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Una semana con el Moto Z: la prueba definitiva del fracaso de la telefonía modular
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gama alta que no está a la altura

Una semana con el Moto Z: la prueba definitiva del fracaso de la telefonía modular

Uno de los últimos intentos por conseguir que la telefonía modular arraigue en el mercado naufraga cuando se le despoja de ese elemento personalizable

Foto: (Carmen Castellón)
(Carmen Castellón)

¿Qué le pides a un teléfono? La respuesta a esta pregunta varía en función de cada usuario: hay quien valora la longevidad de la batería, quien prefiere centrarse en la cámara, quien necesita potencia de procesado y de gráfica para exprimirlos últimos juegos y no hay que olvidarse de esa persona que sólo lo necesita "para llamar y enviar mensajes". El Moto Z, el último gama alta salida del catálogo de Motorola, es un teléfono que no destaca en exceso y que necesita de su apartado modular para diferenciarse de la competencia. Sin esos modulos adicionales el resulto es decepcionante.

Foto: El Motorola Moto G4 llega a España a mediados de junio. (J. E.)

Uno de los aspectos que más llaman la atención del Moto Z es su extrema delgadez. Estamos ante un terminal que no hizo tanto ruido como Apple a la hora de eliminar el conector de audio, lo que ha permitido al fabricante adelgazar el cuerpo del teléfono aunque en el modelo que hemos probado, Moto Z Play, todavía lo mantiene (y sigue siendo un teléfono que está en los huesos). Una delgadez que obliga a que la lente de la cámara sobresalga unos milímetros, hecho que se corrige con una funda en la parte trasera que cumple una doble función, tanto estética como para tapar los conectores que sirven de unión con los 'mods'.

Esos 'mods' han sido los grandes ausentes de nuestra prueba. Sin ellos, es difícil hacer una valoración en conjunto del Moto Z pero también es cierto que su ausencia realza todos los problemas que arrastra el teléfono si se le compara con otros productos dentro de su rango de precios. Por 449 euros existen alternativas en el mercado mucho más solventes que el último producto de Lenovo y el abandono de Project Ara por parte de Google y la negativa de LG a mantener los módulos en el G6 son pruebas más que sobradas que a la tecnología no le espera un brillante futuro.

Por el momento, Motorola ha anunciado cuatro 'mods' oficiales a los que se une un quinto, llamado Style Shell, que es la funda que se encarga de cubrir la parte trasera del teléfono. Los otros cuatro están destinados a potenciar la imagen, el sonido, el vídeo o la batería. A saber, uno convierte al teléfono en una cámara compacta, otro en un altavoz portátil, otro en un proyector y el cuarto alarga su vida útil.

Teknautas no ha podido tener acceso a ninguno de estos cuatro accesorios por lo que no podemos emitir juicio alguno sobre ellos y sobre su impacto en el Moto Z. Así, nos queda un teléfono con una cámara que no destaca en absoluto y una batería que le permite aguantar un día, pero poco más.

El Moto Z, que comparte las mismas líneas de diseño que el reciente G4, viene incorporado con el lector de huellas en la parte frontal. Cuesta hacerse a él ya que, aunque parece un botón físico, on sirve para otra cosa que desbloquear la sesión y cuesta adaptarse a su uso si vienes de un teléfono con un botón frontal.

En lo que respecta a la cámara, las siguientes imágenes hablan por sí mismas. La comparativa está hecha con un iPhone 7 Plus. En fotos con luz diurna, el Moto Z todavía aguanta las embestidas como se puede observar en esta serie. La primera está hecha con el Moto Z.

La fotografía inferior está tomada con un iPhone 7 Plus, del que se podría decir que no toma unos colores tan vivos en el césped pero que, a cambio, muestra mejor el azul del cielo.

Pero es en condiciones de poca luz donde se le ven las costuras. Que el iPhone 7 tampoco destaque con baja visibilidad es un punto más en contra del Moto Z, cuyo resultado se puede observar bajo estas líneas.

El iPhone 7 Plus todavía palidece frente a cámaras como la del Samsung Galaxy S7 (o incluso la del Pixel, según las impresiones de aquellos que lo han probado) pero el resultado nocturno es mejor.

Por ese precio, existen alternativas mejores

Ahora mismo puedes encontrar un Samsung Galaxy S7 o un S7 Edge a 534 y 595 euros en Amazon. A pesar de haber salido al mercado durante los primeros meses del 2016, ambos modelos pueden presumir de estar entre los mejores Android de gama alta aparecidos este año.

Incluso el Huawei P9, lanzado pocas semanas antes del verano, ofrece cámara dual, un rendimiento más que razonable y una buena batería por 459 euros. Hasta el LG G5, que también presume de tecnología modular, se puede adquirir por algo menos de 600 euros.

¿Por qué hacemos todas estas comparaciones? Para ser un teléfono que trata de jugar en la gama alta, el Moto Z es un producto caro no sólo por lo que ofrece sino por lo dura que es la comparativa con la competencia que ofrece lo mismo, o mejor, a precios sensiblemente inferiores. La gama alta no parece un lugar especialmente acogedor para Lenovo, que se desenvuelve mejor en la gama baja donde el G4 sigue siendo un terminal más que solvente.

¿Qué le pides a un teléfono? La respuesta a esta pregunta varía en función de cada usuario: hay quien valora la longevidad de la batería, quien prefiere centrarse en la cámara, quien necesita potencia de procesado y de gráfica para exprimirlos últimos juegos y no hay que olvidarse de esa persona que sólo lo necesita "para llamar y enviar mensajes". El Moto Z, el último gama alta salida del catálogo de Motorola, es un teléfono que no destaca en exceso y que necesita de su apartado modular para diferenciarse de la competencia. Sin esos modulos adicionales el resulto es decepcionante.

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