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El español que dejó su trabajo en WhatsApp: "Facebook es la mayor estafa jamás creada"
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abandonó WhatsApp en 2014

El español que dejó su trabajo en WhatsApp: "Facebook es la mayor estafa jamás creada"

Elies Campo se dejó la piel por conseguir un puesto en WhatsApp, pero la llegada de Facebook le obligó, tiempo después, a abandonar la compañía

Foto: Elies Campo. (Foto: Álvaro Hernández)
Elies Campo. (Foto: Álvaro Hernández)

En 2014, el sueño de Elies Campo llegó a su fin. Después de haber ansiado trabajar para WhatsApp y de perseguir su objetivo con denuedo (más tarde contaría que no esperó a una oferta laboral, sino que él mismo creó el puesto), este ingeniero de telecomunicaciones catalán consiguió estar un año y ocho meses a las órdenes de Jan Koum y Brian Acton, los fundadores del popular servicio de mensajería instantánea. Con la confirmación de que WhatsApp pasaba a estar bajo el paraguas empresarial de Facebook, una operación que finalmente ha costado casi 22.000 millones de dólares (más de 21.000 millones de euros), Campo abandonó la compañía.

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"Para mí, Facebook es la mayor estafa jamás creada", asegura Elies Campo a Teknautas. A pesar de la dureza de sus palabras, este joven de solo 33 años, que siempre tendrá el honor de haber sido el primer español que trabajó en WhatsApp, sigue admirando todo lo que se ha conseguido desde el chat ahora en manos de Zuckerberg. "Es histórico, es una herramienta increíble y que la utilicen centenares de millones de personas en todo el mundo es increíble", aclara. "Pero teniendo la suerte de vivir en Silicon Valley, donde hay tantas oportunidades y teniendo esta opinión contra los valores de Facebook, para mí era incompatible seguir trabajando allí".

Si habla de "estafa" al referirse a Facebook es porque, en su opinión, el objetivo de la compañía no es ofrecer calidad o innovación al usuario, sino crear servicios que nos enganchen al máximo. En este sentido, el español recuerda que el verdadero cliente de Facebook son los anunciantes, mientras que los usuarios son solo la forma de conseguir que la plataforma les resulte más atractiva a los clientes.

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"Consiguen enganchar al usuario de cualquier manera", señala Campo. "Copiando a saco sin ningún tipo de escrúpulos o comprando compañías para afianzar su crecimiento", enumera. A estas alturas, y según este exempleado de WhatsApp, el servicio de mensajería instantánea no es distinto del resto de herramientas propiedad de Mark Zuckerberg. El año 2016 ha servido, a su juicio, para confirmarlo.

"Se han integrado en la visión de Facebook de tal manera que tienen que ir demostrando crecimiento, y están intentando implementar lo que está funcionando ya en otras plataformas", explica el ingeniero español. Así, tal y como señala, es posible que muchos usuarios conozcan la existencia de las publicaciones efímeras a través de Instagram y jamás lleguen a saber que fue Snapchat quien desarrolló el concepto ni mucho menos a probar la herramienta original en la ‘app’ del fantasma.

Lo mismo sucede con la posibilidad de escribir, dibujar y añadir ‘stickers’ en las fotos de WhatsApp: poco importa que ya fuera un éxito en Snapchat; llegará a la vida de muchos a través del servicio del chat verde. Para Campo, no obstante, esta estrategia de Facebook basada en la apropiación trae consigo un problema. "A nivel de desarrollo, se nota que las implementaciones están yendo muy rápido y no de la manera sofisticada de las plataformas de origen", señala.

Una integración peligrosa

Elies Campo, que sigue involucrado en el sector de la mensajería instantánea colaborando con otra plataforma, subraya que la integración de WhatsApp con Facebook se ha completado ya a todos los niveles. De hecho, según el ingeniero español, la que un día fuera su empresa tiene previsto abandonar sus oficinas en Mountain View en las próximas semanas para mudarse al campus de Facebook, en Menlo Park.

No obstante, las consecuencias más graves de esta adquisición para el ingeniero español van mucho más allá de los plagios o el cambio de sede. "En agosto, anunciaron la traición total a sus valores principales: a partir de ese momento, los datos de WhatsApp se iban a compartir", rememora.

Facebook hace oficial q utiliza los datos de tu @WhatsApp. Los q ya lo sabíamos estamos en @telegram desde hace años https://t.co/lBuFTMqXSD

Si Koum y Acton, a los que Campo reconoce haber admirado desde el día en que los conoció, han terminado traicionando los valores de su proyecto es, según su exempleado español, por “cierta ignorancia a nivel de ‘corporate development’”. De hecho, el español ve cierta ingenuidad en la venta a Facebook: si bien fue la forma de que el servicio de mensajería saliera a bolsa ahorrándose el proceso en sí, y de poder dedicarse al producto y a la ingeniería sin pensar tanto en el negocio, el gigante de internet habría conseguido llevarse la plataforma a su terreno hasta el punto de quedarse con todos los datos que transmiten los usuarios a través del chat. “Y solo es el principio”, sentencia Elies.

Como exempleado y usuario de la plataforma, el ingeniero español dice sentirse doblemente decepcionado: en primer lugar, por esa "traición a los valores respecto a los usuarios, que es lo que me conquistó a mí de los fundadores", afirma. Por otra parte, "al ver que ya no innovan, que simplemente copian".

Campo está decepcionado por la "traición a los valores respecto a los usuarios, que es lo que me conquistó de los fundadores"

El ingeniero que trabajó en el desarrollo de negocio de WhatsApp no cree que este sea el principio del fin de la herramienta. Ni mucho menos. De hecho, augura que el crecimiento orgánico del chat seguirá siendo increíble y que, probablemente, superará a Facebook en usuarios durante los próximos años. Es más, tampoco descarta que, de cuando en cuando, los usuarios disfruten de alguna función innovadora. "No creo que WhatsApp haya perdido la capacidad de innovar, pero sí tiene la presión de seguir creciendo para tener valor para Facebook", explica. "Sí veremos una continuación de copias".

Campo asegura que no tiene Facebook en el móvil y que lo tiene bloqueado en el navegador para no perder tiempo enganchado a "contenido estúpido". En su opinión, el principal objetivo de la red social a día de hoy es "entender los cerebros humanos para poder capturar el máximo de atención posible y aumentar así las posibilidades de que haya un clic y una transacción que se pueda monetizar".

Mientras Facebook sigue adquiriendo compañías y muy pendiente a los éxitos de la competencia para replicar sus mejores funciones, el español que se marchó de WhatsApp recomienda las que, para él, son las mejores alternativas en el mundo de la mensajería móvil. "A mí, personalmente, la que más me gusta es Telegram, pero también están Snapchat, que sigue siendo independiente y no se sabe exactamente cómo se convertirá en un negocio, Signal y WeChat, que demuestra en China que el modelo de negocio no tiene que depender de la privacidad del usuario", repasa.

En 2014, el sueño de Elies Campo llegó a su fin. Después de haber ansiado trabajar para WhatsApp y de perseguir su objetivo con denuedo (más tarde contaría que no esperó a una oferta laboral, sino que él mismo creó el puesto), este ingeniero de telecomunicaciones catalán consiguió estar un año y ocho meses a las órdenes de Jan Koum y Brian Acton, los fundadores del popular servicio de mensajería instantánea. Con la confirmación de que WhatsApp pasaba a estar bajo el paraguas empresarial de Facebook, una operación que finalmente ha costado casi 22.000 millones de dólares (más de 21.000 millones de euros), Campo abandonó la compañía.

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