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"Hace dos años se prohibió Uber y ahora se permite Blablacar. Es totalmente kafkiano"
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Luz verde a blablacar en España

"Hace dos años se prohibió Uber y ahora se permite Blablacar. Es totalmente kafkiano"

Las reacciones a la sentencia a favor de Blablacar en España no se han hecho esperar. Para unos es una resolución sin sentido. Para otros era la única posible y hace, por fin, justicia

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"Hace dos años dijo una cosa, ahora dice otra. Cerró Uber y ahora permite Blablacar. El mismo juez. Estoy alucinando, es una sentencia totalmente kafkiana". Así de rotundo se muestra José Andrés Díez, abogado de la patronal de los autobuses, Confebus, tras conocerse la sentencia este viernes. Era el fallo más esperado en el sector de la economía colaborativa en España, y está causando polémica. Blablacar lo considera una victoria justa, y así lo expresa Jaime Rodríguez, 'country manager' en España y Portugal: "Es una buena noticia porque España, por una vez, equipara nuestra actividad con la del resto de Europa", dice a Telnautas. La patronal de los autobuses, sin embargo, no entiende la lógica por la que un mismo juez tumbó a Uber en 2014 y el viernes dio luz verde a Blablacar.

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"Aún no nos han notificado la sentencia, lo cual es lamentable, pero por lo que he podido leer, creo que está basada en motivos jurídicos espúreos. Hay puntos que son exactamente iguales a lo que ocurría con UberPop, que se prohibió en 2014, y sin embargo Blablacar es legal. ¿Acaso Blablacar no establece las condiciones del servicio, ojo, no del uso, sino del servicio, como hacía UberPop? El magistrado se está riendo del sistema jurídico. No entro a valorar si la norma es buena, mala o regular, pero lo que no se puede hacer es forzar la interpretación de la misma al lado que interesa", explica José Andrés Diéz.

La aplicación UberPop, clausurada en diciembre de 2014 por el mismo magistrado que ha dado luz verde a Blablacar, Andrés Sánchez Magro, permitía a los particulares prestar un servicio de transporte, y cobrar por él, sin tener la correspondiente licencia. Eso era y es, según la legislación vigente, algo directamente ilegal. Díez, que llevó la defensa de Confebús en su demanda frente a Blablacar (frente al bufete Pérez-Llorca, que representaba a Blablacar), cree que el frente de las licencias y los conductores era solo un aspecto de la ecuación. "El otro motivo para prohibir UberPop es que, según el mismo juez, intermediaba en el transporte. Ahora resulta que Blablacar no, cuando ambas aplicaciones ponen en contacto a usuarios para realizar un viaje", señala.

El otro motivo para prohibir UberPop es que, según el mismo juez, intermediaba en el transporte. Ahora resulta que Blablacar no

"Ponerse a comparar modelos a estas alturas...", replica Jaime Rodríguez. "La sentencia ha confirmado que Blablacar no puede tener condición de empresa de transporte porque es una plataforma que pone en contacto a los usuarios, con un mecanismo típico de red social, para que decidan en qué condiciones quieren viajar. Nosotros marcamos unas directrices amplias para que haya un control y los usuarios confíen en el sistema pero nuestra actividad no es el transporte".

El máximo responsable de Blablacar en España asegura estar "muy contento" con la sentencia, sobre todo porque deja claro que el uso de Blablacar se adscribe solo al transporte privado entre particulares. "No es un transporte profesional sino que se comparte coche, como se ha hecho toda la vida", recalca.

Subraya además la idea de que la actividad de la plataforma no está estrechamente relacionada con la que hacen los usuarios que participan en ella: "No existe la consideración de que haya una actividad profesionalizada ni una relación semi contractual entre la plataforma y los usuarios. Cada caso es diferente y en algunos ese vínculo es más estrecho pero refuerza la idea, en nuestro caso, de que una web de economía colaborativa no se puede considerar una empresa de transporte".

Otras fuentes consultadas del sector de la economía colaborativa celebran, por supuesto, el resultado de la sentencia: "Viene a reforzar lo que dijo la Comisión Europea el pasado verano: que una plataforma cumple una labor pero que no ofrece el servicio final, que lo da un particular o un profesional". Estas mismas fuentes señalan en una línea similar a la de Blablacar: "Se nos puede exigir una responsabilidad sobre el servicio que proporcionamos, pero no sobre el servicio final".

También destacan que cada plataforma tiene sus peculiaridades. No es lo mismo, aseguran, una que pone en contacto a particulares que comparten coche que otras que lo hacen con un piso, una habitación o una segunda residencia. En este último caso, hay empresas que utilizan las plataformas como canal de comercialización sin que ello implique un mal uso de la misma.

Comunidad de Madrid vs Blablacar

La sentencia de este viernes en favor de Blablacar deja en una posición extraña a la Comunidad de Madrid, que el pasado octubre sancionó a Blablacar con una multa de más de 8.800 euros. En concreto, la comunidad impuso a la empresa una sanción grave de 8.000 euros, por "facilitar en nombre propio servicios de transporte público de viajeros sin ser previamente titular de una autorización" y otra por importe de 800 euros por "ofertar servicios de transporte público de viajeros sin disponer del título habilitante". La sentencia del Juzgado de lo Mercantil Nº 2 de Madrid especifica que Blablacar ni facilita servicios de transporte ni, por tanto, necesita licencias.

Tras sancionar a Blablacar, el director general de Transportes de la Comunidad de Madrid, Pablo Rodríguez, aseguró que seguirían inspeccionando a otros conductores y advirtió a la compañía de que "tendría que cambiar su metodología si quiere funcionar en España. Hasta que España no cambie la ley, su manera de trabajar es ilegal". ¿Cambia algo la nueva sentencia?

"No, no cambia nada. La sentencia lo deja muy claro: los casos de uso fraudulento son "excepcionales". Y eso es justo lo que hemos hecho nosotros, sancionar los casos excepcionales. De 15 que investigamos, hemos sancionado dos. Si creyéramos que Blablacar es completamente ilegal, habríamos sancionado a los 15 conductores y a la compañía al completo", explica a Teknautas Rodríguez.

La sentencia lo deja claro: los casos de uso fraudulento son "excepcionales". Nosotros hemos sancionado justo eso

Jaime Rodríguez, de Blablacar, cree que la sentencia les da la munición necesaria para plantar cara ante una decisión que consideran injusta: "Que el juez haya valorado nuestros argumentos refuerza nuestra propuesta, son los mismos que presentamos en Bruselas. Y es llamativo e interesante que el juez se refiera a las recomendaciones de la Comisión Europea".

En lo que unos y otros (casi todos) coinciden, es en que la sentencia que da luz verde a Blablacar es un gran empujón a la economía colaborativa. "Siempre que no haya ganancias fraudulentas, la economía colaborativa es una gran oportunidad", explica Pablo Rodríguez, de la Comunidad de Madrid. Para el máximo responsable de Blablacar en España, ahora no hay vuelta atrás. En Confebus confían en todo lo contrario y ya plantean un posible recurso. Continuará.

"Hace dos años dijo una cosa, ahora dice otra. Cerró Uber y ahora permite Blablacar. El mismo juez. Estoy alucinando, es una sentencia totalmente kafkiana". Así de rotundo se muestra José Andrés Díez, abogado de la patronal de los autobuses, Confebus, tras conocerse la sentencia este viernes. Era el fallo más esperado en el sector de la economía colaborativa en España, y está causando polémica. Blablacar lo considera una victoria justa, y así lo expresa Jaime Rodríguez, 'country manager' en España y Portugal: "Es una buena noticia porque España, por una vez, equipara nuestra actividad con la del resto de Europa", dice a Telnautas. La patronal de los autobuses, sin embargo, no entiende la lógica por la que un mismo juez tumbó a Uber en 2014 y el viernes dio luz verde a Blablacar.