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Santoro, el español que pudo vender su 'startup' por un millón... y dijo que no
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TOMÁS SANTORO, FUNDADOR DE SUMACRM

Santoro, el español que pudo vender su 'startup' por un millón... y dijo que no

Apenas un año después de haber montado su compañía, ¿qué emprendedor no soñaría con venderla por un millón de euros? No es el caso de Tomas Santoro: él dijo que no.

Foto: Tomás Santoro, consejero delegado de Sumacrm
Tomás Santoro, consejero delegado de Sumacrm

Desde que las 'startups' empezaran a hacerse visibles en el tejido empresarial, el imaginario colectivo ha ido creando una imagen algo tópica del emprendedor tecnológico: la del hombre joven que, a costa de levantar financiación (aunque no facture un solo euro), consigue hacer crecer un proyecto hasta vendérselo a un gigante multinacional.

Foto: Foto: EFE/Juan Carlos Hidalgo.

Más allá de que esta imagen sea merecida o inmerecida, y más allá de la idiosincrasia de muchas pequeñas empresas tecnológicas, lo cierto es que a diario nos encontramos con emprendedores que rompen de lleno con este tópico.

Uno de ellos es Tomás Santoro, CEO de Sumacrm, un software de gestión empresarial que, en menos de un año de vida, le supuso a este emprendedor una oferta de compra que no podía rechazar... o sí.

El comienzo: diciembre de 2015

Todo comenzó a mediados del pasado mes de diciembre. Las oficinas de SumaCRM, en las que trabajan ocho personas, recibió una llamada. Fue el propio Tomás quien respondió, aunque no se imaginaba que al otro lado de la línea se encontraba el fundador de una compañía multinacional que se dedicaba a lo mismo que ellos.

"Me dijo que su empresa iba a entrar en el mercado español y que le interesaba conocernos", nos cuenta Tomás. "Yo me he reunido muchas veces con gente de la competencia, así que le dije que sin problema". Dicho y hecho: dos días después, el fundador de la multinacional estaba en Madrid.

Una mera llamada de teléfono acabó convirtiéndose en una oferta de compra

El modesto equipo de SumaCRM no tiene salas específicas de reunión, ya que trabajan en un modesto 'coworking', con lo que el encuentro se produjo en un restaurante cercano a su oficina. El fundador de la empresa multinacional comenzó, amigablemente, a darles datos de su empresa. Muchos datos. Demasiados, de hecho.

"Yo estaba flipando", reconoce Tomás. "Al principio parecía que podría ofrecernos algún tipo de colaboración, pero es que nos estaba dando muchísimos datos de su empresa. Así que claro, como nos daba tanta información, mi socio y yo seguíamos preguntando.. y él seguía respondiendo".

La pregunta clave: "¿Os interesaría vender?"

Pese a la previsión inicial de Tomás, estaba claro que aquel hombre no había ido a Madrid tan sólo para conocerse o para establecer alguna simple colaboración. Ahí había algo más.

Cuando el miembro de la multinacional reconoció entre risas estar dándoles demasiada información a Tomás y su socio, les contó directamente sus intenciones: "Nos dijo que nos seguían muy de cerca desde el principio: que conocían nuestro CRM, nuestro blog, que les gustaba mucho cómo habíamos hecho una buena marca en tan poco tiempo... y que si estábamos interesados en vender la empresa".

Foto: Foto: EFE/Marta Pérez.

"Le dijimos que en principio nuestro objetivo no era vender la empresa", asegura Tomás, "pero claro, que no nos íbamos a cerrar a hablar con nadie, que podíamos hablar sin problema". En aquel momento, lo cierto es que SumaCRM apenas sumaba unos 9-10 meses y su facturación recurrente rondaba los 10.000 euros mensuales, pero el crecimiento iba siendo muy rápido, cercano a un 20% mensual.

"Yo diría que, más que la facturación en sí, lo que más les gustaba era la forma que estábamos teniendo de crecer y de hacer marca. En nuestro blog damos todas nuestras métricas, contamos la facturación que tenemos [incluso habilitaron un Excel con cifras actualizadas], damos consejos a otras empresas... Creo que eso fue lo que más les gustó", asegura convencido Tomás.

Un millón de euros... y un 'no' por respuesta

Tras alguna que otra conversación, la propuesta definitiva llegó a principios de enero, cuando Tomás y sus socios recibieron un correo electrónico que contenía una cantidad: un millón de euros. Esa era la oferta que la multinacional ofrecía por SumaCRM.

El millón en cuestión no parecía una mala cifra, desde luego: "Los socios fundadores multiplicaríamos por 10 nuestra inversión inicial, y los que se nos unieron al principio la doblarían".

5.000 euros/mes de sueldo y 1,2 millones en marketing

Además, las condiciones posteriores no eran malas en absoluto: los fundadores de SumaCRM tendrían un 20% de acciones de la empresa compradora, que, además, invertiría 1,2 millones de euros en marketing en los siguientes tres años.

Por otro lado, los actuales empleados de SumaCRM mantendrían su puesto de trabajo. De hecho, los fundadores pasarían a cobrar 5.000 euros netos al mes a cambio de continuar en la empresa durante tres años.

"Estábamos muy honrados, la verdad, siempre es un orgullo que alguien se interese por ti", nos cuenta Tomás. Pero la respuesta iría en el sentido contrario. Unos días después de la propuesta, el equipo fundador de SumaCRM la rechazó.

"Los fundadores habríamos multiplicado por 10 nuestra inversión inicial"

"No quiero que suene idealista, pero es que cuando montamos SumaCRM teníamos un sueño: hacer el mejor software para las pequeñas empresas, y no estaba claro que pudiésemos seguir haciéndolo", asegura Tomás.

Y es que entre las condiciones de la venta también se encontraba la imposibilidad de que SumaCRM siguiera desarrollando su propio producto, ya que, a partir de entonces, prácticamente todos los esfuerzos se centrarían en la mejora de los servicios de la empresa compradora. De todos modos, "ellos se lo tomaron muy bien. Agradecieron que hayamos sido sinceros, y la relación ahora mismo es muy buena".

Objetivo: facturar 100.000 euros al mes

Una vez desechada la oferta, Tomás y el resto de su equipo siguen centrados en lo que, desde el principio, siempre ha sido su objetivo: que SumaCRM llegue a facturar 100.000 euros al mes.

No es un brindis al sol, desde luego, ya que Tomás ya lo consiguió con Bocetos.com, una empresa de la que sigue siendo socio. Y aunque no sea un reto sencillo, lo asumieron como propio desde que SumaCRM nació.

De hecho, hace tiempo que la compañía abrió su blog para ir contando a clientes y curiosos los prolegómenos de esta lucha y la evolución de dicha facturación.

A día de hoy, SumaCRM factura 20.150 euros al mes de forma recurrente, pero crece a un ritmo cercano al 20%. Si todo va bien, Tomas cree que en diciembre de 2017 lo habrán conseguido. Habrá que ver cómo evoluciona la cosa, pero no es la primera vez que este emprendedor consigue una facturación así, de modo que no parece idílico ni descartable.

Desde que las 'startups' empezaran a hacerse visibles en el tejido empresarial, el imaginario colectivo ha ido creando una imagen algo tópica del emprendedor tecnológico: la del hombre joven que, a costa de levantar financiación (aunque no facture un solo euro), consigue hacer crecer un proyecto hasta vendérselo a un gigante multinacional.

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