres naves. Sobre el primero, se encuentra la tribuna real, flanqueada a ambos lados por dos pequeñas estancias.

Ambos templos fueron declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1985.

COMPRA DE ENTRADAS Y HORARIOS

Las visitas son siempre guiadas, excepto los lunes, que son gratuitas. El resto de días su precio es de tres euros por persona.

Horario de verano (1 de abril a 30 de septiembre): abierto de 9:30 a 13:00 y de 15:30 a 19:00, de martes a sábado; y de 9:30 a 13:00, los lunes y domingos.
Horario de invierno (1 de octubre a 31 de marzo): abierto de 10:00 a 14:30, de martes a sábado; y de 10:00 a 12:30, los lunes y los domingos.

Los monumentos permanecen cerrados los días 1 y 6 de enero, 8 y 21 de septiembre, y 25 de diciembre.

San Julián de los Prados

La iglesia prerrománica de San Julián de los Prados es el más antiguo y mayor de los edificios prerrománicos que aún se conservan. Construida durante el reinado de Alfonso II el Casto (791-842), fue dedicada a San Julián y su esposa Santa Basilisa. En el año 896, fue donada a la catedral de Oviedo junto ''con sus palacios, baños y triclinios'' por Alfonso III el Magno.

Es un templo espacioso que presenta claramente definidos los caracteres propios de este estilo. Consta de planta basilical latina de tres naves, crucero formado por una gran nave transversal, cabecera tripartita con tres capillas cuadradas cubiertas con bóvedas de cañón, pórtico a los pies y cuartos laterales.

Fue declarada Monumento Histórico Artístico en junio de 1917 y Patrimonio de la Humanidad el 2 de diciembre de 1998.

COMPRA DE ENTRADAS Y HORARIOS

De octubre a abril: abierto de 10:00 a 12:30, de lunes a sábado
De mayo a junio: abierto de 10:00 a 12:30 los lunes y de 10:00 a 12:30 y de 16:00 a 18:00 de martes a sábado
De julio a septiembre: abierto los lunes de 10:00 a 13:00; de martes a viernes, de 9:30 a 13:00 y de 16:00 a 18:00; y los sábados de 9:30 a 12:30 y de 16:00 a 18:00.

Cerrado los domingo, festivos y el 1 y el 6 de enero, el 2 de mayo y el 8 y 25 de diciembre.
El primer lunes de cada mes la entrada es gratuita y el resto de días la entrada general cuesta dos euros.l

El Campo San Francisco

El Campo San Francisco es el auténtico pulmón de la ciudad. Situado en pleno centro, junto a la comercial calle Uría, es uno de los lugares más significativos de la capital del Principado de Asturias.

Antiguo bosque perteneciente a un convento franciscano (al que debe su nombre) que constituía el límite de la ciudad, dependió del convento hasta la desamortización de Mendizábal en 1836, año en que pasó a manos del Ayuntamiento de Oviedo y fue transformado en jardín botánico.

Allí creció el famoso Carbayón de Oviedo, del que procede el gentilicio popular de carbayones con el que son conocidos los habitantes de la ciudad, y que fue derribado para acometer el ensanche de la Calle Uría en 1879.

Dentro del recinto destacan el Paseo del Bombé, la Fuente del Caracol, el Paseo de los Curas, la Estatua de San Francisco, el Escorialín, el Estanque de los Patos, el Paseo de la Rosaleda y el Quiosco de la Música.

Además, el Campo San Francisco cuenta desde octubre de 2014 con una ilustre inquilina. Si busca bien, en uno de los bancos del parque, cercano al estanque de los patos, podrá encontrar una estatua de Mafalda, el célebre personaje creado por Quino. Dicha figura fue creada por Pablo Irrgang con motivo del premio Príncipe de Asturias con el que Quino fue galardonado.

Actualmente, el Ayuntamiento utiliza las instalaciones del parque para la realización de actos y conciertos de música dentro de la programación cultural de la ciudad de Oviedo.

Teatro Campoamor y los Premios Princesa de Asturias

El Teatro Campoamor se construyó en 1876 para dotar a la ciudad de un marco idóneo para las representaciones operísticas y teatrales.

Tras haber conocido diversas obras de modernización técnica a lo largo de las dos últimas décadas, el teatro sigue funcionando a pleno rendimiento, y dentro de los muchos actos que se celebran en él cabe destacar la temporada de ópera de Oviedo.

Pero si por algo es conocido internacionalmente este teatro es por ser la ‘casa’ de los Premios Princesa de Asturias (Premios Príncipe de Asturias hasta 2014), galardones destinados a reconocer la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas o instituciones, y consolidar los vínculos existentes entre el Principado de Asturias y el título que tradicionalmente ostentan los herederos de la Corona de España.

Estos premios suponen el galardón más importante que se entrega en España, y a la ceremonia de entrega anual asisten personalidades del mundo cultural, empresarial y deportivo de España, así como autoridades políticas del Gobierno regional y nacional.

Cada premio consta de un diploma, una escultura de Joan Miró representativa del galardón, una insignia con el escudo de la Fundación Princesa de Asturias y una dotación en metálico de 50.000 euros.

Las Caldas Villa Termal

Pero como no solo de cultura vive Oviedo, le proponemos ahora un cambio de tercio para descansar los pies después de un largo día de visitas. Nuestro destino es la Villa Termal de Caldas, a tan solo ocho kilómetros de la ciudad.

Situada en un paraje natural excepcional, en la ribera del Río Nalón, de sus entrañas brotan aguas minero medicinales muy apreciadas desde tiempos remotos, de ahí que este centro se haya consolidado como un lugar perfecto para unificar en un todo salud, ocio y bienestar.

Aquí podrá disfrutar del poder terapéutico y relajante de las aguas termales de los tradicionales balnearios, junto al más sofisticado y moderno equipamiento para disfrutar del único manantial termal de Asturias.

El balneario abrió sus puertas por primera vez en 1776 y en la actualidad sigue siendo un referente nacional.

Pinche aquí para más información sobre la estancia y tratamientos que se pueden realizar en las instalaciones de Las Caldas Villa Termal.

Carbayones, moscovitas y turrón

Si hay unos dulces por excelencia que representen a la ciudad de Oviedo, esos son sin duda los carbayones. Se trata de una de las especialidades más clásicas de la repostería asturiana, cuyo origen se remonta a principios del siglo pasado. Elaborados a partir de una base de hojaldre rellena de una masa cremosa de almendra, con un baño final en yema y azúcar, harán las delicias de los más golosos.

Una vez probados los típicos carbayones, es la hora de hacer lo propio con las moscovitas. Mucho cuidado, porque el que prueba una ya no puede parar. Estas finas pastas de almendra marcona seleccionada y nata, bañadas con una cobertura de chocolate de primerísima calidad, han llevado a la fama nacional a la confitería Rialto, en la calle San Francisco 12.

La Mallorquina, en la calle Milicias Nacionales 5, también es otro de esos sitios con solera en los que poder darse un homenaje a media tarde. Como recomendación, sus tradicionales mallorquinas, galletas de almendra marcona picada y entrelazada con una crujiente y riquísima masa de nata, azúcar y harina, todo ello bañado por una fina capa de chocolate, se llevan la palma.

Y para días de verano o celebraciones navideñas, la parada obligada está en Turrones y Helados Diego Verdú, en la calle Cimadevilla 7. Solo por el encanto de su viejo establecimiento merece la pena la visita, pero el gusto de sus creaciones artesanales le dejará rendido definitivamente a sus pies. Los amantes del turrón en todas sus versiones, blando, duro y en helado, podrán llevarse de aquí un buen botín.

Gascona: el bulevar de la sidra

La calle Gascona, situada en el corazón de Oviedo, es la calle sidrera por excelencia, y la agrupación de sus hosteleros ha dado como resultado el proyecto del 'bulevar de la sidra'.

Las 13 sidrerías que lo conforman realizan diferentes actividades para que sus clientes y visitantes disfruten de todo aquello que Asturias puede ofrecer: cultura, tradición y gastronomía, mucha gastronomía.

Se hace difícil resaltar un local sobre otro, pero en esta ocasión recomendaremos, en Gascona1, Tierra Astur. Todo un clásico que también puede encontrar en Gijón, Colloto y Avilés. Es un todo en uno de los platos más típicos de la gastronomía más tradicional del Principado. El paté de cabracho, los tortos con picadillo, cachopo en todas sus versiones y su tradicional tarta de la abuela dejarán al comensal más que satisfecho.

En Gascona 19, La Cabaña. La mejor sidra escanciada profesionalmente, exquisita comida tradicional asturiana y buen ambiente. No se pueden dejar de catar su fabada, sus fabes con almejes y sus arroces y mariscos.

Y por último, en el número 4, La Finca Sidrería Agrobar: un concepto único en el que tradición e innovación van de la mano. Sus productos son de primera calidad y cien por cien asturianos. El salpicón de ecoverduras y frutos del mar, el pitu de corral frito con ajos y espuma de alioli y la Copa Dalqui de fresa (para los más golosos) son algunos de sus platos estrella.

Restaurantes en Oviedo

Si el 'bulevar de la sidra' no termina de saciar su apetito, no se preocupe, porque la oferta gastronómica de la capital del Principado es tan amplia que la opciones para sentarse a la mesa nunca se acaban. Vámonos pues de restaurantes.

A la cabeza en críticas positivas por parte de los expertos y valoraciones de sus clientes encontramos el Restaurante Del Arco, en la plaza de América 6. Este clásico de la restauración ovetense desde 1982, reconocido con un SOL en la Guía Repsol de 2016, ofrece entre sus especialidades salteado de chipirones con verduras de temporada o la merluza al horno.

Aunque mantiene una apuesta por la vanguardia, la línea de cocina de Casa Fermín, San Francisco 8, ha ido evolucionando con los tiempos. Atún rojo con toffee de vermut y naranja, lubina con callos y patata morada, Steak Tartar con helados de mostaza y jalapeños verdes... más apetecible no puede ser.

En el número 24 de la calle Cervantes se encuentra un innovador espacio con la base de una tradicional casa de comidas asturiana, con platos de siempre y preparaciones vanguardistas: Gloria Oviedo by Nacho Manzano. El chef, Nacho Manzano, el cocinero asturiano más galardonado, presenta platos deliciosos como el arroz con pitu caleya, tortos de maíz, llámpares o merluza frita a la romana con salsa de jalapeños.

Reserve con algo de tiempo, porque no siempre es fácil encontrar mesa en Ca Suso, Marqués de Gastanaga 10. Iván y Vicente Feito mantienen el joven pero sólido prestigio de su atractivo restaurante con creaciones como la carne gobernada al estilo morrina de Oviedo o con el lomo de bacalao confitado al pil pil sobre crema de potaje. De postre, arroz con leche de tayuelu.

Y para terminar, todo un clásico, La Chalana, Santa Clara 4. No salga de este grupo de restaurantes, que ya tiene representación en Madrid, sin probar su arroz caldoso con pixín y langostinos o su caldereta de pescados y mariscos con bogavante.

Historia de la ciudad

El origen de Oviedo, la ciudad que todavía hoy ostenta los títulos de «muy noble, muy leal, benemérita, invicta, heroica y buena», se remonta a tiempos del Reino de Asturias, cuando surge sobre una colina que los romanos llamaban Ovetao.

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