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Juno se 'pierde' en el espacio: problemas para la misión más ambiciosa a Júpiter
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podría durar mucho más de lo esperado

Juno se 'pierde' en el espacio: problemas para la misión más ambiciosa a Júpiter

Por motivos que los ingenieros de la NASA aún no conocen, los motores de la nave no funcionan como deben y no ha sido posible cambiarla a la órbita prevista

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Júpiter y Juno, dios y diosa romanos, tuvieron, según la mitología, un tormentoso matrimonio lleno de infidelidades y reproches. Cuentan esas historias que cuando él hacía alguna trastada, se cubría con un manto de nubes para pasar inadvertido y que solo su esposa podía ver a través de ellas y reprenderle por la ocurrencia. Por eso la NASA llamó Juno a la sonda que se iba a encargar de mirar bajo la atmósfera de Júpiter.

Juno partió de la Tierra el 5 de agosto de 2011, recorrió 14 millones de kilómetros, aprovechó el empuje gravitacional los cuatro planetas interiores del interior del sistema solar y llegó a Júpiter con éxito el 4 de julio (Día de la Independencia en Estados Unidos, nada es casual). El objetivo era que pasase allí algo más de un año, orbitando en torno al planeta, hasta que en febrero de 2018 se interne en la gruesa capa de nubes de la atmósfera y se incinere allí, evitando que termine quedando a la deriva, se estrelle contra alguna de sus lunas y contamine cualquier vida potencial con nuestras bacterias terrestres. En total iba a dar 37 vueltas y a llegar más cerca que ninguna otra misión antes, 4.667 kilómetros.

Pero entre órbita y órbita, algo no está saliendo exactamente como estaba previsto porque la sonda está teniendo algunas dificultades técnicas. No es que Juno se haya perdido o se haya estrellado (está reciente aún el recuerdo de Schiaparelli) pero algunos problemas técnicos se han cruzado en su camino.

Juno no quiere cambiar de órbita

Juno comenzó a girar en torno a Júpiter siquiendo lo que se llama una órbita altamente elíptica, en la que pasaba la mayor parte del tiempo muy lejos del planeta, y hacía pasadas de unas pocas horas muy cerca, recogiendo datos. El objetivo de este recorrido era proteger sus equipos de las intensas radiaciones que rodean al gigantes gaseoso. Cada una de esas enormes órbitas requería 53 días para completarse.

placeholder Las dos órbitas que debía ejecutar Juno en torno a Júpiter
Las dos órbitas que debía ejecutar Juno en torno a Júpiter

La idea era que, tras dar dos vueltas de este tamaño, el motor principal se encendiese, el recorrido variase ligeramente y las órbitas se redujesen, pasando a completarse en solo 14 días. Esto debía haber ocurrido el día 19 de octubre, pero un par de días antes los ingenieros de la NASA comenzaron a ponerse un poco nerviosos.

En aquel momento, un par de válvulas de retención de helio, que debían ayudar a encender ese motor principal no respondieron como debían. "Tenían que abrirse en unos pocos segundo,s y necesitaron varios minutos", explicaba la NASA en un comunicado, añadiendo que necesitaban entender el por qué de esta tardanza antes de continuar con la maniobra. El día elegido era el 19 porque en ese momento Juno pasaría junto a Júpiter y era el momento más propicio para modificar la órbita, pero la NASA prefirió posponer la maniobra a la siguiente vuelta, es decir 53 días después.

En modo seguro por sorpresa

Esto no era un problema en sí mismo ni disminuía el valor científico de la misión. El plan original era apagar todos los equipos el 19 de octubre para que nada interfiriese con el motor, pero con el cambio de planes, esto no sería necesario de momento: los equipos quedarían encendidos para una nueva pasada junto a Júpiter y seguir recogiendo información.

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Cuando llegó el día 19, y unas 13 horas antes de 'rozar' Júpiter, Juno entraba en modo seguro ante la sorpresa de los ingenieros de la agencia espacial estadounidense, que pasaron los días siguientes intentando entender por qué la sonda, que hasta horas antes había respondido correctamente (a excepción de las perezosas válvulas de helio) había entrado en este estado, en el que apagó todos los "subsistemas innecesarios" para su supervivencia y se orientó hacia el Sol para acumular toda la energía posible. Mientras tanto, pasó de nuevo junto a Júpiter pero no pudo realizar ninguna medición.

Ahora la NASA tenía dos problemas que resolver: el primero, averiguar por qué Juno había entrado en modo seguro, y el segundo, determinar por qué el motor estaba respondiendo de forma imprevista. De momento solo han tenido suerte con el segundo. El equipo de la misión determinó que se trataba de un problema de 'software' que pudo resolver con éxito, y Juno salió de su modo seguro el 24 de octubre. Para entonces, el momento de cambiar la órbita (cuando Juno pasa más cerca de su planeta) ya había pasado, y sería necesario un mes y medio más, hasta el 11 de diciembre, para que se repitiera de nuevo.

Cómo evitar la oscuridad del eclipse

Foto: Gran Mancha Roja comparada con la Tierra Opinión

Esta semana, los responsables de la misión han anunciado que dejarán pasar también esa fecha para asegurar la integridad de la nave, y de hecho contemplan la posibilidad de no hacerlo nunca, y dejar a Juno con sus órbitas de 53 días de manera indefinida, renunciando así a encender el motor y realizar la maniobra. "No vamos a hacerlo si no podemos hacerlo de manera segura", explicaba Rick Nybakken, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA.

Esto significa que todos los plazos de la misión se irán retrasando, y que el trabajo de Juno podría terminar siendo mucho más largo de lo esperado, terminando incluso después de 2019 en vez de en febrero de 2018. Esto se debe a que cada órbita grande no prevista es menos radiación que recibe Juno, y por tanto menos daño, permitiendo que pase más tiempo recogiendo datos, aunque no serán exactamente los que la NASA había previsto.

Si finalmente la NASA decide dejar a la sonda en sus órbitas de 53 días indefinidamente, algo que está por terminar de decidir, y efectivamente la misión se prolonga varios meses más, el siguiente punto crítico llegará con el eclipse solar que tendrá lugar en el área en la que se encuentra a mediados de 2019. Juno funciona con energía solar, y tendría que resistir entre 6 y 10 horas sin recibir la luz del Sol y una bajada intensa de la temperatura, algo que no ha tenido que hacer hasta ahora, así que sus responsables ya trabajan en cómo evitar la zona que recibirá el eclipse.

Júpiter y Juno, dios y diosa romanos, tuvieron, según la mitología, un tormentoso matrimonio lleno de infidelidades y reproches. Cuentan esas historias que cuando él hacía alguna trastada, se cubría con un manto de nubes para pasar inadvertido y que solo su esposa podía ver a través de ellas y reprenderle por la ocurrencia. Por eso la NASA llamó Juno a la sonda que se iba a encargar de mirar bajo la atmósfera de Júpiter.

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