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España tras el impuesto al sol: radiografía de un desastre fotovoltaico
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un sector con todo a favor

España tras el impuesto al sol: radiografía de un desastre fotovoltaico

Nuestro país se las prometía muy felices durante los primeros años del gobierno de Zapatero. La crisis y el gobierno del PP han cambiado el panorama de las renovables

La tecnología solar fotovoltaica ha bajado de precio un 80% en los últimos cinco años, según datos de Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Los tejados plateados, forrados de paneles, ya son habituales en muchas ciudades de Alemania, Estados Unidos y China. En España, sin embargo, el impuesto al sol ha aplastado cualquier iniciativa de autoconsumo.

Foto: La huerta solar Monte Alto de Milagro, en la provincia de Navarra

Las cifras de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) son demoledoras: en los últimos siete años España ha pasado de la segunda posición mundial en potencia fotovoltaica a la décima. Con los coches eléctricos y las baterías solares en el horizonte, nuestro país corre el riesgo de perder una carrera decisiva. Según Jorge Morales, experto en el sector y miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, “la ventaja de radiación solar que tiene España respecto a Alemania se pierde si se aumenta un 5% la rentabilidad del inversor. Esto es una barbaridad, pero está ocurriendo”.

En el hipotético caso de una legislación más favorable que elimine los puntos más polémicos del Real Decreto 900/2015, ¿sería rentable el autoconsumo solar en toda España? ¿Cuantas horas de sol tiene cada provincia? ¿Qué regiones tienen las comunidades de productores más fuertes? ¿Existen subvenciones a la instalación de paneles? Para responder a estas cuestiones hemos elaborado un mapa interactivo (lo puedes consultar arriba del todo) que recopila todos los datos necesarios para hacer una radiografía del escenario actual.

Grandes instalaciones vs pequeños productores

Las grandes extensiones fotovoltaicas —más de 1.000 kW por instalación— se concentran en Murcia (45 plantas), Badajoz (23) y Santa Cruz de Tenerife (22). Murcia lidera el ranking de potencia bruta total. Sus huertos tienen capacidad para generar 436.870 kW, el equivalente a la potencia bruta de la central nuclear de Garoña.

Navarra es líder indiscutible de pequeños productores: más de 5.000 propietarios de instalaciones con menos de 5 kW. El número total de productores en la Comunidad Foral es el mayor de las 52 provincias: asciende a 9.055.

El ratio más alto de potencia instalada por productor lo ostenta Santa Cruz de Tenerife: 189,89 kW de media por instalación. En la isla se concentran 602 instalaciones y la mayoría de ellas se encuentran en un rango de entre 50 y 100 kW. Esta distribución de potencia es la más habitual en el resto del país: muchas instalaciones de menos de 100 kW. Conviene matizar que, según fuentes del sector, algunos huertos solares de mayor potencia se camuflan en el registro como varias plantas pequeñas. Esto se hizo, afirman estas mismas fuentes, para aprovechar las primas más generosas concedidas en el pasado a instalaciones menores de 100 kW.

La mayoría de paneles que existen en España están en huertos solares, no en tejados. Solo una pequeña parte se utiliza para el autoconsumo eléctrico en casas o negocios. El impuesto al sol ha amedrentado a los ciudadanos. Incluso a los que se encuentran en las zonas con más horas de sol y podrían rentabilizar sus instalaciones a largo plazo. Según la base de datos de autoconsumo de MINETUR, en los últimos seis meses sólo se han registrado 61 instalaciones domésticas de autoconsumo fotovoltaico (de 10 kW o menos).

Historia de un eclipse forzado

España es el país europeo que recibe mayor cantidad de radiación solar susceptible de ser convertida en electricidad. Así lo demuestran las cifras del Sistema de Información Geográfica Fotovoltaica (PVGIS), dependiente de la Comisión Europea. Pero las políticas energéticas, los recortes y el impuesto al sol han dinamitado los cimientos de un sector que lo tenía todo a favor.

“Aquello fue un engaño a nivel de Estado”. Custodio Buil, uno de los pioneros que invirtieron en energía solar hace una década, recuerda así el momento en el que se torció el proyecto más importante de su vida. En 2008, él y su mujer pusieron parte de sus ahorros en una instalación de paneles solares fotovoltaicos en Huesca. No fueron los únicos. El 62% de la potencia fotovoltaica que existe hoy en España se instaló aquel mismo año. El Gobierno de Zapatero concedió unas suculentas primas a las renovables, en su afán de iniciar la transición energética hacia un modelo más limpio y autosuficiente.

“Pero en 2010 —recuerda Custodio— el ministro de Industria del PSOE, Miguel Sebastián, empezó a meter la tijera. Y lo salvaje fue cuando llegó el PP”. Seis años después, el sueño fotovoltaico agoniza: se han destruido puestos de trabajo en el sector y se han vendido empresas y patentes ante la competencia feroz de China, Estados Unidos y Japón. A Custodio y al resto de productores españoles les han recortado las ayudas prometidas en el Real Decreto 661/2007, que establecía un sistema de primas a las renovables con el objetivo de reducir la dependencia energética exterior, conseguir un desarrollo más sostenible y reducir los gases de efecto invernadero.

Fuentes del Ministerio de Industria, Energía y Turismo en funciones justifican así los recortes: “En las dos legislaturas anteriores se dispararon los costes causando el endeudamiento del sistema eléctrico y provocando una subida de precios desorbitada”. Es lo que se conoce como ‘déficit de tarifa’ que en realidad viene de mucho antes, desde la liberalización del sector eléctrico. Las eléctricas se privatizaron, aunque el Gobierno controlaba las subidas de precio. Es decir, se limitaba el precio del recibo de la luz y los costes reales de producir electricidad se escondían debajo de la alfombra. Costes que, por otro lado, eran difíciles de controlar porque las grandes eléctricas no se han sometido a una auditoría pública de esta deuda.

Los límites al precio de la electricidad aprobados en el año 2000 engordaron el déficit de tarifa y en 2005 la deuda ya había escalado a 4.000 millones de euros. Según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, en la actualidad la deuda asciende a 25.000 millones. Esos sobrecostes, ese 'déficit', es el que pagan todos los ciudadanos en el recibo de la luz. Los famosos peajes.

En 2010, el ministro de Industria del PSOE, Miguel Sebastián, empezó a meter la tijera. Y lo salvaje fue cuando llegó el PP

Las mismas fuentes ministeriales argumentan que con la reforma energética impulsada por el dimitido ministro José Manuel Soria se ha sustituido el anterior mecanismo de primas “por un régimen económico que garantiza una rentabilidad razonable”. Pero Mikel Paternáin, otro productor fotovoltaico como Custodio, lo califica de “fiasco”. Dice que cuando invirtió nadie contaba con que el Estado cambiaría tanto los términos del acuerdo. “Me pusieron encima de la mesa unas reglas para jugar y a mitad del partido me las cambiaron”.

Jorge Morales, de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, lo explica: “Se supone que hay un 7,5% de rentabilidad garantizada, pero no es verdad. Esa rentabilidad está garantizada si uno invirtió con los costes que fijaba el gobierno en el Real Decreto y en la Orden Ministerial. Lo cual está lejos de cumplirse en la mayoría de los casos”.

Morales atribuye el desastre fotovoltaico a una mala gestión política: “Los errores no los cometieron los empresarios ni las familias”, asegura. “Al ministro Sebastián esto se le fué de las manos. Y después, la corrección de ese error que hizo Soria fue aún peor. Tanto el PSOE como el PP lo solucionaron a golpe de martillazo”. José Donoso, director general de UNEF, incide en que los recortes de primas a las instalaciones fotovoltaicas que ya estaban construidas “generan una imagen de España como país inseguro jurídicamente”. Y añade: “La vía que quedaba, que era el autoconsumo, la dinamitaron con los primeros borradores del ‘impuesto al sol’ y barreras administrativas”.

Antonio Soler, de la cooperativa de renovables Som Energía y experto en fotovoltaica, lo resume así: “Hemos pagado la tecnología cuando era más cara. Hemos alcanzado la economía de escala gracias a los impuestos de todo el mundo. Se ha impulsado un sector, formado a gente... Y cuando todo el mundo podría disfrutarlo, justo en ese momento, se pega el tajo”.

La tecnología solar fotovoltaica ha bajado de precio un 80% en los últimos cinco años, según datos de Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Los tejados plateados, forrados de paneles, ya son habituales en muchas ciudades de Alemania, Estados Unidos y China. En España, sin embargo, el impuesto al sol ha aplastado cualquier iniciativa de autoconsumo.

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