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Probamos el Xiaomi Mi Max 2: el móvil 'low cost' de batería eterna que buscabas
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Desde 260 euros

Probamos el Xiaomi Mi Max 2: el móvil 'low cost' de batería eterna que buscabas

La marca china actualiza su 'phablet' estrella con especificaciones avanzadas, pero fracasa en sacarle todo jugo al sistema

Foto: (Z. A.)
(Z. A.)

Quien quiera un móvil grande no se va a sentir defraudado con el Mi Max 2. Su gigantesca pantalla de 6,44 pulgadas da sentido al término ‘phablet’, ese híbrido entre teléfono móvil y tableta. De hecho, la palabra se acuñó en un inicio para referirse a los ‘smartphones’ con el apellido Note, en muchos casos de 5,5 y 5,7 pulgadas. Pero son los de la familia Max los que han alcanzado la verdadera frontera entre los dos aparatos. De hecho, no sería de extrañar que alguien poco interesado en ‘gadgets’ tecnológicos llame tableta al Mi Max 2.

Foto: Fotos: Zigor Aldama

Pero la nueva versión de la gama gigante de Xiaomi resulta más agradable al tacto que el Mi Max primigenio. Y eso que es ligeramente más gruesa —7,6 milímetros frente a 7,5— y más pesada —211 gramos frente a 203—. La ventaja está en el nuevo cuerpo metálico de una sola pieza —el Mi Max incluía bandas plásticas en los extremos del terminal—, que resulta más ergonómico y fácil de agarrar. Eso último no es tontería cuando hablamos de un móvil con una pantalla que mide casi 20 centímetros de largo y ocho de ancho. Sin duda, no es en absoluto recomendable para quienes tengan manos pequeñas o sean algo torpes.

En definitiva, el Mi Max 2 mejora notablemente la primera impresión del terminal. Resulta más sólido a la vista y al tacto, y las bandas curvadas que surcan el cuerpo metálico —reminiscentes del iPhone, eso sí— le dan un innegable toque 'premium'. Teniendo en cuenta que la versión con 64GB de almacenamiento interno se puede encontrar en GearBest por menos de 260 euros, es evidente que el ‘phablet’ de la compañía que dirige Lei Jun es uno de los que gozan de mejor relación calidad-precio.

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Porque las prestaciones son similares a las que ofrecen algunos tope de gama que cuestan casi el doble: procesador de gama media Qualcomm Snapdragon 625 con ocho núcleos a una frecuencia máxima de 2Ghz, 4GB de memoria RAM, una GPU Adreno 506 —que funciona a las mil maravillas con juegos—, y altavoces estéreo con volumen suficiente como para animar una fiesta. Entre los extras está el cristal Gorilla Glass 4 de la pantalla, y la carga rápida de Qualcomm —Quick Charge 3.0— que en la prueba realizada por Teknautas ha logrado un 27% de su capacidad en 30 minutos y la carga completa en 147 minutos.

Puede parecer poca cosa, pero si hay un elemento que sobresale en el Mi Max 2 es la batería. Tiene una capacidad de 5.300mAh —450 más que la versión anterior— y ofrece 12 horas de pantalla. Eso quiere decir que un usuario corriente puede alargar su vida hasta tres días. Incluso un poco más si se ayuda del sistema de ahorro de batería que cierra aplicaciones en segundo plano y reduce al mínimo el brillo de la pantalla. Así, la autonomía del ‘smartphone’ es espectacular.

La batería del Mi Max 2 tiene una capacidad de 5.300mAh y ofrece 12 horas de pantalla. Un usuario corriente puede alargar su vida hasta tres días

Claro que en parte eso se debe a que Xiaomi ha optado por dejar la resolución de la pantalla en un FHD que sabe a poco. Es más que suficiente para cualquier otro tipo de móvil, pero en un aparato de estas dimensiones se echa de menos un panel QHD que aumente la densidad de píxeles, que se queda en 342 ppp. Los puntos son visibles a simple vista, por lo que el móvil no es recomendable para disfrutar de realidad virtual. La pantalla también ofrece una luminosidad algo escasa cuando el sol pega fuerte, pero es ideal para ver vídeos o jugar en interiores.

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Las cámaras tampoco son una maravilla. La posterior incorpora un sensor Sony IMX 386 de 12 megapíxeles que ofrece buenos resultados en condiciones de luz favorables. El problema está en que viene acompañado de una lente no muy luminosa —f2.2— y carece de estabilizador óptico, por lo que de noche o en interiores mal iluminados se ve obligado a forzar la sensibilidad y, con ello, la aparición de grano es inevitable.

Por su parte, la cámara ‘selfi’ tiene un sensor de 5 megapíxeles emparejado con una lente gran angular que abarca un ángulo de visión de 85 grados —muy buena para retratos grupales— y resulta algo más luminosa con una apertura f2.0. Debajo puedes ver una serie de fotos tomadas con el Mi Max 2:

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No son malas cámaras, pero sí más propias de la familia de gama media RedMi. Otro problema añadido es que Xiaomi no ha actualizado la interfaz que las controla y el ‘software’ se ha quedado algo atrasado cuando se compara con todas las posibilidades que ofrecen competidores como Huawei o OnePlus. Sí que tiene un modo manual, pero las variables que se pueden controlar son menos. Lógicamente, al no contar con una cámara dual, los modos de retrato que tanto triunfan ahora con los fondos difuminados no están disponibles.

En cualquier caso, una de las pegas más importantes que le vemos al Mi Max 2 está en su sistema operativo. Y no porque MIUI sea una capa Android desafortunada. Ofrece multitud de posibilidades, pero, a pesar de que está basada en la última versión del sistema de Google, no le saca el jugo que se merece un terminal de estas dimensiones.

Pantalla desaprovechada

Un buen ejemplo de ello es la carencia de la función de pantalla partida. Con 6,44 pulgadas, hay espacio suficiente como para operar con dos aplicaciones al mismo tiempo sin problemas. Es algo que veo especialmente interesante cuando uno va por la calle guiándose con Google Maps y quiere comunicarse a su vez con la persona a la que busca. O quien quiere tener abiertas a la vez dos redes sociales.

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Las posibilidades son variadas e interesantes. No es una función cómoda de gestionar en móviles más pequeños, pero competidores como Meizu o Nubia, que está deslumbrando con su nuevo Z17, ya lo han adoptado y Xiaomi debería haberlo hecho también.

Claro que el Mi Max 2 no es un aparato exento de bondades. Además de su diseño atractivo, el lector de huellas dactilares —una pena que esté en la parte trasera— es rápido y fiable, y puede ser utilizado para disparar la cámara. El sistema también permite clonar aplicaciones para gestionar dos cuentas a la vez —algo en lo que Xiaomi ha sido pionera—, ofrece la posibilidad de cambiar las cuentas de usuario de forma sencilla, y la versión china incluye la sim virtual que es muy útil cuando se viaja al extranjero y se desea utilizar Internet sin necesidad de hacer pagos abultados por los datos.

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Finalmente, como sucede con todos los ‘smartphones’ de Xiaomi, el Mi Max 2 viene equipado con una doble sim —en una de las ranuras se puede introducir una tarjeta MicroSD— y con un puerto de infrarrojos que se opera a través de la aplicación del mando a distancia universal, diseñado para poder controlar electrodomésticos como la televisión o el vídeo.

En definitiva, se trata de un terminal muy interesante para un público muy concreto: los usuarios que disfrutan con los videojuegos y quienes consumen mucho material multimedia —incluidos libros electrónicos para los que el Mi Max 2 puede ser una alternativa interesante gracias a su ‘modo de lectura’—. Ambos agradecerán el pantallón del terminal. Para el resto, sin embargo, hay opciones mucho más manejables que caben sin problemas en el bolsillo.

Quien quiera un móvil grande no se va a sentir defraudado con el Mi Max 2. Su gigantesca pantalla de 6,44 pulgadas da sentido al término ‘phablet’, ese híbrido entre teléfono móvil y tableta. De hecho, la palabra se acuñó en un inicio para referirse a los ‘smartphones’ con el apellido Note, en muchos casos de 5,5 y 5,7 pulgadas. Pero son los de la familia Max los que han alcanzado la verdadera frontera entre los dos aparatos. De hecho, no sería de extrañar que alguien poco interesado en ‘gadgets’ tecnológicos llame tableta al Mi Max 2.

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