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Ya era hora, Apple: por qué el Watch por fin se ha reinventado (para bien)
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un lavado de cara muy completo

Ya era hora, Apple: por qué el Watch por fin se ha reinventado (para bien)

La nueva versión del sistema operativo del 'wearable' corrige muchos fallos, hasta el punto de convertir al antiguo reloj en un 'gadget' que podría pasar por nuevo

Foto: WatchOS 3 incluye nuevas 'watchfaces' para personalizar todavía más el reloj. (Reuters)
WatchOS 3 incluye nuevas 'watchfaces' para personalizar todavía más el reloj. (Reuters)

Apple tenía un problema con WatchOS. Un problema muy gordo. Quizá lo más sencillo, de cara a la salida del Apple Watch Series 2 era tirar abajo el trabajo hecho hasta ahora y comenzar de cero. Pero la firma de Cupertino decidió ponerse las pilas: quedarse con lo bueno, eliminar lo malo y reinventar aquello que no funcionaba. Y eso es lo que ha conseguido con el WatchOS 3: ha refinado la experiencia para que sea más veloz, más amigable y aproveche mejor las características del reloj.

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No nos engañemos, las primeras versiones de WatchOS sufrían de dos problemas: una irritante lentitud a la que se sumaba una interfaz confusa que no invitaba al uso de aplicaciones de terceros. Tomemos el ejemplo del botón 'dock'. En versiones anteriores, estaba ligado a los contactos para convertirse en un atajo para hacer llamadas o enviar mensajes.

En mi experiencia personal, en ningún momento hice uso del menú del 'dock'. Para llamar ya tenía el teléfono y las funciones que más utilizaba en el reloj (notificaciones y la 'app' de actividad) las tenía a mano en los atajos que puedes personalizar en el 'watchface'.

En WatchOS 3, el 'dock' se ha convertido en un repositorio de aplicaciones favoritas que, además, se mantienen en segundo plano en todo momento para que se abran al instante y con la información actualizada. Ahora sé que si quiero acceder a los entrenos, los últimos resultados, el temporizador o la lista de la compra, solo estoy a dos pulsaciones y unos pocos segundos de transición. Antes de la actualización, el proceso era tan lento que hasta en ocasiones la pantalla del reloj se ponía en reposo.

La reinvención del 'dock' no ha sido la única de las decisiones inteligentes que ha tomado Apple con WatchOS 3. De hecho, lo que ahora se encuentra en el 'dock' era lo que antiguamente se llamaba 'vistazos', que aparecían deslizando el dedo de abajo hacia arriba. Ahora, ese gesto abre un menú similar al centro de control de iOS con seis opciones: el nivel de batería, el modo avión, una para silenciar el teléfono, otra para activar el modo 'no molestar', una quinta que nos permite detectar el iPhone si no lo tenemos a la vista y la última que gestiona la transferencia de archivos vía AirPlay.

El rendimiento del Series 1 ha mejorado tanto que, a 369 euros, no parece una compra tan descabellada como hace un año

Por si no fuera suficiente, Apple ha introducido cambios en la gestión de los 'watchfaces' para que cambiar de uno a otro sea mucho más sencillo. Se acabó aquello de hacer presión en la pantalla para abrir el menú desplegable: ahora basta con deslizar el dedo de izquierda a derecha (y viceversa) para cambiar en cuestión de décimas de segundo, lo que se traduce en una mayor variedad de diseños a la hora de usar el reloj.

La firma de California ha entendido que el reloj, más allá de ser una versión en miniatura de un iPhone (filosofía que no parece haber calado entre el gran público), se ha erigido como una pieza de valor entre un cierto tipo de usuarios: los deportistas. A falta de probar el Series 2, la opinión entre la prensa especializada parece apuntar a un mismo lugar: Apple ha convertido el Watch en una herramienta pensada para deportistas.

Lo demuestran decisiones como los nuevos 'watchfaces', donde los famosos círculos de la 'app' de Actividad han ocupado un lugar preferente (y se han convertido en mis favoritos), o la inclusión de GPS y la resistencia al agua (que probaremos en cuanto tengamos una unidad del Series 2). Apple ha comprendido que replicar el ecosistema de 'apps' de un iPhone o incluso un iPad no tiene sentido en un reloj, donde la experiencia es efímera y la necesidad de consultar información se mide en segundos.

Por el camino, en WatchOS 3 se han perdido algunas funciones. La opción de mover la corona digital para ver 'el futuro' (la temperatura que va a hacer o las citas que tenemos pendientes) ha desaparecido, así como la 'app' del tiempo, que se ha simplificado hasta el punto de que ya no muestra la probabilidad de que llueva a una hora determinada. Si bien la primera es una decisión que no echo nada de menos (no suelo tener la agenda repleta de eventos, lo reconozco), la segunda sí que es una pérdida, especialmente cuando amenaza tormenta.

Dos últimos aspectos a tener en cuenta: ármate de paciencia al actualizar, porque el tiempo entre descarga e instalación puede llegar a las dos horas. ¿Y esa nueva 'app' de respirar? En un primer momento parecía divertida pero reconozco que, en el frenesí de una redacción, cuesta trabajo parar un minuto y olvidarse de todo. En última instancia, la he ignorado por completo.

Su mayor activo, revalorizar el Series 1

Cada vez que alguien me preguntaba qué me parecía el primer Apple Watch, la respuesta siempre era similar: no es un 'gadget' imprescindible como lo fue el iPhone y sus problemas de usabilidad (en especial, la lentitud del sistema operativo) malograban la experiencia de uso. En definitiva, a 469 euros, era el mejor ejemplo de la primera versión de un nuevo 'hardware', un aparato que necesitaba pulirse y con un precio que no se correspondía con las ventajas que ofrecía.

Pero el vuelco que ha dado el WatchOS 3 a ese primer Apple Watch ha revalorizado el Series 1. No hay que olvidar que Apple asegura que ha remozado el reloj con un procesador algo más rápido, por lo que los tiempos de carga todavía deberían reducirse más.

Por 369 euros, el Series 1 me sigue pareciendo un 'gadget' algo caro, pero que ofrece una experiencia consistente y que puede ser útil a cierto tipo de usuario (desde el enamorado de Apple hasta el atleta que quiere exprimirlo). Lo que queda claro, después de un par de semanas de uso, es que WatchOS ha pasado de ser una calamidad a convertirse en una interfaz en sintonía con el 'hardware' sobre el que funciona.

Apple tenía un problema con WatchOS. Un problema muy gordo. Quizá lo más sencillo, de cara a la salida del Apple Watch Series 2 era tirar abajo el trabajo hecho hasta ahora y comenzar de cero. Pero la firma de Cupertino decidió ponerse las pilas: quedarse con lo bueno, eliminar lo malo y reinventar aquello que no funcionaba. Y eso es lo que ha conseguido con el WatchOS 3: ha refinado la experiencia para que sea más veloz, más amigable y aproveche mejor las características del reloj.

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