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Probamos el Feiyu G4Pro, un estabilizador para grabar con el móvil como Spielberg
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cuesta 209 euros

Probamos el Feiyu G4Pro, un estabilizador para grabar con el móvil como Spielberg

Diferentes marcas chinas han lanzado al mercado interesantes productos que permiten grabar vídeos con una calidad notable. Este es uno de los mejores

Foto: (Zigor Aldama)
(Zigor Aldama)

Las cosas como son: con la impresionante mejora de las cámaras que incorporan los teléfonos móviles, muchos han jubilado sus compactas y prefieren fotografiar exclusivamente con los ‘smartphones’. Ahora, además, un creciente número de terminales ofrece la posibilidad de grabar vídeos con calidad más que notable, tanto en resolución FHD como, sobre todo en los de gama alta, 4K. Y para que el acabado sea el mejor posible, nada como un estabilizador: el Feiyu G4Pro es uno de los mejores que hay en el mercado.

Foto: (Foto: Zigor Aldama)

Los aparatos más avanzados incorporan también estabilizadores ópticos y/o electrónicos que reducen las vibraciones y aumentan la fluidez de los movimientos en el vídeo. Pero, si bien suponen un interesante avance, son elementos que se quedan cortos para compensar nuestra falta de pulso y, sobre todo, los movimientos que hacemos a trompicones.

Es ahí donde entra en escena un aparato que puede suponer una gran diferencia en la grabación de vídeos: el estabilizador. Los hay de categorías muy diferentes, desde sencillos inventos mecánicos que ayudan a mantener quieto el móvil gracias a un contrapeso, hasta sofisticados sistemas de cuatro ejes pensados para cámaras réflex que van a ser utilizadas con fines profesionales.

Nosotros nos hemos decantado por probar uno de los mejores estabilizadores de gama media fabricados en China: el Feiyu G4Pro, que en Amazon cuesta 209 euros. Efectivamente, no es un aparato barato, pero después de varias semanas utilizándolo, salta a la vista que la relación calidad/precio es bastante buena. Existe también una variante para cámaras GoPro que funciona de igual forma, aunque los más manitas seguro que consiguen adaptar la versión de móviles para que acepte una cámara de acción.

Lo más importante es que resulta fácil de utilizar. Lo único que hay que hacer es escoger el contrapeso adecuado —el G4Pro viene con tres— dependiendo de lo pesado que sea el móvil que vayamos a montar (el tamaño máximo está en los de 5,7 pulgadas de pantalla, algo mayores que el iPhone 6 Plus), e instalarlo. A partir de aquí, el Feiyu viene con dos juegos de baterías recargables, que dan una autonomía de unas dos horas cada uno, y su uso resulta bastante sencillo. De hecho, la mayor parte de usuarios sólo necesitará apretar el botón de encendido y utilizar el modo que viene por defecto, que sirve para estabilizar nuestros movimientos según caminamos o para compensar los que hacemos cuando queremos que esté grabando quieto.

La mayor parte de usuarios sólo necesitará apretar el botón de encendido y utilizar el modo que viene por defecto para estabilizar los movimientos

No obstante, quien quiera liarse la manta a la cabeza tiene muchas más opciones. A todas se accede desde el único botón del aparato, lo cual simplifica bastante el proceso. Pero hay que acordarse del número de pulsaciones con el que se accede a cada modo. Una sola lo pone en situación de bloqueo, lo cual quiere decir que no cambiará el ángulo por mucho que nosotros nos movamos. Es muy interesante, por ejemplo, si estamos siguiendo a una persona mientras camina y necesitamos mirar hacia atrás para no tener un accidente.

En este modo, además, con el pequeño joystick que incorpora el G4Pro podemos rotar el móvil 360 grados sobre su eje horizontal y casi 350 grados en el vertical. Cuanto más fuerte lo presionemos, más rápido será el movimiento automático, que también se puede dirigir con un mando a distancia opcional, una opción perfecta para cuando se pone el aparato en un trípode. Por su parte, dos pulsaciones activan el modo de panorámica, tanto horizontal como vertical; y tres lo llevan al modo inverso. Finalmente, con cuatro pulsaciones hacemos un ‘reset’ y el estabilizador vuelve a su posición y modo iniciales.

Lógicamente, el aparato tiene sus limitaciones. Por ejemplo, cuando lo tenemos bloqueado en una posición, hay que tener cuidado de no moverse tanto como para que dos de los ejes se toquen, porque eso provocará un movimiento brusco. Pero hay que reconocer que es necesario ser un contorsionista experimentado para llegar a esa situación, porque lo hemos probado haciendo movimientos bastante extraños y el móvil continúa manteniéndose en posición.

Interesante también es la posibilidad de controlar los movimientos de rotación motorizada mientras nosotros hacemos otro para lograr efectos que sólo se pueden obtener con una grúa. Requiere de cierta habilidad, pero se obtienen resultados espectaculares cuando, por ejemplo, levantamos el móvil y, a la vez, siguiendo la misma velocidad de nuestro movimiento, realizamos una rotación hacia abajo, lo cual da como resultado el paso de un plano frontal a otro cenital. Este es uno de los efectos que no se pueden lograr con los estabilizadores mecánicos. Y, aunque no se obtienen resultados tan fluidos como los de una grúa, una 'dolly', o una 'steadycam', son más que aceptables. De hecho, en China no es inusual ver a periodistas de televisión utilizando este tipo de objetos para hacer entrevistas que luego se van a emitir.

Es de agradecer también el reducido tamaño del aparato, que permite llevarlo en una bolsa pequeña o, como hemos hecho nosotros en alguna ocasión, en el pantalón trasero del pantalón. El mango es bastante corto como para permitirlo, pero se echa de menos la posibilidad de que sea extensible para utilizarlo a modo de ‘paloselfie’ —aunque la marca vende por separado un extensor—. Así, el G4Pro funciona muy bien para grabar vídeos, pero no es un sustituto de ese otro elemento que tan a menudo se ve hoy en día. Además, no habría estado de más un botón adicional para poder controlar el móvil vía Bluetooth ya que, tal y como está diseñado, hay que poner en marcha y detener la grabación de forma manual, tocando la pantalla, o utilizando un disparador adicional de cualquier otra marca.

En cualquier caso, con un móvil que disponga de un objetivo gran angular en la cámara frontal —la de los selfies—, el estabilizador puede ayudar, y mucho, en el uso de programas que permiten la emisión en directo, como son Periscope o las copias chinas que cada vez tienen más aceptación en el gigante asiático. Y, lógicamente, se trata de un elemento que puede mejorar notablemente los vídeos caseros de nuestros viajes, que dejarán de marear al sufrido público que tenga que verlos.

Las cosas como son: con la impresionante mejora de las cámaras que incorporan los teléfonos móviles, muchos han jubilado sus compactas y prefieren fotografiar exclusivamente con los ‘smartphones’. Ahora, además, un creciente número de terminales ofrece la posibilidad de grabar vídeos con calidad más que notable, tanto en resolución FHD como, sobre todo en los de gama alta, 4K. Y para que el acabado sea el mejor posible, nada como un estabilizador: el Feiyu G4Pro es uno de los mejores que hay en el mercado.

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