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Leyes, aparatos y aplicaciones: todo lo que debes saber para grabar llamadas telefónicas
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'gadgets' para todos los gustos

Leyes, aparatos y aplicaciones: todo lo que debes saber para grabar llamadas telefónicas

Grabar una conversación telefónica puede ser legal (cumpliendo con algunos requisitos) e incluso gratuito: aquí está todo lo necesario para hacerlo sin meter la pata

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Quizá sea para guardarla de recuerdo, para tenerla a mano como prueba de una discusión o para poder rememorar en el futuro alguna broma. O tal vez sea consecuencia de un síndrome de Diógenes digital que nos obliga a guardarlo todo. En el peor de los casos, es posible que seamos periodistas. Querer registrar una conversación telefónica no es una excentricidad, pero hay que tener en cuenta algunas cosas antes de ponerse a grabar.

Foto: (Zigor Aldama)

¿Es legal?

'A priori' no hay problema legal a la hora de grabar una conversación siempre y cuando formes parte de esa llamada telefónica. Si la grabación fuera cosa de un tercero, se estaría violando el artículo 18.3 de la Constitución Española, que garantiza “el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial”. Recurrir a mecanismos con los que interceptar y grabar conversaciones ajenas está penado con hasta cuatro años de cárcel.

Grabar una conversación de la que se es parte también puede tener consecuencias legales. Al menos, en caso de compartirlas sin el consentimiento del otro interlocutor. En ese caso se estaría vulnerando el derecho a la intimidad y, además, se estaría cometiendo una infracción a ojos de la Agencia Española de Protección de Datos, que considera que la voz es un dato de carácter personal y que podría sancionar económicamente más allá de la sentencia judicial correspondiente.

Por si fuera poco, se podría estar cometiendo un delito de revelación de secretos (en función del tema sobre el que verse la conversación), penado con entre uno y cuatro años de cárcel.

En resumen, si vas a grabar una conversación que mantengas con otra persona, asegúrate de que tienes su consentimiento para distribuirla posteriormente. De lo contrario, podrás respirar con tranquilidad siempre y cuando la conserves solo para ti.

Artilugios de espionaje

A la hora de grabar una conversación telefónica, lo más sencillo es activar el manos libres del teléfono y accionar una grabadora al uso (un segundo móvil). No obstante, no es la mejor forma de hacerlo si lo que pretendemos es obtener un sonido de calidad. Con este sistema, en la grabación se colará el sonido ambiente. En caso de contar con una grabadora tradicional con 'pinganillo' (que cuesta unos 30 euros) es posible hacerlo sin ruido.

Por suerte, existe algún que otro aparato que permite grabar única y exclusivamente la conversación telefónica. Aquellos que deseen hacerlo a través de un teléfono fijo podrán recurrir a dispositivos que rondan los 30 euros y que graban automáticamente tanto las llamadas entrantes como las salientes. Conectado a la línea telefónica y a un ordenador, el aparato graba los archivos en formato WAV y, además, almacena el registro de llamadas, dando la posibilidad de crear una base de datos asociada a las grabaciones. Un accesorio que roza lo profesional.

Grabar una conversación de la que se es parte también puede tener consecuencias si se comparte sin el consentimiento de la otra persona

En cuanto a las llamadas telefónicas que se realizan desde un teléfono móvil, también existe la posibilidad de contar con un dispositivo que permita esquivar los molestos ruidos. Son micrófonos que, conectados al ‘smartphone’ a través del minijack, lo convierten en una grabadora de dos sentidos: puede captar y almacenar sonidos exteriores o, por el contrario, hacer lo propio con cada llamada telefónica que se produzca en el terminal.

Además, existe la posibilidad de grabar conversaciones a través de servicios de voz IP, como las llamadas de WhatsApp. Todo ello a un precio similar al de la grabadora para teléfonos fijos: en torno a los 30 euros.

Alternativas gratuitas (solo para Android)

Podemos encontrar un buen puñado de opciones gratuitas en las tiendas de aplicaciones. Ya sea para grabar desde un teléfono con Android o iOS, hay opciones en formato ‘app’ para todos los gustos.

Una de las que más ventajas ofrece al usuario es ACR (para Android) que, más allá de la grabación automática de las llamadas telefónicas, está integrada con Dropbox y Google Drive para alojar directamente los archivos en la nube, sin necesidad de consumir parte del escaso espacio de tu móvil. No obstante, la propia aplicación se encarga de ir borrando automáticamente las grabaciones antiguas (salvo aquellas etiquetadas como importantes).

De forma similar funcionan, para iOS, aplicaciones como IntCall o Tape A Call. No obstante, y de forma generalizada, las aplicaciones para el sistema operativo móvil de Apple suelen requerir pasar por caja. Así, en el caso de la primera es necesario pagar para marcar nuevos números de teléfono desde la ‘app’, mientras que en la segunda la versión gratuita solo almacena los primeros 60 segundos de cada conversación.

También es de pago el servicio que presta Burovoz, una aplicación que asegura “certificar las llamadas telefónicas con plena garantía jurídica, respetando el secreto de las comunicaciones y el derecho a la intimidad”. La herramienta certifica, en cierta medida, la conversación grabada, registrando no solo lo que se dice sino también los números de teléfono participantes e incluso la ubicación del usuario.

El precio de una grabación certificada a través de este servicio es de 40 céntimos fijos más 39 céntimos por cada minuto grabado. Tener una grabación certificada (y, en principio, válida como prueba en un proceso judicial) tiene un precio, pero si no es ese el objetivo, opciones gratuitas no faltan.

Quizá sea para guardarla de recuerdo, para tenerla a mano como prueba de una discusión o para poder rememorar en el futuro alguna broma. O tal vez sea consecuencia de un síndrome de Diógenes digital que nos obliga a guardarlo todo. En el peor de los casos, es posible que seamos periodistas. Querer registrar una conversación telefónica no es una excentricidad, pero hay que tener en cuenta algunas cosas antes de ponerse a grabar.

Derecho a la intimidad
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