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Un investigador valenciano desarrolla un algoritmo para acabar con los atascos
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optimiza los viajes en vehículos compartidos

Un investigador valenciano desarrolla un algoritmo para acabar con los atascos

El modelo matemático desarrollado por Javier Alonso (MIT) permitiría reducir los taxis simultáneos de Nueva York en un 85%

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La unidad de tiempo más breve conocida es el 'segundo de Nueva York', definido por Terry Pratchett como la cantidad de tiempo que transcurre desde que el semáforo se pone en verde hasta que el taxista de atrás toca el claxon. Los atascos estresan a los conductores y aumentan la contaminación y el consumo energético: el llamado 'ride-sharing', en el que varios clientes comparten vehículo, nace para descongestionar las grandes urbes. Ahora, un investigador español del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha desarrollado un algoritmo para optimizar el proceso y reducir el número de automóviles.

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El modelo matemático, publicado en el último número de la revista 'PNAS', permitiría reducir los taxis de Nueva York a unos 2.000, el 15% del número actual, siempre que estos aumentaran su capacidad hasta 10 personas. Con vehículos de cuatro plazas, la cifra aumenta hasta los 3.000, todavía muy por debajo de los 13.000 que circulan por sus calles. El investigador del MIT y autor principal del estudio, Javier Alonso, resume a Teknautas el funcionamiento del algoritmo: "Recibe las llamadas a los taxis y optimiza la ruta de los vehículos y la asignación de los pasajeros".

Alonso explica que el precio a pagar son unos cinco minutos de retraso, "equivalentes a aparcar un coche". A cambio, su algoritmo permite un 'ride-sharing' de alta capacidad capaz de "mejorar la calidad de vida, las ganancias por vehículo y reducir los costes para los pasajeros". No es una cuestión menor: el coste de los atascos supone cada año 121.000 millones de dólares solo en EEUU, el 1% de su PIB, según un estudio del Instituto de Transporte de Texas. Una cantidad que incluye el gasto en combustible así como el tiempo perdido, pero no el aumento de las emisiones o del número de accidentes.

El modelo matemático permitiría reducir los 13.000 taxis de Nueva York a menos de 3.000, y sería aplicable a otras grandes ciudades

Mientras que los taxis tradicionales suelen llevar a un pasajero por desplazamiento, el 'ride-sharing' permite que los clientes compartan el espacio a cambio de reducir el coste. Es lo que hacen empresas como Lyft, Via y Uber, de las que sólo la última es conocida en España. Su servicio Uberpool sigue esta filosofía y ya funciona en ciudades como Nueva York y San Francisco, con precios hasta un 40% más baratos a cambio de tener que esperar y recoger a otros viajeros durante el recorrido.

El sistema parece adecuado en ciudades como Madrid, aquejadas de tráfico y contaminación a partes iguales. Un portavoz de Uber aseguraba a Teknautas que su modelo 'ride-sharing', Uberpool, es hoy por hoy ilegal en España, aunque eso no ha impedido a la compañía ofrecer descuentos a los pasajeros que viajen acompañados mientras los protocolos anticontaminación han estado activados.

Menos tráfico... y menos contaminación

¿Podría aplicarse el algoritmo en Madrid? Alonso asegura que es posible trasladarlo a otras ciudades sin problemas. "Trabaja en tiempo real, pero es lo bastante general como para tener en cuenta otros costes". También reasigna los vehículos vacíos a las áreas con mayor demanda para mejorar la calidad del servicio y se puede aplicar a las flotas de coches autónomos.

El trabajo será mejor para los taxistas, ya que los conductores podrán ganar el mismo dinero con turnos más cortos

Aunque pensado para que lo implementen las empresas de taxi compartido, Alonso no cierra la puerta a que se pueda usar para compartir coche entre particulares con mayor eficacia (término que se conoce como 'carpooling' en lugar de 'ride-sharing', a la espera de que Fundeu plantee alternativas a ambas expresiones).

Menos tráfico, menos contaminación, menos gastos... La idea parece idónea para los ciudadanos, pero algo menos para los taxistas. Pero Alonso no cree que menos vehículos en las calles impliquen menos empleo: "Otra forma de verlo es pensar que los trabajos serán mejores, ya que los conductores podrán ganar el mismo dinero con turnos más cortos".

La unidad de tiempo más breve conocida es el 'segundo de Nueva York', definido por Terry Pratchett como la cantidad de tiempo que transcurre desde que el semáforo se pone en verde hasta que el taxista de atrás toca el claxon. Los atascos estresan a los conductores y aumentan la contaminación y el consumo energético: el llamado 'ride-sharing', en el que varios clientes comparten vehículo, nace para descongestionar las grandes urbes. Ahora, un investigador español del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha desarrollado un algoritmo para optimizar el proceso y reducir el número de automóviles.

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