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LEDs y tanques láser: las formas más ingeniosas de acabar con las plagas
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insecticidas de ciencia ficción

LEDs y tanques láser: las formas más ingeniosas de acabar con las plagas

No sólo hay que encontrar una forma eficaz y barata de acabar con mosquitos y cucarachas: también utilizar métodos que no supongan un riesgo para el ser humano

Foto: Tanque láser antimosquitos
Tanque láser antimosquitos

Mosquitos, cucarachas, pulgones, ratas. La Humanidad lucha desde hace milenios contra aquellas especies que considera dañinas por motivos sanitarios, económicos, o ambos. La búsqueda del plaguicida ideal ha sido desde entonces un Santo Grial para los investigadores. No sólo hay que encontrar una forma eficaz y barata de acabar con estos animales: también utilizar métodos que no supongan un riesgo para el ser humano.

Foto:   Opinión

Luces, cámara y... ¡acción!

Los padres del LED azul, los investigadores japoneses Hiroshi Amano, Shuji Nakamura e Isamu Akasaki, ganaron el Premio Nobel de Física en 2014 por su trabajo. Desde los primeros intentos por comercializar esta tecnología en los 60, estos diodos se abaratado hasta convertirse en omnipresentes. Hoy, todos llevamos varios en el bolsillo, en ese ordenador portátil llamado 'smartphone'.

Ciertas longitudes de onda estimulan la producción de moléculas de oxígeno muy reactivas que provocan enormes daños celulares y la muerte

Sus aplicaciones van desde pantallas a iluminación, pero menos conocida es su faceta como insecticida. Un estudio publicado en la revista 'Scientific Reports' en 2014 revelaba el "efecto letal" de las luces LED sobre algunos insectos. Siempre que sean, eso sí, azules.

Los investigadores utilizaron LED de distintas frecuencias con mosquitos, escarabajos de la harina y moscas del vinagre. La longitud de onda comprendida entre el ultravioleta (378 nanómetros) y el azul verdoso (508 nanómetros) se descubrió como mortal para los animales, aunque cada especie tiene un rango 'asesino' particular. Los colores rojo y amarillo no tuvieron efecto alguno.

La pregunta inmediata es por qué la luz azul es mortal para estos insectos. Los motivos no se conocen del todo, pero están relacionados con el efecto dañino que la luz UV tiene sobre las células de los seres vivos. Ciertas longitudes de onda estimulan la producción de moléculas de oxígeno muy reactivas (ROS) que provocan enormes daños celulares hasta causar la muerte.

Matar mosquitos a cañonazos

Como si de una película de 'Star Wars' se tratara, las 'armas' láser resultan muy efectivas contra los mosquitos. La idea data de los 80, aunque no fue hasta este siglo cuando se tomó en serio. El astrofísico Lowell Wood propuso el sistema en 2007, con el que atrajo la atención de la fundación de Bill Gates por su potencial para reducir las infecciones por malaria en los países en vías de desarrollo.

El sistema utiliza un láser no letal para localizar al insecto y otro letal que acierta al mosquito en pleno vuelo

El sistema utiliza un láser no letal para localizar al insecto, de la misma forma que las cámaras digitales modernas detectan los objetos a la hora de enfocar. Tras esto se dispara un láser letal que acierta al mosquito en pleno vuelo, matándolo en el acto por sobrecalentamiento. La tecnología ha sido criticada por los expertos en enfermedades olvidadas por la dificultad de implementarla en países africanos.

La última versión del láser antimosquitos llegó el mes pasado, cuando una empresa china presentó este curioso aparato: un robot con apariencia de tanque cuyo sensor —similar al de las Roombas— le permite detectar y matar, según sus creadores "entre 30 y 40 mosquitos por segundo". El aparato, que de momento no será comercializado, despierta tanta curiosidad como preguntas: por ejemplo cómo diferencia el sensor un mosquito de otra cosa, o si los ojos del usuario estarán a salvo de este arma de ciencia ficción.

Mosquitos, cucarachas, pulgones, ratas. La Humanidad lucha desde hace milenios contra aquellas especies que considera dañinas por motivos sanitarios, económicos, o ambos. La búsqueda del plaguicida ideal ha sido desde entonces un Santo Grial para los investigadores. No sólo hay que encontrar una forma eficaz y barata de acabar con estos animales: también utilizar métodos que no supongan un riesgo para el ser humano.

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