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"Este es el mayor escándalo que ha habido nunca en la historia de la ciencia española"
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Manuel de león, fundador del icmat

"Este es el mayor escándalo que ha habido nunca en la historia de la ciencia española"

Este matemático gallego fue cesado del instituto que dirigía por supuestas irregularidades. Dos años después, la justicia le ha dado la razón: todo formaba parte de una "trama"

Foto: Manuel de León, fundador y exdirector del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT).
Manuel de León, fundador y exdirector del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT).

Manuel de León dejó Santiago de Compostela en 1986 para ir al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid y cuando llegó descubrió que el organismo no tenía instituto de matemáticas. Le recomendaron volverse a Galicia, pero él luchó hasta crear lo que hoy se conoce como Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT), uno de los centros con más éxito y prestigio internacional de toda España, que el año que viene celebrará su décimo aniversario.

Pero hoy es De León quien está de celebración. El fundador del ICMAT ocupó el puesto de director hasta julio de 2015, cuando fue cesado tras una auditoría que destapó una serie de malas prácticas e irregularidades. El matemático defendió desde entonces que fue debido a envidias y a una guerra de poder. La semana pasada el Tribunal Superior de Justicia de Madrid le daba la razón: todo formaba parte de una trama para quitarle de en medio. "El CSIC escenificó una auditoría interna para echar al director de su instituto de matemáticas", titulaba 'El Español' en primicia sobre la sentencia. Una vez que sea firme, De León tendrá que ser readmitido como director.

Resulta difícil comprender este 'Juego de Tronos científico', con tintes de novela de espías, sin conocer el contexto del ICMAT. Se trata de un instituto mixto del CSIC con tres universidades madrileñas: la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Se encuentra en el campus de esta última, pared con pared con el Instituto de Física Teórica (IFT). Ambos forman parte del Centro de Física Teórica y Matemáticas (CFTMAT), cuya dirección se alternan los directores del ICMAT y del IFT. Fue precisamente el entonces director del IFT, Carlos Muñoz, quien denunció a De León.

Nos reunimos con De León en el comedor del centro que fundó y dirigió, horas antes de que se vaya a cenar con su hija para festejar la victoria en los tribunales. Antes de sentarnos repasa los edificios que se ven desde la ventana: "Ese se inauguró tres veces y un año después todavía no estaba listo. Ese está vacío porque no pueden pagar a gente para llenarlo". Me enseña un mensaje de apoyo que le ha mandado "un tío muy importante" del Imperial College de Londres. "Esto es lo que eres. No tenemos dinero, sólo prestigio personal y no voy a dejar que me lo quiten". Durante los dos últimos años, De León ha peleado para defender quién es.

Pregunta: La historia salta a los medios cuando le cesan en julio de 2015, pero imagino que comenzó antes. ¿Cuándo supo que algo iba mal?

Respuesta: Fue después de las elecciones del que iba a ser mi segundo y último mandato. Gané, pero comenzaron a llegarme rumores de unas facturas que el secretario general del CSIC me había asegurado que estaban en orden. Convoqué un claustro de profesores en febrero, un mes que tiene connotaciones en nuestro país. Allí una persona me acusó de pactar sobreprecios y un catedrático de la UCM dijo delante de sesenta personas que él era el nuevo director del ICMAT porque tenía "muchos WhatsApps" que lo confirmaban. ¡Qué vodevil!

El CSIC está en agonía. Se muere. Tendría que haber entrado sangre fresca y no lo ha hecho

Luego reconstruí la historia porque tengo los correos electrónicos, para ser malo también hay que ser listo. Desde julio de 2014 el director del IFT, en combinación con la gerente Amalia Aneiros, los vicerrectores, el vicepresidente de organización y el secretario general están armando la "trama" que dice el tribunal. Primero montan un dosier con falsedades en el que se me acusa de irregularidades y lo enseñan antes de las elecciones para que no me voten. “Ha ganado las elecciones, qué hacemos”, dicen en los correos. Así que tienen que ir al plan B: organizar una auditoría para cesarme.

P.: El asunto se hizo internacional y ‘Science’ dio la noticia de la sentencia. Como suele decirse, ¿estas cosas sólo pasan en España?

R.: Yo esto no lo he visto en mi vida. Que se junten los intereses de cuatro instituciones y personas particulares para echar a alguien… Creo que es el mayor escándalo que ha habido nunca en la historia de la ciencia en España. Es cainismo: si alguien destaca hay que quitárselo del medio en vez de ver cómo lo han hecho. No sé, ¿tan importante soy que se tienen que unir todos para echarme? [Ríe].

P.: Eso digo yo, ¿qué puede hacer un matemático como para que se monte una “trama” para cesarle?

R.: En el caso del IFT es pura envidia. Tenemos muchos recursos, quieren echarles mano y yo no les dejo. La clave es usar lo que tienes de forma estratégica para avanzar, por eso hemos tenido este éxito. Si me dan un millón de euros y me los reparto… con en eso no haces nada. Ellos quieren controlar ese dinero sin darse cuenta de que la gallina sigue dando huevos de oro si la cuidas bien, no si la matas. Hemos sacado 22 millones de euros de proyectos externos, diez becas del ERC [ayudas europeas de gran prestigio], la única cátedra AXA de todo el CSIC y somos el primer instituto que logra un Severo Ochoa. El éxito es muy grande y les hacemos sombra. Una parte del Departamento de Matemáticas de aquí [UAM] considera que somos el enemigo porque nos ven como un competidor en lugar de como un polo de investigación.

Hubo un señor que cuando me cesaron llamó a sus colegas para decirles: "Nos hemos cargado a Manuel de León". Uno preguntó por qué y le contestó que porque tenía mucho poder. ¿Sabes qué le respondió? "Bueno, pero lo usaba para hacer cosas buenas, otros tienen mucho poder y lo utilizan para cosas malas". Aquí no hay ni una sola persona, mientras he sido director, que pueda decir que no le he ayudado cuando necesitaba algo. Pero ellos han llegado a decir que conseguíamos muchas becas del ERC porque yo tenía una amante allí. ¡Ojalá! [Ríe].

P.: ¿Por qué permitió todo esto el CSIC?

R.: El presidente pensó que yo estaba tomando muchas decisiones y que el instituto se le iba de las manos porque es el más exitoso de los 124 que tiene el CSIC y no lo controlan. Si él hubiera dicho que no aquí no habría pasado nada, porque una auditoría interna no la hace cualquiera. No soy el único director al que ha cesado Emilio Lora-Tamayo, hay una buena lista y todos por cosas que no son de recibo. Yo no me suelo callar y siempre he sido muy claro, con este y con los demás, sobre las cosas en las que estaba de acuerdo y en las que no

¿Sabes cuánto dinero se pone en Madrid para I+D+i? Este año no llega a 40 millones de euros de presupuesto de la Comunidad

P.: ¿Qué dijo la Secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela?

R.: Intervino, pero no tiene autoridad para hacer nada, sólo el Ministro [de Economía] puede. Vela me llamó ese verano de 2015 y me dijo que la situación no convenía a nadie y que no fuera a la prensa: “Tú lo que tienes que hacer es ponerte en la baranda y contemplar la gran obra que has hecho”. ¡Pero si me dicen que he robado 200.000 euros! Es mi honor el que está en juego y lo voy a defender. Por mi familia, mis amigos y mi prestigio internacional.

P.: ¿En qué se basó esa auditoría que ahora se ha demostrado falsa?

R.: Lo que dice la sentencia es que las irregularidades no son mías, son “ajenas al director del ICMAT” y “apuntan a otra persona”. Yo le dije al secretario general que tuviera cuidado con la gerente, que venía rebotada de tres sitios, porque no se estaban haciendo las cosas bien. Y no se hizo nada, claro, porque estaba protegida. Me engañó con unas mochilas con el logo del ICMAT que regalamos en los congresos, que costaban más de 18.000 euros y entonces tiene que hacerse por concurso público. ¡Poco menos que yo era un traficante de mochilas! Cuando llegó su sustituta no había ni un papel ni un archivo en el ordenador, tuvo que hacer una declaración jurada diciendo que no había nada para curarse en salud.

No soy el único director al que ha cesado Emilio Lora-Tamayo, hay una buena lista y todos por cosas que no son de recibo

P.: Tres universidades, otro instituto, el CSIC... ¿No le da miedo luchar contra tantos gigantes?

R.: ¡Ya llevo dos años luchando! Pero si esta gente no es nadie, para mí es alguien un gran científico, pero estos tienen un cargo político porque los han nombrado. Yo respeto a la gente con méritos. ¿Qué me va a hacer el presidente del CSIC? Él no es el CSIC sino un señor que han puesto ahí. Si yo ya he visto diez u once presidentes. He presentado un contencioso por prevaricación contra él y el secretario general y ya se irán sabiendo cosas. ¿Han dicho que es una "trama"? Pues que se sepa quienes y por qué la hicieron. ¡Que se ha falseado documentación para acusar injustamente a una persona! Eso es muy grave. En otro país esta gente estaría ya siendo investigada y si te condenan por prevaricación te inhabilitan para cargo público. Voy a seguir hasta que esté satisfecho.

P.: ¿Cuánto ha afectado esto a la actividad del ICMAT?

R.: Ha hecho un daño enorme: ha bajado la actividad, organizamos la mitad de eventos, muchos acuerdos internacionales se han parado, un ambiente malísimo... Íbamos muy bien y yo quería dejarlo niquelado e intocable, pero se ha notado. Este era un sitio donde la gente quería venir y ahora es uno del que se quieren marchar porque al final tienes un instituto con la mano del secretario general encima. Todo está controlado desde allí, cuando el CSIC y la UAM no se hablan. Son dos años perdidos. Por eso quiero ser director los cuatro años que me tocaban, porque salí elegido y se me ha privado de ello.

Los problemas de la ciencia española

P.: Iré al grano: ¿tiene arreglo el CSIC?

R.: El CSIC está en agonía. Se muere. Tendría que haber entrado sangre fresca y no lo ha hecho. Investigadores con una ERC empiezan a marcharse porque es una beca personal. ¿Que no me tratáis bien aquí? Me voy enfrente. Y el CSIC está perdiendo a esa gente y el dinero que traen y no hace nada. Nada.

Pero se arregla, como me dijo alguien con mucha experiencia: “Les doy un CIF a cada instituto y en tres años la tercera parte ha cerrado, la tercera funciona bien y la tercera está empezando a hacerlo". Hay muchísimos sitios buenos, más de los que se piensa la gente, pero tienes que dar flexibilidad en la gestión, no puede ser tan piramidal con un presidente que lo decide todo ni depender de esa manera del Gobierno. Debe haber un presupuesto estable y a largo plazo.

P.: A veces olvidamos que la falta de presupuesto no es el único problema.

R.: El presupuesto es importante, pero también la flexibilidad y la gente. El sistema científico español tiene que estar al margen de la política, con unos presupuestos plurianuales independientes del gobierno de turno. La endogamia está ahí y cada nueva ley universitaria la favorece todavía más. Luego, como dice Woody Allen: “No sé cuál es la receta del éxito, pero sé cual es la del fracaso: querer contentar a todos”. Se reparte demasiado el dinero para que todo el mundo tenga algo. Mira los Campus de Excelencia Internacional, ¡todos lo son! Este es un fracaso, hace tres años que no hay actividad conjunta entre CSIC y UAM alguna porque no hay dinero.

P.: Su historia con las mochilas es un buen ejemplo de lo difícil que puede ser hacer ciencia en este país.

R.: La legislación es absurda. Pero si no lo pagan ellos, lo pagamos nosotros de nuestros proyectos de investigación que conseguimos compitiendo con otros. ¡Queremos estirar el dinero al máximo! No es a nosotros a los que se tiene que controlar, no somos los que tiramos el dinero público. Luego los palos se los dan al CSIC y a la UAM. Se hace una auditoría obligatoria, pero la de la de la universidad es de tres páginas [ríe].

La ciencia catalana es otro mundo, ellos tienen un sistema internacional y el resto de España no

P.: ¿Sobran centros?

R.: Sí. ¿Sabes cuantos institutos universitarios hay en Madrid? Cien sin contar los del CSIC. Dime alguno que conozcas. ¿Fulanito molesta un poco? Instituto. ¿Dos se pelean? Uno para cada uno. Lo llaman instituto y es una secretaría, pero malgastas recursos en algo que no te da nada. Luego están las castas rectorales, gente que lleva veinte años de director. Por eso yo dije que sólo estaría dos mandatos en el ICMAT.

P.: ¿Considera la Agencia Estatal de Investigación un fracaso?

R.: Considero que puede funcionar, pero no puede ir bien como está ahora. La gente que está ahí es buenísima y Vela tiene unas ganas extraordinarias de que funcione, pero no van a tener el dinero para ejecutarlo directamente. Si quieres que sea un ERC dales 5.000 millones de euros cada 1 de enero. Hace falta planificación a largo plazo: tenemos 17 planes regionales desconectados del nacional.

P.: Si hay 17 planes regionales, ¿por qué no imitar los que funcionan, como el modelo catalán?

R.: Eso digo yo: si te funciona algo, ¿por qué no copiarlo? Hazme un ICREA [una especie de 'CSIC catalán'], un Max Planck [la red alemana de institutos de investigación], reconvierte el CSIC, dale más autonomía a los institutos. En Barcelona tienen centros como el CRG, el IRB, el ICFO y funcionan muy bien porque tienen libertad de organización, de contratación, de compra… Hace falta esa agilidad y flexibilidad. Que te hagan una auditoría pero que te dejen trabajar. La ciencia catalana es otro mundo, ellos tienen un sistema internacional y el resto de España no. Como dice Joan Guinovart [director del IRB], aquí competimos con una mano atada detrás y aun así hacemos cosas. Si nos dejaran un poco de flexibilidad... lo que se podría hacer.

Hay una carta firmada por todos los presidentes del CSIC vivos que dice que hay sistemas que funcionan mejor, como el catalán, y que el CSIC debería hacer un piloto con algunos centros dándoles autonomia completa, y si funciona hacerlo con los demás. Ni caso.

Se ha falseado documentación para acusar injustamente a una persona y eso es grave. En otro país estarían siendo investigados

P.: Cataluña va como un cohete, ¿qué pasa con Madrid?

R.: Mira, acaba de salir el quinto plan regional de investigación y llevábamos ocho años sin uno. Ocho. ¿Sabes cuánto dinero se pone en Madrid para I+D+i? Este año no llega a 40 millones de euros de presupuesto de la Comunidad. Luego si cuentas todo, con el CNIO, el CSIC... sale que "somos la región que más invierte". ¿Pero cuánto pones tú? 40 millones. El plan es que en 2020 sean 110 millones.

P.: Dígame, ¿cuál es el secreto del ICMAT?

R.: La mitad del presupuesto total del ICMAT es competitivo, no sé cuántos institutos del CSIC podrán decir eso. El único dinero que ponen aquí las instituciones es el necesario para que funcione el edificio. No somos Harvard ni Princeton, hemos empezado hace nada y cada año tienen que ser como diez para nosotros. Hacer acuerdos internacionales, buscar oportunidades con países emergentes... no hay otra manera de hacerlo. Investigacion básica somos buenos, transferencia estamos empezando, mecenazgo tenemos que ponernos.

El problema es que la gente se acomoda y si tiene un proyecto del Plan Nacional para qué pedir más. Hay unas oportunidades muy grandes en transferencia matemática: proyectos con empresas, 'big data'... aquí la gente dice: "Yo hago mis teoremas". Con los teoremas sólo no se vive, para que puedas hacerlos necesitas dinero y si sólo apuesas por una cesta de huevos cuando te la quiten te has quedado sin nada.

P.: ¿Habrá ICMAT después de Manuel de León?

R.: Cuando en 2011 nos convertimos en el primer instituto del CSIC en conseguir un Severo Ochoa, Cristina Garmendia [Ministra de Ciencia bajo el gobierno de Zapatero] me preguntó que dónde estábamos. "Aquí, trabajando desde hace treinta años", le contesté. El secretario general me dijo una vez que yo era de los directores buenos, de los que pelean por su instituto, tienen ideas, 'van palante'. La mayoría está ahí cuatro años esperando que pase. En realidad no me ha valido de mucho: me lo dijo antes de cesarme [ríe]. Es verdad que he visto muchas cosas que montas, te vas y luego es un desastre, pero hay gente joven que espero que tome el relevo. ¡Si esto se aprende!

Manuel de León dejó Santiago de Compostela en 1986 para ir al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid y cuando llegó descubrió que el organismo no tenía instituto de matemáticas. Le recomendaron volverse a Galicia, pero él luchó hasta crear lo que hoy se conoce como Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT), uno de los centros con más éxito y prestigio internacional de toda España, que el año que viene celebrará su décimo aniversario.

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