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El negocio del turismo de naturaleza en España: 3.700 millones de euros por ganar
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un potencial poco explorado

El negocio del turismo de naturaleza en España: 3.700 millones de euros por ganar

Ver ballenas en Tarifa, buitres en Extremadura. Buscar linces en Doñana y lobos en Asturias. Nuestro país alberga la mayor biodiversidad de la UE y atrae a los amantes de la naturaleza

Foto: La observación de cetáceos es una de las actividades de turismo de naturaleza más demandadas
La observación de cetáceos es una de las actividades de turismo de naturaleza más demandadas

Si han visitado Tarifa (Cádiz, Andalucía) quizá hayan decidido, además de dorarse al sol en la playa, subir a un barco para intentar ver delfines y ballenas. Quienes se hayan ido al teatro romano de Mérida (Extremadura) puede que hayan decidido acercarse al parque de Monfragüe para ver buitres y ciervos. España alberga la mayor biodiversidad de la Unión Europea pero, aunque el turismo de naturaleza se ha incrementado en los últimos años, todavía no ha mostrado todo su potencial.

Foto: El Lince Ibérico de Monfragüe, Extremadura . (Thinkstock/Ramon Carretero)

Según un informe de la Comisión Europea, el turismo de naturaleza tendría un impacto económico de unos 3.700 millones de euros, entendidos como actividad económica generada en forma de alojamiento, guías turísticos, manutención de los turistas y demás servicios asociados. "Es un impacto importante", asegura a Teknautas el Director de Coordinación Territorial de SEO/Birdlife, Ramón Martí. Sin embargo, a cuatro años de que finalice el plan de turismo y biodiversidad, la ONG considera que sus objetivos están lejos de cumplirse.

"España tiene la mayor superficie de Red Natura 2000 de toda la UE, somos un país rico en biodiversidad", explica Martí. El reto de explotar este "enorme" potencial económico está en hacerlo de forma sostenible y respetuosa con el medio natural, para así evitar que los excesos turísticos que han dañado otras zonas del país se ceben ahora con estos parajes. "Es un recurso turístico muy importante pero también frágil, siempre deben anteponerse los criterios de conservación a su uso".

Martí explica que un turismo de naturaleza bien organizado en áreas como Doñana, Monfragüe, Pirineos o las islas "contribuye a generar riqueza local y empleo". Tanto la demanda como la oferta han crecido mucho en las últimas décadas: "Han aparecido empresas especializadas, y hay una industria turística importante en torno al lobo, el oso y el lince", comenta el miembro de SEO/Birdlife.

El problema, en opinión de Martí, es que queda mucho por hacer: "Se puede aprovechar mejor, sobre todo si tenemos en cuenta el déficit en los planes de gestión de la Red Natura 2000". La falta de organización de estos planes, incompletos, no establece unos criterios adecuados para el aprovechamiento del espacio, un trabajo previo que no se está haciendo.

El turista de naturaleza

El turismo de naturaleza se suele asociar a extranjeros ricos e informado, un mito con el que, según Martí, hay que acabar. En su opinión, la clave está en atraer al turista generalista que ya viene a España por su playa, sol o monumentos, y atrapar al porcentaje interesado en la naturaleza, el senderismo, las aves y los cetáceos. "Hay que orientar la oferta a un público diferente, sin olvidar el potencial del turismo nacional".

La Red Natura 2000 alberga las mejores joyas de nuestra biodiversidad, y su aprovechamiento contempla la presencia y actividad humana. "No son zonas virginales donde todo está prohibido: agricultura, ganadería, pesca y turismo tienen y deben tener cabida", comenta Martí. Para evitar la sobreexplotación, "todavía más grave" en estos espacios tan sensibles, es necesario dimensionar la oferta adecuadamente.

Martí pone como ejemplo Extremadura, que ha desarrollado su estrategia de promoción del turismo ornitológico a partir de un estudio de su demanda. La Comunidad Autónoma se considera un destino clave en Europa en este sentido, pero al año este tipo de actividades apenas atraen unas 17.000 personas y unos 3 millones de euros de ingresos en pernoctación. "El potencial existe", concluye Martí. Sólo hay que saber explotarlo.

Si han visitado Tarifa (Cádiz, Andalucía) quizá hayan decidido, además de dorarse al sol en la playa, subir a un barco para intentar ver delfines y ballenas. Quienes se hayan ido al teatro romano de Mérida (Extremadura) puede que hayan decidido acercarse al parque de Monfragüe para ver buitres y ciervos. España alberga la mayor biodiversidad de la Unión Europea pero, aunque el turismo de naturaleza se ha incrementado en los últimos años, todavía no ha mostrado todo su potencial.

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