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Monas ebrias y humanos híbridos: el experimento más loco de la biología
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Un extraño experimento ideado en el Siglo XX

Monas ebrias y humanos híbridos: el experimento más loco de la biología

El científico mexicano Alfonso Luis Herrera proponía en 1933 cruzar chimpancés con seres humanos para demostrar el origen animal de nuestra especie

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"[Se debe] obtener, por impregnación artificial, un híbrido de hombre y de mono, que demostraría la unidad del hombre y los animales, así como nuestra naturaleza bestial, y por ningún concepto divina y céntrica en el pavoroso Universo". La cita pertenece al biólogo Alfonso Luis Herrera (1868-1942), un investigador mexicano obsesionado con un experimento que hoy parece, por inmoral e imposible, más propio de un 'científico loco'.

La frase está extraída del monográfico de Herrera 'El híbrido del hombre y el mono', publicado en España en 1933 bajo la colección Cuadernos de Cultura, cuando el biólogo, de entonces 65 años, se encontraba ya jubilado. El 'incunable' al que ha tenido acceso Teknautas muestra que Herrera, materialista y ateo muy crítico con la Iglesia, defendía este experimento como la mejor forma de demostrar de una vez por todas las teorías de Darwin, el origen animal del ser humano y la inexistencia de divinidades.

Por locas que puedan parecer hoy sus ideas, Herrera no las defendía en soledad. El mismo monográfico habla del apoyo de Oscar Riddle, uno de los mejores biólogos estadounidenses de la época. También menciona a Ilya Ivanovich Ivanov, investigador soviético que intentó hacer este cruce en varias ocasiones según fuentes de la época. El mexicano cita artículos que aseguran que el experimento del ruso sí tuvo éxito, aunque se muestra escéptico ante la falta de pruebas.

Se determinará la dosis de vino necesaria para aletargar al animal, y fecundarlo, sin llegar a una alcoholización excesiva y peligrosa

Herrera, cofundador del Parque Zoológico de México —hoy zoológico de Chapultepec—, proponía llevar a cabo allí la prueba por el clima favorable para un animal como el chimpancé. A pesar del lenguaje —para nuestros ojos actuales— racista con el que se expresa Herrera durante todo el texto —habla en ocasiones de "negritos híbridos"—, deja claro que el objetivo del cruce es sólo científico y se opone a aquellos que buscan producir "trabajadores semihumanos entre gorilas y nativos de África que puedan ser esclavizados".

La meta de Herrera era obtener con el tiempo un ser vivo parecido al homínido extinto 'Homo erectus'. La idea es similar a la empleada hoy en día para recuperar especies desaparecidas como la quagga, una especie de cebra que ahora se intenta 'resucitar' mediante selección artificial. El biólogo esperaba "acelerar el proceso evolutivo" para, en unas pocas generaciones, obtener un "mono antecesor".

He propuesto este experimento en zoos, pero se tiene miedo de los ataques de la prensa y del fanatismo, y mi proyecto ha sido abandonado

Los híbridos animales existen, como demuestra el caso de la mula —procedente del cruce entre yegua y burro—, aunque son en su mayoría estériles. Entre especies diferentes de seres humanos la mezcla no sólo es posible, sino que ha jugado un papel importante en nuestra evolución, hasta el punto de que hoy sabemos con certeza que por nuestras venas corre sangre neandertal.

Pero la gran pregunta es si el sueño de Herrera e Ivanov era posible. Para salir de dudas hemos preguntado al investigador de la Universidad de Tennessee especializado en especiación, híbridos y genética de poblaciones Benjamin Fitzpatrick. "La respuesta corta es que no lo sabemos con exactitud", responde por mail a Teknautas, aunque se muestra muy escéptico ante semejante posibilidad. El biólogo estadounidense comenta que la hibridación puede fallar en cada una de las fases que van desde el apareamiento al desarrollo embrionario y que, aunque no haya experimentos al respecto, es muy posible que fracasara en todas ellas.

"Aunque somos muy similares en lo que respecta al ADN, hay diferencias importantes que muy probablemente impedirían la fertilización y el desarrollo de un híbrido". En primer lugar el espermatozoide debe 'convencer' al óvulo de que es un espermatozoide y no un cuerpo extraño, un primer paso que Fitzpatrick duda que fuera salvado con éxito. Aun siendo optimistas, el investigador recuerda que los genes del padre y de la madre deben combinarse y "trabajar juntos" para producir un individuo viable, por lo que las diferencias cromosómicas y génicas entre ambas especies harían muy improbable que el feto fuera viable.

Vino y condones

El cuaderno no escatima en detalles sobre la metodología del experimento, que se haría cuando la hembra de chimpancé estuviera en celo. "Se determinará la dosis de vino necesaria para aletargar al animal, y fecundarlo, como se hace frecuentemente con mujeres embriagadas, sin llegar a una alcoholización excesiva y peligrosa, pues solamente se trata de evitar emociones y maltrato".

La meta de Herrera era obtener con el tiempo un ser vivo parecido al 'Homo erectus', como hoy se intenta con otras especies extintas

En cuanto al sujeto humano de la prueba, cuyo esperma se recogería desde un condón, Herrera señala la importancia de que fuera de la misma estatura que el animal. "Si es mucho más alto y grueso, de cabeza grande, puede morir el producto, o la madre o ambos, durante el parto". El mexicano no explica cómo conseguir un voluntario con una envergadura de 120 centímetros como la del chimpancé.

Huelga decir que el experimento nunca tuvo lugar, y no sólo por la falta de fondos que denunciaba Herrera. "Con motivo de mi último viaje a los Estados Unidos he propuesto este experimento en los parques zoológicos, pero se tiene miedo de los ataques de la prensa y del fanatismo, y mi proyecto ha sido abandonado". El biólogo culpaba a la Iglesia católica, cuya influencia define como "criminal", de ser la instigadora de la 'censura'.

El peculiar biólogo también defendía lo que, décadas más tarde, se ha bautizado como Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria. Ante su escepticismo sobre la paz mundial, escribía: "No hay ninguna obligación de persistir, nadie nos paga ni nos ha contratado para el sacrificio [...], se debería obtener el ideal, por hoy irrealizable, de la extinción de la especie humana, para evitar mares de lágrimas [...] por medios anticoncepcionales". Más de ochenta años después el ser humano sigue aquí, y con las alforjas llenas de bioética desvela cada día más datos sobre su origen y evolución.

"[Se debe] obtener, por impregnación artificial, un híbrido de hombre y de mono, que demostraría la unidad del hombre y los animales, así como nuestra naturaleza bestial, y por ningún concepto divina y céntrica en el pavoroso Universo". La cita pertenece al biólogo Alfonso Luis Herrera (1868-1942), un investigador mexicano obsesionado con un experimento que hoy parece, por inmoral e imposible, más propio de un 'científico loco'.

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