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"¿Puedo tomar suplementos alimenticios embarazada?" Depende de dónde vivas
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"¿Puedo tomar suplementos alimenticios embarazada?" Depende de dónde vivas

El etiquetado de estos productos puede indicar una cosa u otra en función del idioma en que se escriban las instrucciones. ¿Por qué ocurre esto?

Foto: El embarazo y las pastillas, una relación complicada
El embarazo y las pastillas, una relación complicada

"Estoy planteándome el embarazo, ¿supondría algún problema para continuar con la dieta?", preguntó Elvira Díaz (nombre o apellido ficticio), una periodista treintañera que trabaja en una consultora de mercados, a la dietista de Naturhouse, una popular empresa de franquicias especializadas en nutrición y dietética.

Foto:  Una espiga de trigo (Universidad de Tel Aviv)

Cada uno de sus centros tiene, además de un dependiente, un especialista en dietética encargado de hacer un diagnóstico para evaluar la relación del cliente con la comida y sus objetivos con la báscula. "Junto con la dieta me mandó unos suplementos de fibra, unas ampollas bebibles y unas cápsulas de papaya", explica Díaz, que volvió a repetir, "¿seguro que puedo tomar las cápsulas en caso de quedarme embarazada?", obteniendo un "por supuesto" como respuesta.

Al llegar a casa, y un poco escamada por algo que había leído en foros, escrutó bien el envase y halló algo sorprendente. En la composición e instrucciones de las cápsulas de papaya, que aparecían en cinco idiomas, podía leerse en su traducción a italiano: Non assumere in gravidanza e allatamento. Es decir, no consumir durante el embarazo o la lactancia.

placeholder  La citada composición de las cápsulas.
La citada composición de las cápsulas.

Extrañamente, en español, francés o portugués no había ni rastro de esa frase, pero sí la volvió a encontrar en un lateral, con la traducción al polaco: Preparat nie jest przeznaczony dla dzieci, kobiet w ciazy oraz karmiacych, en español, el preparado no está destinado a niños, mujeres embarazas o lactantes.

placeholder  El dorso de la caja de cápsulas.
El dorso de la caja de cápsulas.

"Decía claramente no consumir si está embarazada", expone Díaz a Teknautas.

En este caso concreto, las cápsulas contienen 1,6 gramos de extracto de papaya, una fruta con características saludables -habitualmente recomendada para la digestión o por sus propiedades antioxidantes- pero con una cierta leyenda como anticonceptivo en países asiáticos como la India o Indonesia. Algunos estudios también parecen relacionar el consumo de papaya -o más bien de papaína, enzima que contiene y que tiende a reducir la progesterona, una hormona necesaria para la concepción- con un decrecimiento de la movilidad de los espermatozoides, siempre en experimentos con ratones. Sin embargo, en humanos nunca se ha encontrado una relación entre el consumo de esta fruta y complicaciones para el embarazo.

¿Quién lleva razón entonces?

¿Es más correcta la traducción española o la italiana? ¿Se trata de un error de etiquetado?

"La legislación en Europa no es uniforme en todos los países", explica a este periódico alguien cercano a la empresa que prefiere mantener el anonimato, "la papaya no es que haga daño a una persona embarazada o con lactancia, sino que la legislación reza que en España no es obligatorio poner ninguna advertencia, entre otras cosas porque no es un medicamento sino un complemento alimenticio, estaría en la misma categoría que, por ejemplo, unos cereales".

En efecto, los suplementos alimenticios están regulados en Europa por el reglamento 1169/2011, que sólo obliga a restringir el consumo de un complemento alimentario a embarazadas si éste contiene cafeína. En lo demás, el etiquetado de este tipo de productos en España está regulado por el Real Decreto 1487/2009.

Un complemento alimenticio estaría en la misma categoría que unos cereales

"En España, la legislación no te obliga a advertir que pudiera tener una contraindicación ni para embarazadas ni para madres en periodo de lactancia, porque estamos hablando de un extracto de fruta, no es una fórmula química", explica esta misma fuente, "en Italia, la legislación obliga a poner una advertencia y la ley así lo ordena: no es que el producto sea bueno en Italia y malo en España, sino que la legislación tiene lagunas".

Este tipo de empresas suelen colaborar con compañías externas que se encargan de analizar la legislación correspondiente a cada país para adaptar el etiquetado. Así, existen "diferentes versiones de packaging de un mismo producto con las diferentes normativas, nosotros tenemos una versión que comparten España y Estados Unidos, y allí la FDA obliga a incluir una tabla nutricional con un tamaño de fuente determinado donde la etiqueta sea proporcional al tamaño del envase", aclara este experto cercano al caso.

Qué dicen los expertos

Al estar considerados como alimentos y no como medicamentos, estos compuestos no necesitan de una autorización previa para ser comercializados. Eso sí, la legislación española los obliga a cumplir otros requisitos. Por ejemplo, "es obligatorio es que el responsable de la comercialización notifique a las autoridades competentes la puesta del producto en el mercado, enviándoles una muestra del etiquetado", explica a este periódico Miguel Ángel Lurueña, tecnólogo de alimentos, consultor independiente para empresas alimentarias y autor del blog Gominolas de Petróleo. "Otro de los requisitos que deben cumplirse es que las declaraciones de salud, por ejemplo 'contribuye al correcto mantenimiento de los huesos', sólo pueden realizarse si se basan en evidencias científicas generalmente aceptadas".

Para que una empresa pueda poner en el envase que el suplemento alimenticio tiene algún beneficio concreto para la salud, debe enviar una propuesta a la Comisión Europea, que evalúa las evidencias científicas disponibles y decide si aceptar o rechazar la propuesta. En el caso de la papaya, existen cuatro propuestas registradas de compañías que pretendían señalar que sus suplementos basados en esta fruta mejoraban la digestión de carbohidratos, prevenían la celulitis o reducían las molestias gastro-intestinales, pero todas fueron rechazadas por la CE.

Italia, donde el producto no se recomienda a embarazadas, tiene además unos antecedentes concretos. En 2014, la Autorità Garante della Concorrenza e del Mercato, el equivalente italiano a la CNMC, multó con 250.000€ a la empresa Named S.p.A. por comercializar un suplemento -llamado Immun'Âge y basado en extracto de papaya madura- diciendo que era efectivo contra el envejecimiento celular o enfermedades como la diabetes o el Alzheimer.

En resumen, tanto en España como en Italia o Polonia existen evidencias científicas que señalan que, durante el embarazo, "sí deben utilizarse complementos, por ejemplo de ácido fólico y en ocasiones de hierro", apunta Lurueña, "pero bajo prescripción y supervisión por parte de un profesional sanitario de los de verdad".

"Estoy planteándome el embarazo, ¿supondría algún problema para continuar con la dieta?", preguntó Elvira Díaz (nombre o apellido ficticio), una periodista treintañera que trabaja en una consultora de mercados, a la dietista de Naturhouse, una popular empresa de franquicias especializadas en nutrición y dietética.

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