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Dónde comer en Toledo: bares, qué hacer y qué ver para disfrutar de la ciudad
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Dónde comer en Toledo: bares, qué hacer y qué ver para disfrutar de la ciudad

Esta ciudad castellanomanchega es el entorno ideal para disfrutar de una amplia oferta turística que comprende, entre otros, gastronomía, monumentos, historia y diversión

Foto: Panorámica de la ciudad de Toledo (CC/Diliff)
Panorámica de la ciudad de Toledo (CC/Diliff)

Historia de la ciudad

Desde la madrileña Puerta del Sol hasta el Alcázar de Toledo hay, según Google Maps, 74,6 kilómetros y 61 minutos de recorrido en coche -si los atascos en carretera nos dan un respiro y permiten disfrutar del viaje sin contratiempos-. La distancia entre estas dos ciudades es tan corta que pocos son los madrileños que no se han animado alguna vez a hacer una excursión a la ciudad vecina para contemplar en persona sus múltiples atractivos turísticos y gastronómicos.

Capital del reino visigodo bajo el reinado de Atanagildo, por sus empinadas calles se han gestado grandes decisiones. Entre ellas, por ejemplo, la conversión al catolicismo de Recaredo o el establecimiento de la ciudad como punto estratégico en el gobierno de Carlos V al declarar la ciudad como capital de su imperio. Fue en el periodo de su reinado cuando se buscó una reforma integral del mapa para dotarlo de un halo de modernidad, y para eso se solicitó a Juan de Herrera -arquitecto de la Corte- renovar el trazado de la plaza de Zocodover con el objetivo de resaltar el lugar.

El nombre de Toledo proviene de la época romana, momento en el cual se denomina a la zona como Toletum. Su ubicación la convertía en un enclave de especial importancia a nivel táctico, pues la ciudad estaba en la calzada que unía Zaragoza y Mérida y todos los emperadores italianos encontraron en ella un punto sobre el que no debían perder la atención para seguir manteniendo la hegemonía de la región.

Con el paso de los siglos, y tras el dominio visigodo, la ocupación árabe le cambió el nombre por el de Tolaytola. La ciudad cayó bajo el control musulmán y pasó a engrosar los dominios del Califato de Córdoba -fue en esta época cuando se construyen varios baños, zocos y hasta una docena de mezquitas, incluida la mezquita mayor, que se ubicaba en el lugar que actualmente ocupa la Catedral toledana-, hasta que en 1085 Alfonso VI reconquistó Toledo. Desde entonces, la ciudad ocupó un papel fundamental, por ejemplo, en el reinado de los Reyes Católicos y posteriores monarcas.

Como curiosidad, la que fuera antigua sede de la Corte de Castilla puede presumir de 'prestar' su nombre a 12 ciudades fuera de España: siete en Canadá y cinco en Estados Unidos.

En la imagen que acompaña a este texto, 'Vista del Alcázar de Toledo desde la plaza de Zocodover', de Jenaro Pérez Villaamil.

Alcázar de Toledo

Echar un vistazo al horizonte de Toledo termina, inevitablemente, con el foco de atención puesto sobre su alcázar. Rodeado de edificios mucho menos llamativos, tanto en forma como en grandiosidad, este monumento es uno de los más destacados de la ciudad. Esta imponente construcción de oscuros tejados está situada a 548 metros sobre el nivel del mar y debe su nombre a la época musulmana de la ciudad: 'al qasar' -traducido como 'fortaleza'- derivó en el actual 'alcázar'.

Bajo el domino romano, fue un palacio. Más tarde, con los visigodos pisando tierras toledanas, sirvió como residencia para los sucesivos reyes, siendo restaurado durante los reinados de Alfonso VI, Alfonso VII, Alfonso VIII y Fernando III. No fue hasta el reinado de Alfonso X 'el Sabio' cuando se completó la fachada oriental y se ordenó levantar las cuatro torres de planta cuadrada que conforman las esquinas del edificio.

El alcázar ha sufrido en sus cimientos una serie de incendios que casi le 'cuestan la vida'. El primero de ellos, en 1710, fue provocado por el Ejército durante la Guerra de Sucesión. La restauración corrió a cargo del arquitecto Ventura Rodríguez, que pudo ver cómo después de realizar las obras se instaló en las inmediaciones del edificio la Real Casa de Caridad. Después, en 1810, el fuego consumió la construcción durante la Guerra de la Independencia y de ella tan sólo sobrevivió la estructura principal del edificio. Sin haber sido recuperado por completo, un tercer incendio desatado en la biblioteca asoló el alcázar en 1887.

Mucho más tarde, y tras haber sido utilizado para múltiples usos –entre los que destaca el haber sido sede del Colegio de Infantería–, las tropas de la II República destruyeron el alcázar después de haber sido asediado durante 70 días. Dentro resistía el sublevado José Moscardó, que fue liberado el 27 de septiembre de 1936. La propaganda de Franco convirtió su resistencia en una heroica proeza y el Alcázar se convirtió en todo un mito.

En la actualidad, el alcázar actúa como sede de la Biblioteca de Castilla-La Mancha y sede del Museo del Ejército.

COMPRA DE ENTRADAS Y HORARIOS

El Museo del Ejército se puede visitar de lunes a domingo en horario de 10 a 17 horas. Todos los miércoles está cerrado, así como los días 1 y 6 de enero, 1 de mayo y 24, 25 y 31 de diciembre. La taquilla permanece abierta hasta 30 minutos antes de la hora de cierre del Museo.

El precio de la entrada es de 5 euros, aunque pueden disfrutar de la tarifa reducida de 2,5 euros los grupos de 15 miembros o más que estén relacionados con instituciones de carácter cultural o educativo. Además, pueden entrar gratis los menores de 18 años y todas las personas que cumplan alguno de los requisitos previstos por el Museo del Ejército –consulta en este enlace–.

La visita puede realizarse de manera gratuita todos los domingos de 10 a 17 horas, así como el 29 de marzo, 18 de abril, 18 de mayo, 12 de octubre y 6 de diciembre.

Catedral Primada

Hace diez siglos que la Iglesia Mayor de Toledo ostenta el título de primada sobre las demás del reino. Así las cosas, para dotarla de la importancia que merecía tal categoría, en 1226 comenzó a levantarse sobre la antigua mezquita mayor el edificio que hoy compone la Catedral de la ciudad. Además de conocerse el nombre del rey que gobernaba por aquel entonces –Fernando III 'el Santo'–, la identidad de los primeros maestros de obra también ha pasado a la Historia: Martín y Petrus Petri.

Con clara influencia francesa, la Catedral de Toledo refleja un singular estilo gótico en sus 120 metros de largo y 60 de ancho. Cinco naves, 88 columnas, una torre de 90 metros y 72 bóvedas componen la arquitectura del edificio, prolongándose las naves laterales por detrás de la conocida como Capilla Mayor. Estas estancias no pudieron finalizarse hasta el siglo XIV, misma época de construcción del claustro bajo.

Conocida como Catedral de Santa María de Toledo, esta edificación fue declarada Patrimonio de la Humanidad por su grandiosidad y belleza. En su fachada destacan las tres portadas principales que dan la bienvenida a sus visitantes: la Puerta del Infierno, la Puerta del Juicio Final y la Puerta del Perdón –de izquierda a derecha–. La última de ellas data del siglo XV y debe su nombre a los indultos que se concedían a los penitentes que la cruzaban. En la actualidad, la Puerta del Perdón sólo se abre cuando un nuevo arzobispo toma posesión de la Catedral o en las grandes ocasiones.

Entre las curiosidades de la Catedral destaca la Puerta del Reloj, una sección de la fachada norte que comenzó a levantarse a principios del siglo XIV. Sobre el pico del arco que decora este lugar puede contemplarse un reloj de esfera blanca que marca el paso del tiempo con sus agujas en forma de flecha. Las vidrieras que coronan esta puerta son unas de las más antiguas y preciadas del templo.

COMPRA DE ENTRADAS Y HORARIOS

La visita a la Catedral puede realizarse de 10 a 18 horas de lunes a sábado, y los domingos y días de Precepto en horario de 14 a 18 horas. El templo permanece abierto todos los días salvo el 1 de enero, el 25 de diciembre y en los casos en los que alguna celebración lo requiera [Consulte los días con horario especial]

El precio del ticket de acceso es de 11 euros, un coste que incluye la entrada al templo primado, los museos, la capilla de Reyes, el claustro y la Torre de las Campanas (la audioguía está incluida). La visita es gratuita los domingos por la tarde, previa presentación de documento acreditativo de nacionalidad española. Los grupos, previa solicitud, tienen descuento.

Puentes de Alcántara y San Martín

La primera reconstrucción del Puente de Alcántara tuvo lugar en el siglo X, momento durante el cual el tercero de sus arcos desapareció al quedar rellenado con materiales que le aportaran consistencia a la estructura. Esta vía de tránsito sobre el río Tajo, que une la ronda de Juanelo y la avenida de Castilla-La Mancha, se vio debilitada durante el reinado de Alfonso X 'el Sabio'.

Decorado bajo el gobierno de los Reyes Católicos, se puede encontrar en su torreón el escudo de armas de estos monarcas. Sin embargo, y como curiosidad, la granada que éste incorporó después de la reconquista de la ciudad homónima no aparece en el viaducto: aún los musulmanes no se habían rendido.

Su torreón oriental fue sustituido en 1721 por un arco triunfal barroco que le aporta al puente una arquitectura diferente integrada a la perfección con los elementos más antiguos. Justo dos siglos más tarde, en 1921, el Puente de Alcántara fue declarado Monumento Nacional. En el mismo año, el Puente de San Martín también obtuvo esta denominación.

También sobre el río Tajo, el de San Martín une el paseo Recaredo con la carretera Navalpino desde que se alzara en el siglo XIII y fuera bautizado con el mismo santo que daba nombre a la parroquia a cuya jurisdicción pertenecía –San Martín–. Esta pasarela de cinco arcos quedó prácticamente arruinada durante la guerra entre Pedro I y Enrique II, pero por orden del obispo Pedro Tenorio volvió a recuperar a finales del siglo XIV el esplendor perdido por los combates.

Para los más pequeños, y los no tan pequeños que se quieran atrever, es posible lanzarse en la tirolina urbana más larga de Europa. Con una longitud de 180 metros, su cable de acero le trasladará desde el casco histórico de Toledo hasta las afueras con unas vistas únicas hacia el puente de San Martín. Es posible disfrutar la experiencia por un precio de 10 euros por persona, aunque hay descuentos disponibles. Fly Toledo abre todos los días 11 a 18:30 horas.

El Greco en Toledo

El 2014 fue el año del Greco. Un gran aplauso sirvió como colofón a 365 días donde este pintor griego fue el principal foco de atención de exposiciones, charlas, conferencias y un sinfín de actividades relacionadas con él. ¿El motivo? Celebrar los cuatro siglos del aniversario de su muerte. Doménikos Theotokópoulos –nombre real del artista– encontró todo un despliegue en su honor en Toledo, ciudad en la que falleció el 7 de abril de 1614.

De hecho, su obra está muy vinculada a esta localidad castellanomanchega. Gran parte de ella puede encontrarse en la Catedral primada, el Museo de Santa Cruz, la iglesia de Santo Tomé, el Hospital de Talavera o el convento de Santo Domingo el Antiguo. También en el Museo del Greco, el único en España dedicado en exclusiva a la figura de este pintor manierista.

El Greco llegó a España para quedarse, pues desde 1576 y hasta su muerte –es decir, 38 años– produjo en territorio español un amplio abanico de obras que forman parte de la historia de la pintura. Algunas de ellas ya no están expuestas en museos españoles, sino que han cruzado fronteras para llevar su legado más allá de los mares. 'La Asunción de la Virgen', 'Cristo crucificado con dos donantes' o 'La Adoración del nombre de Jesús' son algunos de los ejemplos que pueden disfrutarse en el Art Institute de Chicago, el Louvre parisino o la National Gallery de Londres.

Sus pinceladas son tan famosas que cualquier amante 'amateur' del arte podría distinguirlas. Pero si hay dos obras especialmente relevantes en su colección son 'La Inmaculada' y 'El entierro del conde de Orgaz'. La primera de ellas forma parte de un conjunto de cuatro pinturas dispersas geográficamente, descansando la mencionada en el Museo de Santa Cruz de Toledo. La segunda, creada de 1586 a 1588, puede contemplarse en la iglesia de Santo Tomé.

COMPRA DE ENTRADAS Y HORARIOS DEL MUSEO DEL GRECO

El Museo del Greco se puede visitar previo abono de 3 euros, 1,50 euros para grupos de cinco o más miembros que hayan solicitado el pago de tarifa reducida con al menos 15 días de antelación –consulta otros colectivos con descuentos aquí–. El ticket de acceso es gratuito los sábados a partir de las 14 horas, todos los domingos y los días 18 de abril, 18 de mayo, 12 de octubre y 6 de diciembre.

Del 1 de marzo al 31 de octubre, el Museo del Greco permanece abierto de 9:30 a 19:30 horas; mientras que del 1 de noviembre al 28 de febrero el horario es de 9:30 a 18 horas. Durante todo el año, los domingos y festivos tienen un horario de apertura de 10 a 15 horas.

Cierra los lunes y los días 1 de enero, 6 de enero, 1 de mayo, 24 de diciembre, 25 de diciembre y 31 de diciembre.

COMPRA DE ENTRADAS Y HORARIOS PARA LA IGLESIA DE SANTO TOMÉ

Disfrutar en primera persona del cuadro del Greco 'El entierro del conde de Orgaz' es posible pagando los 2,50 euros que cuesta la entrada en las taquillas de la iglesia de Santo Tomé. El horario de visita es ininterrumpido de 10 a 18:45 horas en el periodo que oscila del 1 de marzo al 15 de octubre; mientras que del 16 de octubre al 28 de febrero se reduce una hora (de 10 a 17:45 horas).

Mazapán de Toledo

Toledo ha conseguido el honor de ser este año Capital Española de la Gastronomía. Esta denominación, otorgada por la Federación Española de Hostelería (FEHR) y la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET) supone “todo un reto y toda una distinción para la gastronomía de calidad que tiene la ciudad y la región”, tal y como puede leerse en la página web de Turismo de Toledo.

Entre la amplia variedad de platos típicos y productos que ofrece la ciudad, el mazapán ostenta un lugar predominante. Los escaparates de tiendas, pastelerías y cafeterías quedan abarrotados por tabletas de este riquísimo dulce cuya época de consumo alcanza sus puntos máximos en Navidad. Sin embargo, en Toledo se vende y se compra mazapán durante todo el año, pues su fama es tal que todo el que pisa calles toledanas hace acopio de tan suculento manjar –sobre todo en su forma de 'anguila' decorada con frutas confitadas–.

Cuenta la leyenda que fueron las monjas del convento de San Clemente las que idearon la receta original del mazapán, allá por los años donde los musulmanes sitiaban la ciudad y se necesitaban alimentos que proporcionaran mucha energía –almendras y azúcar– y que se conservaran bien con el paso de los días. Sin embargo, la primera cita expresa que menciona cómo elaborar el mazapán data de 1525. Casi un siglo después, en 1615, se publicó la primera ordenanza que dictaba la forma adecuada para fabricar este dulce.

No puedes irte de Toledo sin ver el escaparate de la Pastelería Casa Telesforo en la Plaza de Zocodover: siempre tienen alguna representación de un monumento elaborado a base de mazapán.

RECETA DEL MAZAPÁN DE TOLEDO

Ingredientes

- 250 gramos de harina de almendras
- 250 gramos de azúcar en polvo
- Un huevo
- Dos cucharadas de agua

Modo de preparación

- Amasar la harina de almendras con las dos cucharadas de agua hasta conseguir una mezcla uniforme que dejaremos durante dos horas en un lugar fresco.
- Modelar la masa con la forma elegida: figuritas, barras, bolitas…
- Separar la yema de la clara del huevo y, después de ser batida, utilizarla para 'pintar' las figuritas con un pincel de pastelería.
- Sobre una bandeja de horno, poner un papel vegetal y colocar el mazapán. Hornear durante tres minutos a 200 grados –o esperar hasta que la superficie adquiera un tono dorado.
- Si se quiere aromatizar el mazapán, añadir ralladura de limón y canela a la harina de almendras durante su amasado con el agua.

Damasquinado y espadas de Toledo

"Labor de adorno que se hace a una pieza de hierro u otro metal embutiendo filamentos de oro o plata en ranuras o huecos previamente abiertos”. Así define la Real Academia Española (RAE) la palabra 'damasquinado'. Sin embargo, para los toledanos este arte es mucho más que un término englobado en el diccionario en la cuarta letra del abecedario, y su venta a turistas nacionales y extranjeros provee de importantes ingresos al comercio de la región.

Son muchas las tiendas que ofrecen productos decorados siguiendo esta técnica artesanal y, aunque no sólo pueden encontrarse en Toledo, es en esta ciudad donde su elaboración puede contemplarse en algunos de los talleres donde se trabajan. La belleza del damasquinado “da como resultado un arte que se ha convertido, junto a la de las armas blancas, en una seña identificativa de la ciudad de Toledo durante toda su historia”, puede leerse en la web de Turismo de la ciudad.

Y es que la espadería es otro de los oficios que se desarrollan en la capital castellanomanchega. El trabajo del metal sigue siendo artesano en pro de la gloria que su fama ha enarbolado. Las mejores espadas de los siglos XVI y XVII se fundían en Toledo, incluso cuenta la leyenda que el agua del Tajo con que se enfriaban contenía propiedades milagrosas que ayudaban a que el acero se convirtiera en invencible.

En algunos comercios toledanos es posible adquirir reproducciones históricas de famosas espadas como, por ejemplo, la de Carlomagno, Julio César o Salomón; además de otras más modernas que han pasado a formar parte de los anales del cine. Entre ellas, una copia de la espada de Bilbo Bolsón en 'El Señor de los Anillos' o el letal acero de Xena, la princesa guerra.

Restaurantes en Toledo

La gran afluencia de turistas que acoge Toledo ha sido una de las razones que ha motivado que entre sus calles se esparzan restaurantes de todo tipo. Desde cocina tradicional hasta platos de autor, pasando por gastronomía internacional y menús caseros que hacen las delicias de todos los que los prueban. Desde 'El Confidencial' hacemos un repaso por algunos de los establecimientos que le harán la boca agua… literalmente.

- Restaurante El Ábside: esta propuesta del Hotel María Cristina ha cumplido ya un cuarto de siglo ofreciendo lo mejor a sus clientes. Abre de lunes a sábado y dispone tanto de servicio a la carta como de menú del día. Precio medio por persona: 27 euros.

- Parador de Toledo: el restaurante de este emplazamiento ofrece una panorámica sin igual de la ciudad de Toledo, con la Catedral, el Alcázar y las sinagogas recortando el horizonte. Dispone de servicio de carta, menús de temporada y menú sin gluten para celiacos. Precio medio por persona: 33 euros.

- Restaurante Hierbabuena: la página web del establecimiento asegura que, desde sus mesas, se disfrutan “las mejores vistas del Valle de Toledo”. Ganador del certificado de excelencia de TripAdvisor en 2015, entre sus platos estrellas se encuentra la hamburguesa de ciervo y las alcachofas. Precio medio por persona: 34 euros.

- La Hacienda del Cardenal: al restaurante de este hotel se accede a través de la muralla medieval de Toledo que circunvala una antigua residencia de recreo del siglo XVII. Su horno de leña prepara unos exquisitos asados de cordero y cochinillo. Entre semana ofrece el 'menú Ejecutivo' –con, entre otros, tartar de salmón, pluma ibérica y tiramisú– a un coste de 25 euros. El precio medio por persona de la carta es de 30 euros.

- Casa Adolfo: 35 años a sus espaldas respaldan la calidad de este restaurante situado sobre una casa mudéjar del siglo IX y una datada en el siglo XII. Cierra los lunes y los domingos por la noche, pero el resto de la semana se pueden degustar sus chipirones de potera o su lechón asado. Precio medio por persona: 70 euros.

Bares en Toledo

Aunque la fama de los bares de tapas suele recaer en Andalucía –aquí puede echar un vistazo a los más típicos de Granada–, en Castilla-La Mancha también es posible pedir 'otra ronda' al salir con los amigos o en familia. A continuación se expone una selección de algunos de ellos aunque, sin duda, lo mejor es que se anime a hacer un viaje a Toledo y complete usted mismo su propia lista.

- El Trébol: los restos de la histórica muralla islámica de Toledo ambientan esta moderna cervecería de la calle Santa Fe, 1. Muy típico degustar sus 'bombas' –patata asada rellena de carne, alioli y tomate– a 3,50 euros cada una o sus pulguitas de ciervo –2,80 euros por pieza–.

- Alfileritos 24: taberna y restaurante con amplia variedad de productos y platos, incluidos algunos 'gluten free'. Muy solicitada su receta de 'carcamusas', un plato tradicional que se suele servir como tapa y que incluye ingredientes tan sabrosos como la carne de ternera y las verduras de temporada. Está en la calle que da nombre al local: Alfileritos, 24.

- El Embrujo: déjese llevar por el picoteo variado que ofrece este bar toledano calificado por algunos de sus clientes como “de los de toda la vida”. Su buena calidad contrasta con el precio no excesivamente caro de su carta. Lo puede encontrar en la calle Santa Leocadia, 6, donde recurrir a su tapa de oreja a la plancha es todo un clásico.

- Kiosko Base: su aspecto exterior recuerda más a un agradable chiringuito de playa que a la idea preconcebida de las clásicas tabernas. Sus inmejorables vistas le procuran un aliciente extra a sus clientes –entre los que se incluyen cantantes tan famosos como Manolo García o Maná–, que no se van sin probar sus migas con huevo. En Carretera de Circunvalación, s/n, al lado de la capilla de la Virgen del Valle donde es muy típico entrar a tocar la campana.

- La Abadía: establecido en una Casa de Oficios del siglo XVI, este bar de la plaza de San Nicolás, 3, dispone de platos típicos manchegos. Su fama recoge un amplio catálogo de cervezas –más de 30 referencias nacionales e internacionales– que se puede disfrutar mientras se descansa rodeado de una arquitectura en forma de cueva con aljibes abovedados.

Pubs y bares de copas en Toledo

La noche toledana es un buen escenario para disfrutar de los pubs y bares de copas de la ciudad. Tanto en el casco histórico como en zonas algo más alejadas del centro es posible entrar en locales donde se escucha buena música y se sirven copas muy cerca de la pista de baile. Estas son algunas de las opciones.

- Pícaro: ofrece desde conciertos nocturnos hasta sesiones de DJ. Referente en la ciudad por su variedad de eventos musicales, es uno de los locales más emblemáticos de Toledo. Se encuentra en la calle de las Cadenas,6, donde desde 1999 lleva dedicando a sus clientes “una nueva forma de entender la noche”, según puede leerse en su página web.

- El Círculo de Arte: esta asociación cultural de ámbito nacional con sede en Toledo carece de ánimo de lucro. Todos los beneficios que obtiene se dedican al desarrollo de otras actividades gratuitas y al mantenimiento de la propia entidad.

En ella se desarrollan conciertos y exposiciones que por la noche, de 21 horas hasta la madrugada, se traducen en fiestas y bailes. Disfrútelos en la plaza de San Vicente, 2, donde se ubica esta sala cultural que se utilizó en la antigüedad como iglesia.

- La venta del alma: los múltiples salones de esta antigua venta de carros del siglo XVII sirven por la noche para albergar improvisadas discotecas donde dar rienda suelta a las caderas. En verano, su terraza se convierte en un 'chill out' fresquito para aguantar el calor. En invierno, un DJ ameniza las madrugadas mientras en la barra se sirven copas.

- Café Terraza de Recaredo: en frente del casco histórico de Toledo, en el parque de Recaredo s/n, este restaurante y cafetería también sirve copas hasta la una de la madrugada –los sábados, hasta las 2 horas–. Su terraza es un lugar con encanto en verano, pues desde ella se puede disfrutar del aire libre mientras se contempla el barrio de la judería.

- La cala del ron: en su perfil de Facebook, este local asegura haber estudiado la carrera de 'cómo hacer felices a las personas'. Quizá por ello su sala es una de las más solicitadas de Toledo –plaza de Cuba–, donde la decoración en madera invita a imaginar que los asistentes son protagonistas de una película de piratas. Abre todos los días de 19 a 1:30 horas, ampliándose el horario los viernes y sábados hasta las 2:30 horas.

Historia de la ciudad

Desde la madrileña Puerta del Sol hasta el Alcázar de Toledo hay, según Google Maps, 74,6 kilómetros y 61 minutos de recorrido en coche -si los atascos en carretera nos dan un respiro y permiten disfrutar del viaje sin contratiempos-. La distancia entre estas dos ciudades es tan corta que pocos son los madrileños que no se han animado alguna vez a hacer una excursión a la ciudad vecina para contemplar en persona sus múltiples atractivos turísticos y gastronómicos.

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