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Con un portátil y en dos minutos: el último truco para robarte el coche
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los fabricantes tienen que avanzar en seguridad

Con un portátil y en dos minutos: el último truco para robarte el coche

Un tipo se cuela en un coche aparcado, saca un portátil y empieza a teclear. En dos minutos ha puesto en marcha el motor y se lleva el automóvil. ¿Qué ha pasado?

Foto: (Foto: Kaspersky)
(Foto: Kaspersky)

Un tipo se acerca a un coche aparcado, echa un vistazo a su alrededor y con un rápido movimiento abre la puerta y se cuela dentro. Se sienta en el asiento del conductor, saca un portátil y comienza a teclear. En dos minutos consigue arrancar el coche.

Foto: Un conductor prueba la función de piloto automático en un Tesla Model S. (Foto: Reuters)

Es lo que muestra el vídeo publicado por el dueño del coche en cuestión, un Jeep Wrangler de 2010. Ocurrió en Houston, donde la policía ha reconocido una serie de robos usando el mismo método. "No sabemos qué hace exactamente el ladrón con el ordenador, pero yo supongo que está accediendo al ordenador del coche y enlazándolo con una llave que ya debía llevar consigo y con la que consigue arrancar el coche", ha declarado James Woods, que lleva 23 años en el departamento antirrobo de coches, a 'The Wall Street Journal'.

Rubén Fidalgo, ingeniero mecánico especializado en automoción, explica que, efectivamente, el suceso parece ser una de las formas que ya se han convertido en habituales para robar coches en que el arranque depende de un sistema electrónico, en teoría más seguros que los únicamente mecánicos, porque no se pueden arrancar simplemente manipulando el motor. "Hay dos tipos de sistemas, uno en el que la llave emite una señal de radiofrecuencia, y otro en el que la llave tiene un código único".

El primer sistema, explica Fidalgo, es el que llevan los coches en los que no hace falta introducir la llave en el contacto para que este arranque. Es suficiente con acercarse al coche con la llave en el bolsillo. "Tienen un área de alcance, por ejemplo, unos cinco metros, y mientras la llave esté en ese radio, el coche puede arrancar con solo pulsar un botón". Para robar estos coches, los ladrones suelen utilizar un amplificador que aumente el área en que el coche capta la señal de la radio. "Imagina que el coche está en el garaje, y la llave en tu mesilla de noche. Si son 20 metros de distancia, los ladrones utilizan un amplificador, de forma que el coche detecte la llave a esa distancia, y así pueden arrancarlo".

Una puerta de acceso para los ladrones

En el segundo, la llave lleva un código único que el ordenador del coche debe reconocer para permitir el arranque. "Todos estos vehículos tienen un enchufe OBD a través del cuál es posible comunicarse con el coche", explica José Carlos Norte, jefe de la empresa EyeOS e investigador independiente de seguridad informática. Ese puerto se utiliza para acceder a la información del vehículo, como la temperatura del motor o la presión de las ruedas, por ejemplo, pero también sirve para administrar ese código. "Imagina que pierdes la llave. Tiene que haber un modo de que el coche no quede inservible en ese caso", explica Norte.

Hacen los coches más seguros, y los ladrones buscan cómo saltarse esa seguridad. Los fabricantes refuerzan sus coches, y el ciclo empieza de nuevo

Claro que eso supone también una puerta de entrada para los ladrones, que pueden utilizar ese punto de acceso para modificar la clave que el ordenador de abordo reconoce, y así hacer arrancar el coche con otra llave.

Se trata de un problema de seguridad bien conocido por los fabricantes y los expertos en ciberseguridad. Rubén Fidalgo lo describe como una "carrera hacia delante: los fabricantes hacen los coches más seguros, y entonces los ladrones buscan cómo saltarse esa seguridad. Los fabricantes refuerzan sus coches, y el ciclo empieza de nuevo".

"Es impensable lo inseguros que son"

Norte considera que la situación es algo más compleja: "Los fabricantes han tratado de proteger sus sistemas a través de la opacidad, de no mencionar cómo funcionan en sus manuales, pero a través de ingeniería inversa, se ha terminado conociendo su funcionamiento". La mayor parte de las veces, sin embargo, no ha sido obra de ladrones ni delincuentes, sino de investigadores como él que han publicado sus resultados con fines didácticos. Los interesados en hacerse con coches ajenos han aprovechado esos trabajos para saltarse la seguridad de los vehículos.

Foto: como-deberian-sonar-los-coches-que-no-suenan
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El problema está, denuncia el experto, en la nula experiencia en seguridad digital que tienen la mayoría de los fabricantes de vehículos. "Es impensable lo inseguros que son la mayoría de sus coches", lamenta. En su opinión, el sector del automóvil se encuentra ahora como el bancario hace unos años, cuando comenzaba a surgir y a crecer la banca digital: "Eran expertos en seguridad física, pero no digital. Tuvieron que ponerse al día, y ahora tienen sistemas muy, muy seguros. A los fabricantes de automóviles les pasa lo mismo: tienen que ponerse las pilas".

Y los conductores, ¿qué pueden hacer? "En principio, los usuarios no tienen forma de mejorar este tipo de seguridad en sus coches. Son sistemas complejos y la mayoría no tiene los conocimientos para modificarlos", concluye Norte, que señala que intentarlo puede ser contraproducente, por afectar a la garantía contratada. Fidalgo sugiere volver a los básicos: "Si tu coche tiene un cepo en el volante, y el de al lado no lo tiene, un ladrón seguramente se decantará por el de al lado, porque será más rápido llevárselo".

Un tipo se acerca a un coche aparcado, echa un vistazo a su alrededor y con un rápido movimiento abre la puerta y se cuela dentro. Se sienta en el asiento del conductor, saca un portátil y comienza a teclear. En dos minutos consigue arrancar el coche.

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