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El primer ordenador que 'hablaba' chino nació en la Guerra Fría
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tardó veinte años en materializarse

El primer ordenador que 'hablaba' chino nació en la Guerra Fría

El Sinotype sentó las bases de la computación para el país asiático. Sin embargo, la idea, con intenciones propagandísticas, surgió de Estados Unidos

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Era un combate latente que había que ganar, aunque fuera con los ordenadores de por medio. La Guerra Fría mantuvo en vilo durante lustros a todo el planeta. El enfrentamiento entre Estados Unidos y la URSS tuvo momentos muy álgidos, como la crisis de los misiles de Cuba, en octubre de 1962. Este es uno de los episodios más conocidos. Sin embargo, apenas unos años antes, a finales de la década de los 50, un ordenador puso una pica para continuar avanzando en el conflicto.

Foto: Uno de los smartphones de la compañía china Xiaomi, el Mi 4i. (Foto: Reuters)

El Sinotype fue el primer ordenador chino, y no surgió en un laboratorio de Pekín precisamente. Vino de Estados Unidos, y se podría decir que tenía mucha carga simbólica detrás: fue idea y obra del capitalismo norteamericano para regalar al pueblo comunista.

Pero primero, los antecedentes. Estamos en el verano de 1959. Hacía unos meses que Fidel Castro y sus guerrilleros había derrocado al dictador Fulgencio Batista. Dos años antes, en 1957, la URSS lanzó el Sputnik 1, con el que se ponía a la vanguardia en la carrera espacial. Estados Unidos necesitaba un golpe de efecto para demostrar que todavía seguía allí y tenía algo que decir. El equipo del presidente Eisenhower apostó por una idea radical: el primer ordenador en chino.

Este invento se podría interpretar como una gran victoria, pues sería como entregar un regalo del capitalismo al pueblo chino. Una victoria, sobre todo, en el campo cultural, pues ayudaría a traducir y difundir material en chino a otras lenguas o a la de Confucio. El protagonista de ello sería el Sinotype, que contó con financiación de la Carnegie Foundation (una fundación centenaria en los campos de la educación y la política), el ejército estadounidense y las fuerzas aéreas. No era para menos la implicación de estas dos últimas: tenían interés en una máquina capaz de elaborar e imprimir material propagandístico a gran velocidad. Las máquinas de escribir con los caracteres del país asiático eran lentas, a pesar del método que desarrolló precisamente un mecanógrafo del régimen.

Sinotype fue una creación de Samuel Hawks Caldwell (1904-1960), considerado el padre de la informática china. Caldwell había sido estudiante en el MIT y había comenzado años antes a impartir clases en la institución. Además de sus dotes para la ingeniería, hablaba y escribía chino; el contacto con los estudiantes de aquel país le ayudó para seguir avanzando y conocer más sobre las difíciles estructuras del idioma.

Charlando con aquellos jóvenes, supo que los estudiantes aprendían a elaborar los ideogramas siguiendo siempre la misma serie de trazos. Es como cuando alguien que escribe en español sabe que delante de be o pe nunca se escribe una ene. O mejor aún: cuando escribimos una te minúscula, normalmente hacemos primero una raya vertical y luego una más pequeña horizontal, que cruza ese primer palo. Así, Caldwell se preguntó si, teniendo en cuenta que cada carácter se desarrollaba siguiendo la misma secuencia de signos, sería posible diseñar un circuito lógico que produjera esos ideogramas, tras haberle enseñado la secuencia de trazos. Y se puso manos a la obra.

El investigador fue expresando todo su proyecto en un ‘paper’ que publicó aquel año, en 1959. En él informaba de las dificultades para escribir en chino con un teclado, pero que, sabiendo que había una especie de ortografía o caligrafía que fijaba el orden en el que se desarrollaban los trazos, se podía construir una solución que facilitara el trabajo a cualquier aprendiz o hablante de chino.

Junto a Lien-Sheng Yang, el primer historiador de China a tiempo completo en la Universidad de Harvard, buscaron la estructura de los caracteres chinos y fueron capaces de determinar cómo se escribían paso a paso unos 2.000 caracteres de uso común. Sintetizaron los trazos en veintidós, un número adecuado para colocar en las teclas de un teclado occidental. Además, el ordenador sería capaz de, con apenas cinco o seis trazos para un ideograma, adivinar el resto y generarlo. Eso sí, existía un posible problema: la secuencia podía corresponder a más de un carácter o bien ser el comienzo de otro con más trazos. Sin embargo, "con una mayor experiencia [de uso] esta confusión se convierte en un problema menor", aseguraba el estadounidense. En caso de que la máquina no respondiera tras introducir los trazos (es decir, que no devolviera un carácter), se podría añadir un código numérico que completaría el símbolo.

Según cuenta Caldwell en el ‘paper’, "el 90 por ciento de toda la escritura china está representada por solo 9 de los 21 trazos básicos". De este modo, si conseguían componer el teclado perfecto, sería más fácil diseñar una máquina que compusiera textos en chino tan rápido, al menos, como en inglés.

Un proyecto que se demoraba

Para mayo de aquel 1959, el Gobierno de Estados Unidos comenzó a ponerse nervioso: temían que los propios chinos se adelantaran y destrozaran el simbolismo de la llegada del Sinotype. A pesar de que la Casa Blanca pidió que se anunciara la llegada del ordenador, el verano pasó y nada se supo. Los ingenieros se preguntaban si los usuarios chinos encontrarían usable el ordenador o si recibiría el visto bueno de los analistas militares y la comunidad internacional. Ya que nadie se quería pillar los dedos, la presentación se iba posponiendo.

El prototipo se desarrolló y dio para que Caldwell escribiera su investigación. Sin embargo, en 1960 ocurrió una desgracia que sacudiría la trayectoria del Sinotype: Caldwell falleció. Sin su principal promotor al frente, el aparato militar de Estados Unidos dejó de interesarse por el proyecto. Y eso a pesar de que, como dejó escrito el ingeniero, "esta máquina no es de ninguna manera la respuesta final al problema, pero en efecto representa un importante paso adelante. Su mayor importancia es que demuestra que el objetivo de componer chino desde un teclado es posible".

A pesar de las circunstancias el proyecto consiguió mantenerse a lo largo de los años, no sin recibir varios cambios de nombre: Sinowriter, Chi-coder, Ideographic Encoder… A la vez, desde la CIA al MIT pasando por IBM estuvieron implicados en su desarrollo. Habría que esperar hasta los años 80 para que el Sinotype saliera a la luz.

Rebautizado como Sinotype II, su principal diferencia con el proyecto anterior es que eliminaba el teclado con los 22 trazos de Caldwell para implantar otro basado en el sistema fonético pinyin. Sin embargo, perduró la idea del autocompletado. La informática china seguía progresando, probablemente con las aguas más calmadas que apenas 20 años antes.

Era un combate latente que había que ganar, aunque fuera con los ordenadores de por medio. La Guerra Fría mantuvo en vilo durante lustros a todo el planeta. El enfrentamiento entre Estados Unidos y la URSS tuvo momentos muy álgidos, como la crisis de los misiles de Cuba, en octubre de 1962. Este es uno de los episodios más conocidos. Sin embargo, apenas unos años antes, a finales de la década de los 50, un ordenador puso una pica para continuar avanzando en el conflicto.

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