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Tu router te espía: cómo puede leerte los labios o adivinar lo que escribes
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Tu router te espía: cómo puede leerte los labios o adivinar lo que escribes

Las señales wifi son capaces de detectar con exactitud los movimientos de las personas como si de un radar se tratara, lo que le convierte en una potencial máquina de espionaje

Foto: Un grupo de potenciales espías.
Un grupo de potenciales espías.

Aunque tiende a pasar desapercibido, el ‘router’ se ha convertido en el aparato más importante en la mayoría de los hogares. A través de la señal wifi, da vida a los móviles, ordenadores, tabletas y todo tipo de dispositivos que conectamos a la red. Pero no solo en nuestras casas: estos dispositivos también se encuentran en las oficinas, en el autobús, en los aviones, en las cafeterías y en un sinfín de edificios.

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Las ondas que transmite un ‘router’, aparte de llevar internet a todas partes, son capaces de detectar la presencia de humanos y sus movimientos. Varios proyectos científicos han conseguido averiguar contraseñas, identificar a personas o adivinar el contenido de una conversación gracias a la señal wifi, una potencial herramienta para espiar a la gente sin cámaras ni micrófonos.

"El ‘router’ emite ondas de radio de forma similar a los radares. Los cuerpos de la gente, que están formados principalmente por agua, pueden reflejar las señales de radio. Por lo tanto, pueden actuar como un radar humano", cuenta a TeknautasWei Wang, investigador en la Universidad de Nankín, en China.

Cuando el ‘router’ se comunica con nuestro ordenador, también está recolectando información sobre cómo las señales atraviesan el aire y si hay algún obstáculo que impide que se distribuyan. Esta función no se implantó con el objetivo de espiar el entorno, sino para que el sistema pudiera ajustarse a sí mismo y establecer una mejor conexión libre de interferencias. Los científicos han aprovechado esta característica para explotarla y conseguir resultados más allá de la misión principal del aparato. "Las señales wifi pueden hacer muchas más cosas", explica Wang.

Una muestra es Wikey, un sistema que monitoriza el movimiento de los dedos de las manos de una persona para averiguar qué teclas está pulsando y, de esta manera, conseguir información tan importante como puede ser una contraseña.

Como se explica en el estudio, los dispositivos wifi modernos están muy bien diseñados y tienen la capacidad de detectar cambios en las ondas de radio, por muy sutiles que sean. Por ello, los científicos del proyecto, de la Universidad de Nankín y la Universidad Estatal de Michigan y entre los que se encuentra Wang, estudiaron con detalle el movimiento que hacemos al teclear. Cuando pulsamos una determinada tecla, los dedos se mueven en una dirección única y generan un patrón concreto que la máquina puede memorizar. Cuando Wikey está entrenado, puede extraer toda una frase con una precisión del 93,5%.

Wang considera su invento como un sistema de teclado virtual, pero también como un aviso sobre el potencial de estos dispositivos. "Como investigadores, necesitamos identificar los posibles problemas de seguridad y privacidad y hacer públicos estos temas", asegura.

Hay equipos que han utilizado las señales wifi para "escuchar" lo que dice la gente mediante la lectura de los labios. Un grupo de investigadores de la Universidad de Berkeley mostró cómo su sistema sabía reconocer las palabras que una persona pronunciaba al hablar. La fiabilidad fue del 74% cuando tres personas hablaban al mismo tiempo y alcanzó el 91% cuando solo se tenía que concentrar en una. Eso sí, antes la máquina tuvo que aprender un listado muy completo de vocabulario.

Vigilancia invisible

Wisee, desarrollado en la Universidad de Washington, distingue hasta nueve tipos de movimientos, como empujar, dar una patada o un golpe con la mano. Con este ‘router’, los usuarios de videojuegos podrían utilizar su propio cuerpo como controlador sin necesidad de mando ni cámaras.

De una forma más sutil, WiFi-ID no reconoce solo los gestos más amplios, sino que es capaz de distinguir la forma de andar de la gente. Aunque parece más un invento de la ciencia ficción, este ‘router’ puede identificar a las personas solo por su manera de pasear. "Nuestro sistema se beneficia del hecho de que cada individuo tiene un estilo único de caminar, lo cual provoca alteraciones singulares en las señales wifi", nos cuenta Jin Zhang, el principal autor de la investigación.

Las diferencias de distancia entre nuestras extremidades, es decir, la longitud de nuestras manos y piernas, junto con la velocidad y el modo repetitivo de movimiento, hacen del caminar un movimiento exclusivo de cada persona. "Empleamos una serie de métodos de procesamiento de señales y de aprendizaje automático para encontrar los patrones", señala Zhang.

Este invento puede tener un sinfín de aplicaciones. "Podría ser utilizado como un método de interacción entre el hombre y la máquina". Así, si la máquina está instalada en un pasillo, cuando una persona conocida quiera entrar a una habitación se podría abrir la puerta automáticamente. Si el aparato se encuentra en el salón, según el miembro de la familia que se siente en el sofá, se encendería la televisión en su canal preferido.

Estas tecnologías sirven para identificar a los sujetos y reconocer lo que hacen, pero sin necesidad de grabar a la población, lo que puede suponer una ventaja

También puede tener fines más serios. Las instituciones lo pueden utilizan para limitar el número de personas que acceden a una sala, por ejemplo. "El sistema ayudaría a identificar las amenazas potenciales cuando se detecta presencia humana alarmante en determinados intervalos de tiempo o ubicaciones", nos explica el científico.

Todas estas tecnologías sirven para identificar a los sujetos y reconocer lo que hacen, pero sin necesidad de grabar a la población, lo que puede verse como una ventaja. Mientras una cámara ofrece información en exceso, la tecnología de detección por señales de wifi solamente aporta datos y no imágenes. Sin embargo, es inevitable visualizar estos sistemas como una intromisión que se produce sin que el usuario se percate. Como afirmaron los investigadores de WiSee, este "no requiere ningún cambio en las normas vigentes".

Por el momento, sólo en laboratorios

Así, Wikey parece la herramienta ideal para robar contraseñas si cae en manos inadecuadas o un ciberdelincuente logra controlar el aparato. Pero, por el momento, parece que es una preocupación que podemos posponer. "Actualmente, estos sistemas sólo se practican en laboratorios y de una forma estrictamente controlada. Se necesitaría bastante trabajo para hacer que funcionen en el mundo real", detalla Wang. Las máquinas son susceptibles a pequeños cambios en el entorno y sufrirían interferencias de otros dispositivos. Además, necesitan una conexión muy rápida.

Como toda nueva tecnología, se puede utilizar para mejorar la vida de la gente (controlar las multitudes o asegurar los sistemas de acceso a lugares privados), pero también convertirse en otra herramienta para vigilar a las personas de una forma casi imperceptible. La sofisticación del espionaje puede ser vía wifi.

Aunque tiende a pasar desapercibido, el ‘router’ se ha convertido en el aparato más importante en la mayoría de los hogares. A través de la señal wifi, da vida a los móviles, ordenadores, tabletas y todo tipo de dispositivos que conectamos a la red. Pero no solo en nuestras casas: estos dispositivos también se encuentran en las oficinas, en el autobús, en los aviones, en las cafeterías y en un sinfín de edificios.

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