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¿Internet no llega bien a tu habitación? Cómo arreglarlo con un amplificador wifi
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¿Internet no llega bien a tu habitación? Cómo arreglarlo con un amplificador wifi

Existen muchos trucos para optimizar nuestra red, pero si ni por esas alcanza a toda la casa puede que sea hora de hacernos con uno de estos 'gadgets'

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Los llamados "problemas del primer mundo" son aquellos que quitan el sueño a quienes vivimos en países desarrollados, pero que resultarían triviales en otras zonas del planeta. Dónde colocar el 'router' para que llegue a toda la casa es uno de ellos, y en Teknautas ya hemos dado algún consejo en el pasado para mejorar la conexión de nuestro hogar. Comprar un buen modelo, ponerlo en un lugar elevado y asegurarnos de que nadie nos 'roba' son algunos de los puntos clave, pero todo queda en un segundo plano si nuestro piso es demasiado grande.

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Si ya hemos probado e internet sigue sin llegar a nuestra habitación, quizá sea hora de valorar la compra de un extensor de red.

¿Qué es un extensor de red?

Un extensor, repetidor, intensificador o como lo queramos llamar, amplía la cobertura de la red de wifi. Su función es hacer de puente: coge la señal que emite el 'router' y la vuelve a emitir para que llegue allí donde el 'router' no alcanza. Podemos imaginarlo como el centrocampista de un partido de fútbol que 'comunica' el balón desde el portero hasta los delanteros. O como las almenaras medievales que se encendían para transmitir la señal de alerta desde una zona a otra más alejada.


¿Cómo sé si necesito uno?

Si nuestra casa tiene más de un piso o es muy grande es probable que la señal no llegue por todos los rincones. Primero podemos probar algunos de los trucos explicados aquí, algunos obvios y otros menos. Cambiar el 'router' de posición (alto, lo más centrado posible y sin obstáculos alrededor), actualizar su 'firmware' y utilizar un programa para ver cuántos aparatos tenemos conectados a la red (y si hay algún vecino parásito) son algunas de las posibles soluciones.

Otro paso previo importante es asegurarnos de que tenemos un buen 'router'. Los intensificadores intensifican, pero el origen de la señal siempre será el 'router'. Si este es malo, de nada sirve que nos gastemos 80 euros en un repetidor. En caso de querer comprar uno mejor que el que suelen regalar los proveedores de internet, nuestro compañero José Luis Avilés recopiló hace unos meses una lista con ejemplos que van desde los 20 a los 400 euros. Si nada de esto funciona, un extensor de red puede ser la solución.

Vale, me has convencido. ¿Cuál me compro?

Hay extensores de todos los tipos, desde veinte euros hasta más de cien. Marcas como Netgear, TP-Link, D-Link, Belkin, Linksys y Zyxel son algunas de las más populares. Presupuesto al margen, es importante comprar uno adecuado a las especificaciones de nuestro 'router', ya que el amplificador no hace milagros ni mejora las capacidades del 'router'. Aun así, es buena idea apostar por aquellos que sean de doble banda para optimizar su eficiencia. Tampoco tiene sentido gastar mucho más de 100 euros ya que, por ese precio, podemos comprar otro 'router' que haga las veces de repetidor. Sí vale la pena adquirir un modelo lo más sencillo de instalar, como estos dos ejemplos que aquí recomendamos.

El DAP-1520 de D-Link se puede encontrar por menos de 30 euros en internet se configura sin demasiadas dificultades: sólo hace falta pulsar un botón e instalar una 'app' gratuita. Funciona con Wi-Fi AC a 750 Mbps y funciona a doble banda (2.4 y 5GHz). Se trata de una buena opción para legos tecnológicos que, aunque no incluye USB o conector Ethernet (es sólo un 'enchufe' que se conecta a la pared) será más que suficiente para la mayoría. En general, los modelos que ronden este precio serán perfectos para el usuario medio. Otra alternativa por unos 40 euros es este Netgear AC750, que incluye un puerto Ethernet y antenas externas.


Ya lo tengo, ¿cómo se instala este trasto?

La mayoría de modelos no son difíciles de instalar, pero tienen su intríngulis. Tan sólo hay que enchufarlos donde deseemos (lo ideal es que estén a medio camino entre el 'router' y el punto que queremos cubrir. El problema es que nuestros dispositivos seguirán conectándose de forma automática al 'router' original, así que será necesario configurar el repetidor desde un ordenador.

Cada fabricante y modelo tendrá sus peculiaridades y lo mejor es seguir los pasos de la guía, pero a grandes rasgos esto es lo que debemos hacer. En primer lugar, conectar el aparato a la corriente eléctrica y encenderlo. Tras eso, deberemos ir a nuestro ordenador y conectarnos al repetidor (la guía nos dará una dirección web en la que hacerlo). Desde allí podremos conectar el repetidor al 'router'.

Una vez nuestro repetidor esté conectado al router, aparecerá en la lista de conexiones inalámbricas disponibles, como si fuera un 'router' más. Tan sólo tendremos que conectar nuestra SmartTV, tableta o portátil a esa nueva red. Y a disfrutar de conexión en toda la casa.

¿Pero esto es seguro? ¿Y no perderé velocidad?

La seguridad es la misma que la de cualquier 'router' (alta o baja, que cada cual decida). La pérdida de velocidad, como la muerte y los impuestos, es inevitable. Por ese motivo es importante que, aunque no nos gastemos cien euros, tampoco compremos el modelo más barato de internet. De hecho, hay foros llenos de gente que protesta diciendo que estos 'gadgets' no funcionan, cuando la explicación es siempre una mala configuración o un mal producto.

Lo hemos dicho en un apartado anterior pero lo repetiremos aquí: compremos el modelo que compremos, es imprescindible asegurarnos que ponga "dual band", "doble banda" o similares.

Los llamados "problemas del primer mundo" son aquellos que quitan el sueño a quienes vivimos en países desarrollados, pero que resultarían triviales en otras zonas del planeta. Dónde colocar el 'router' para que llegue a toda la casa es uno de ellos, y en Teknautas ya hemos dado algún consejo en el pasado para mejorar la conexión de nuestro hogar. Comprar un buen modelo, ponerlo en un lugar elevado y asegurarnos de que nadie nos 'roba' son algunos de los puntos clave, pero todo queda en un segundo plano si nuestro piso es demasiado grande.

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