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Cómo detectar bulos y noticias falsas en Facebook (y que no te vuelvan a salir)
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ante la duda, no compartas

Cómo detectar bulos y noticias falsas en Facebook (y que no te vuelvan a salir)

Las redes sociales bullen de información... y desinformación. El sentido común es el mejor aliado para separar el grano de la paja

Foto: El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg
El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg

Marruecos exige a España la mitad de los beneficios que genera la Alhambra. Nadie habla de los 30 hombres asesinados por sus parejas. Sergio Ramos por fin se saca la ESO. Plátanos con sida. Cuando leemos una noticia como esta en Facebook tenemos dos opciones: indignarnos, cabrearnos, compartirla en todas nuestras redes sociales y enviarla por WhatsApp a nuestros amigos para aumentar la bola de caca... o preguntarnos: "¿De verdad eso puede ser cierto?".

Nosotros recomendamos la segunda opción. Compartir noticias de dudoso origen sin un ápice de espíritu crítico sólo contribuye a extender la desinformación y los enfados gratuitos. No todo son bulos inocentes como el cierre de WhatsApp: el papel que han jugado estos contenidos en las elecciones estadounidenses han llevado a Facebook y Google a tomar cartas en el asunto.

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1. Entrenar el sentido arácnido y dejar de lado los prejuicios

Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. No es lo mismo leer que Cristiano Ronaldo se ha comprado un Ferrari que que se ha unido a las filas del ISIS. La mayor lucha del escéptico es aquella que debe hacer contra sus propios prejuicios. ¿Es posible que Podemos quiera ilegalizar la Navidad? Tendemos a rechazar o aceptar con mayor facilidad las historias que coinciden con nuestras ideas preconcebidas. No caigamos en esa trampa.

2. Mirar la fuente

Hemos llegado a un contenido sospechoso que asegura que Mariano Rajoy es en realidad un reptiliano asociado a ciertas logias masónicas. Lo primero que debemos hacer es comprobar dónde está publicado: ¿es un periódico serio? ¿un blog desconocido? ¿un tabloide británico con mala fama? ¿una página de humor como 'El Mundo Today'? Si la fuente es laverdadestaahifuera.wordpress.com lo mejor será pasar de largo. Si es un medio importante debemos saltar al siguiente paso.

3. Mirar la fuente de la fuente (hasta llegar a la original)

Nuestro periódico de cabezar ha publicado que sí, que Mariano Rajoy es en realidad un reptiliano masón. Veamos en qué se basa para decirlo: ¿Cita la fuente? ¿La fuente es otro medio? ¿Un estudio en apariencia científico? En el caso de las noticias científicas debemos ser cuidadosos y comprobar que el origen es una publicación con revisión por pares.

Si el presunto fraude es una fotografía siempre podemos ir a Imágenes de Google para ver de dónde ha salido (pueden practicar con las imágenes de este artículo). Quizá esa foto de la guerra de Siria pertenezca al terremoto de Indonesia... o directamente se trate de Photoshop.

4. Preguntar a nuestro amigo Google

Todo apunta a que la fuente original de nuestro sospechoso es la web en inglés de una supuesta universidad kazaja. Nada mejor para valorar la veracidad de la noticia que buscar en Google dónde más ha salido. Si todos los medios, nacionales e internacionales, lo están publicando, es más probable que sea cierto. Sí sólo ha salido en un par de sitios, aunque parezcan de prestigio, quizá sea mejor pasar. Todo el mundo se puede equivocar.

5. Toma medidas

Hemos detectado una caca de primer nivel. ¿Qué hacemos? No compartirla es el primer paso, pero también podemos tomar medidas para evitar correr riesgos en el futuro. Si una cuenta que seguimos en Facebook tiende a enlazar este tipo de contenidos una opción es dejar de seguirla, o incluso bloquearla y denunciarla si creemos que existe mala fe o se están fomentando bulos peligrosos, ya sean racistas o pseudocientíficos. Porque ni Rajoy es un reptiliano ni los plátanos dan sida.

Marruecos exige a España la mitad de los beneficios que genera la Alhambra. Nadie habla de los 30 hombres asesinados por sus parejas. Sergio Ramos por fin se saca la ESO. Plátanos con sida. Cuando leemos una noticia como esta en Facebook tenemos dos opciones: indignarnos, cabrearnos, compartirla en todas nuestras redes sociales y enviarla por WhatsApp a nuestros amigos para aumentar la bola de caca... o preguntarnos: "¿De verdad eso puede ser cierto?".

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