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"No quiero fotos de tu polla": así es la candidata al Senado que sufre ciberacoso
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LORETO AMORÓS (SOBIRANIA PER A LES ILLES)

"No quiero fotos de tu polla": así es la candidata al Senado que sufre ciberacoso

Para algunos es "la independentista calentorra" o "la candidata a la que después de comer le da por follar"; además, Loreto Amorós tiene que convivir con el ciberacoso a diario

Foto: Loreto Amorós sufre acoso tanto de hombres que quieren tener sexo con ella como de aquellos que la insultan por sus opiniones sobre política o feminismo.
Loreto Amorós sufre acoso tanto de hombres que quieren tener sexo con ella como de aquellos que la insultan por sus opiniones sobre política o feminismo.

En varios medios nacionales la han definido como "la candidata a la que después de comer le da por follar" o "la 'calentorra' que dispara con pólvora sexual".

En algunos de esos medios, de hecho, los comentaristas no se cortan un pelo: "¡Zorra! Ahora lo guay es ser un putonazo verbenero", "Otra putilla barata" o "Luego exigen respeto las muy zorras" son algunas de las palabras vertidas al respecto.

[Lea aquí: Acoso sexual, amenazas y asalto callejero: cuando el 'trol' de Twitter pasa a la vida real]

Sin embargo, lo que casi nadie ha contado es que, por desgracia, este tipo de comentarios y juicios hace años que la acompañan. Loreto Amorós se presenta en la lista al Senado de Sobirania per a les Illes, la aventura política de corte independentista de Cristófol Soler, quien fuera presidente de Baleares por el PP justo antes que Jaume Matas. No obstante, el ciberacoso sexual hace años que forma parte de su vida.

Loreto Amorós Rotger tiene 45 años, es madre de cuatro hijos y actualmente está en paro. Además, tiene un blog de relatos eróticos y en sus perfiles en redes sociales (Twitter, Facebook e Instagram) suele ser muy activa en favor del movimiento feminista, así como en contra del ciberacoso sexual que muchas mujeres sufren en internet.

"Qué lengua... ¿te gustan los rabos de 21cm?"

De hecho, Loreto no resulta desconocida para este periódico: en su momento ya nos hicimos eco de gran parte del acoso que sufre a diario.

Esto le ocurre sobre todo en Facebook, donde una simple solicitud de amistad puede convertirse rápidamente en un mensaje privado en el que, sin haber interambiado antes una sola palabra, las sutilezas brillan por su ausencia.

Y, ¿cuál es el pecado de Loreto? ¿Cuáles son los motivos que hacen que se enfrente a este tipo de situaciones casi a diario?

Por lo que parece, dos: por un lado, ser considerada atractiva por los hombres que la escriben; por otro, hablar abiertamente de sexo en sus perfiles de redes sociales. Al parecer, la mezcla de estos dos factores acaba dando el resultado que mostramos en varias de las capturas que ilustran este reportaje.

"Hablar de sexo no te permite mandarme tu polla"

Las situaciones arriba descritas, por desgracia, no resultan del todo inéditas para muchas mujeres que, con cierta frecuencia, suelen enfrentarse a casos similares. Pero en el caso de Loreto Amorós, hay un 'problema' añadido: ella denuncia públicamente este tipo de acoso.

"Que hable de sexo no le da derecho a nadie a enviarme una foto de su polla", protestaba hace tiempo la candidata, negando el aparente silogismo que muchos usuarios parecían haber establecido al ciberacosarla de esa manera.

"Mandar un primer mensaje directamente con la foto de un pene no es socializar"

De hecho, en septiembre de 2014, Amorós se hartaba y hacía un alegato en su propio Facebook: "¿Os imagináis que un día cualquiera a vuestra mujer, vuestra madre, vuestra hija, una buena amiga (...), en la calle, en un momento en el que nadie mira, le enseñaran la polla? Luego ella os lo cuenta: ¿qué pensaríais? Probablemente en ningún momento se os ocurriría decir: 'Claro, como la muy fresca ha salido con una camiseta de tirantes', o: 'Bah, seguro que le ha encantado verle la polla, debería estar halagada de que un tío se la muestre'. Seguro que no, ¿verdad?".

"Pues a mí me pasa exactamente lo mismo con determinados mensajes que recibo", aseguraba, "ya sean 'fotopollas' que no he pedido jamás, ya sean mensajes nombrando alguna parte de mi cuerpo u otros preguntándome si tengo novio. ¿Es que si os digo que no lo tengo os da derecho alguno a entrarme? Mandar un primer mensaje directamente con la foto de un pene, lo siento, pero no es socializar", sentenciaba.

"Tú te lo vas buscando"

Y es que aquí entra otro de los problemas de la candidata al Senado: si sufre acoso en redes sociales, la culpa es de los acosadores, claro está, pero parece que también suya. O, al menos, la culpa está repartida.

Le ha pasado varias veces: ya sea en Facebook, Twitter o Instagram, con frecuencia aparecen usuarios que no comprenden por qué Amorós se queja de este acoso, ya que, según su opinión, ella se lo estaría 'buscando'.

A ella no le queda otra que recurrir a la ironía: "Vengo a pedir perdón por ser mujer, tener tetas y querer denunciar mensajes de acoso de fotopollas. No volverá a ocurrir".

Pero hay algo que le sienta mucho peor: "Lo que más me duele cuando decís estas cosas es que muchas seáis mujeres. Mujeres aludiendo a frases típicamente machistas: 'No pongas foto del escote', 'No hables sobre determinados temas', 'No te pongas minifalda', 'No camines sola por sitios solitarios y oscuros'... Es decir, exactamente como cuando en una violación indicáis lo que no debemos hacer las mujeres, en lugar de decir a los hombres acosadores que no deben acosar".

La palabra maldita: 'feminazi'

Si todos los ingredientes anteriores no fueran suficientes, hay uno más que acaba de formar el explosivo cóctel: su ideología. Porque Loreto Amorós no solo es feminista, sino que además en su propio Twitter recurre a la ironía para autodefinirse como "mala persona, atea y roja" y, en su candidatura al Senado, forma parte de un partido soberanista que reclama la integración de Baleares dentro de los Países Catalanes.

Por ello, a menudo Amorós ha recibido ataques machistas derivados también de su opinión sobre asuntos políticos. Es precisamente lo que pasó tras las violaciones masivas en Colonia la pasada Nochevieja, cuando la problemática de las agresiones sexuales llegó a mezclarse con una posible islamofobia.

Y fue al hilo de esas polémicas, así como de las discusiones que Amorós tuvo en Twitter, cuando la candidata recibió varios mensajes en los que le deseaban ser ella la violada.

Al final, entre unas cosas y otras, el resultado es el mismo de los últimos años: una mujer que no solo sufre ciberacoso sexual en sus propios perfiles de redes sociales, sino que, además, está teniendo que pagar el precio que supone denunciarlo públicamente.

En varios medios nacionales la han definido como "la candidata a la que después de comer le da por follar" o "la 'calentorra' que dispara con pólvora sexual".

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