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Probamos el robot aspirador de Xiaomi que limpia tu casa (y no tu bolsillo)
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Cuesta bastante menos que una roomba

Probamos el robot aspirador de Xiaomi que limpia tu casa (y no tu bolsillo)

El robot aspirador del fabricante chino se integra en su ecosistema de hogar inteligente y supone una buena alternativa a los Roomba de iRobot

Foto: Mi Robot Vacuum.
Mi Robot Vacuum.

Vivo en Shanghái y tengo un gato. Pueden parecer dos datos irrelevantes en un artículo sobre tecnología, pero no lo son si el artilugio que vamos a probar es el Mi Robot Vacuum, el aspirador automático que ha lanzado al mercado Xiaomi. No en vano, me hacen pertenecer al segmento del público al que más le puede interesar este aparato: mi apartamento está permanentemente tomado por el pelo que deja por doquier el maldito minino —y eso que no es de largas cabelleras como otros— y por el polvo que se acumula rápidamente en la capital económica de China debido a los elevados niveles de contaminación. Así, se hace inevitable pasar la aspiradora al menos una vez cada dos días para evitar que el lugar se convierta en una pocilga. No tener que hacerlo se antoja un inmenso alivio.

Y lo es. Superada la resistencia a meter un nuevo cacharro de dimensiones considerables en un hogar diminuto, el resultado de una semana de prueba con el Mi Robot Vacuum es muy satisfactorio. Salvo para el felino, claro, porque es de sobra sabido que tienen una aversión enorme a este tipo de electrodomésticos. Él no ha sido una excepción, aunque parece haber aprendido a ignorar el robot que le persigue insistentemente, como si supiera que es una de las principales fuentes de suciedad. Lo cierto es que ahora la diferencia salta a la vista, y que la casa está mucho más limpia que antes. El robot aspirador nos ha ahorrado un tiempo precioso.

Foto: Un robot aspirador limpia una sala de estar. (iStock)

No esperaba menos teniendo en cuenta el precio que tiene el aparato. Porque, en esta ocasión, aunque sigue manteniendo una gran relación con su calidad, el fabricante chino no ha bajado hasta el segmento ‘low cost’. Actualmente, el Mi Robot Vacuum se puede comprar en España con garantía por 336 euros, una suma que duplica la de los modelos más avanzados de sus competidores más directos, como el V7 de ILife, e incluso triplica la del modelo más básico de esa otra empresa, el V5.

Sin embargo, el aspirador de Xiaomi sigue resultando mucho más económico si se compara con los populares Roomba de iRobot, en cuyo catálogo el aparato más barato (el Roomba 681) sube a los 500 eruos. Y eso que las especificaciones del Mi Robot Vacuum son similares a las de los modelos más avanzados de iRobot, que no baja de los 800 euros. Su poder de succión, 1.800 Pa, y la autonomía de su batería son incluso superiores.

Al fin y al cabo, el robot de Xiaomi pretende convertirse en una pieza clave del ecosistema que la marca china está construyendo para el hogar inteligente a través de su colaboración con una constelación de start-ups tecnológicas —en este caso, Rockrobo—. De esta forma, el mando a distancia del robot es el móvil, que se convierte también en el centro de control de todos los aparatos de Xiaomi: desde el purificador de aire o la olla para cocer arroz, hasta la bicicleta o la popular pulsera de monitorización de la actividad diaria. “Hemos comenzado comercializando aparatos poco comunes y, poco a poco, iremos incorporando a nuestro catálogo electrodomésticos más habituales”, explicó a este periodista Wang Chan, responsable de MiJia —el ecosistema inteligente de Xiaomi—. O sea, que pronto veremos un MiFrigorífico o un MiCroondas.

placeholder El compartimiento de la suciedad tras solo dos días de uso. (Z. A.)
El compartimiento de la suciedad tras solo dos días de uso. (Z. A.)

Todos tendrán en común la sencillez de su funcionamiento. Porque si hay algo que sorprende es que el Mi Robot Vacuum es muy fácil de utilizar. Nada más encenderlo, lo primero que hace es un mapa del lugar. Cuenta con 12 sensores diferentes que le permiten crear un dibujo preciso de la forma de cada habitación y de sus principales obstáculos. Sus ojos son una torreta con láseres que escanea el entorno a una velocidad de 1.800 veces por segundo y un radar ultrásonico en la parte frontal. Gracias a ellos, el algoritmo que lo mueve diseña la ruta de limpieza más eficiente, algo que permite ahorrar recursos, ya que no pasa dos veces por el mismo sitio, y realizar la labor de forma más rápida y precisa.

El aparato está asistido en su movimiento también por otros sensores como una brújula, un acelerómetro, y varios sensores de colisión capaces de evitar que caiga por las escaleras y de discriminar entre una pared y una papelera o una pata de silla. Cuando encuentra una de las últimas le da una vuelta completa para retirar con su cepillo lateral incluso el polvo que se suele formar a su alrededor. Es capaz de cubrir 250 metros cuadrados —cinco veces mi apartamento— con una sola carga de su batería de 5.200 mAh. que, teóricamente, dura dos horas y media y que en nuestras pruebas se ha agotado entre las dos horas y las dos horas y 45 minutos, seguramente dependiendo de los obstáculos que se ha encontrado en el camino.

placeholder (Z. A.)
(Z. A.)

Como sucede con otros aparatos, antes de agotar toda la batería regresa a su poste de carga inalámbrica, pero no sin antes haber creado un mapa del trabajo que ha realizado y que se puede consultar desde el móvil. En la pantalla aparecen todos los movimientos que ha realizado en el suelo. Y desde el ‘smartphone’ también se puede elegir qué modo de limpieza se requiere en cada momento —silencioso para cuando estamos en casa, normal, o activo, que es más ruidoso pero también más rápido y potente, ideal para cuando el usuario está fuera—.

Problemas con los obstáculos

Lógicamente, el aparato tiene sus limitaciones. Por ejemplo, se ha atascado un par de veces en el pequeño desnivel de apenas dos centímetros que hay en la entrada al baño. Aunque lo detecta y casi siempre es capaz de salvarlo, en ocasiones se atasca y no puede salir. La solución es simple: cerrar la puerta. Pero también es mejorable su comportamiento frente a obstáculos temporales: si bien funciona a la perfección con las mesas, las sillas y el sofá, cuando se encuentra con algo inesperado, como una bolsa o unas zapatillas, a veces da un rodeo excesivo para evitar crear problemas. Eso sí, hay que reconocer que es divertido mirarlo.

Es evidente que para lograr un resultado satisfactorio resulta imprescindible mantener un mínimo de orden en cada habitación. No funcionará en el cuarto de un adolescente en plena edad del pavo. Porque, como advierte Xiaomi en el folleto de instrucciones, es recomendable retirar del suelo los obstáculos más pequeños, y eso incluye los manojos de cables. Al principio se antoja un incordio, pero luego sirve para mantener la casa más ordenada, ya que uno se da cuenta de todo lo que tiene por ahí tirado.

El Mi Robot Vacuum no es un sustituto total del aspirador tradicional. Hay lugares, esquinas que antes uno ni siquiera sabía que existían, a los que no llega

Finalmente, hay que reconocer que el Mi Robot Vacuum no es un sustituto total del aspirador tradicional. Hay lugares a los que no llega, sobre todo esquinas que antes uno ni siquiera sabía que existieran. También hay recovecos a los que no puede acceder por su tamaño. Pero es indiscutible que el robot reduce considerablemente la necesidad de hacer la labor manualmente. En Shanghái y con gato, una vez cada dos semanas parece ya suficiente. Eso sí, el disco blanco de Xiaomi funciona a diario. Y cada día uno se sorprende de todo lo que el aparato puede recoger en su compartimiento transparente —y muy fácil de vaciar— para la suciedad. A pesar de ello, el minino no se queda calvo.

Vivo en Shanghái y tengo un gato. Pueden parecer dos datos irrelevantes en un artículo sobre tecnología, pero no lo son si el artilugio que vamos a probar es el Mi Robot Vacuum, el aspirador automático que ha lanzado al mercado Xiaomi. No en vano, me hacen pertenecer al segmento del público al que más le puede interesar este aparato: mi apartamento está permanentemente tomado por el pelo que deja por doquier el maldito minino —y eso que no es de largas cabelleras como otros— y por el polvo que se acumula rápidamente en la capital económica de China debido a los elevados niveles de contaminación. Así, se hace inevitable pasar la aspiradora al menos una vez cada dos días para evitar que el lugar se convierta en una pocilga. No tener que hacerlo se antoja un inmenso alivio.

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