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Un tetrapléjico vuelve a mover la mano gracias a un chip implantado en su cerebro
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se conecta a los músculos del brazo

Un tetrapléjico vuelve a mover la mano gracias a un chip implantado en su cerebro

Ian Burkhart quedó paralizado hace seis años por un accidente. Ahora, ha sido capaz de jugar al 'Guitar Hero', pagar con una tarjeta de crédito y servirse un vaso de agua

Foto: Ian Burkhart juega a un videojuego. (Universidad del Estado de Ohio)
Ian Burkhart juega a un videojuego. (Universidad del Estado de Ohio)

Hace seis años, Ian Burkhart quedó tetrapléjico tras un accidente de buceo. Hoy, a sus veinticuatro años, este joven de Dublin (Ohio, EEUU) ha sido capaz de tocar la guitarra con el videojuego 'Guitar Hero', servir el contenido de una botella en una jarra y pagar con una tarjeta de crédito. Y todo con sus propias manos. Un chip del tamaño de un guisante implantado en su cerebro y conectado a una funda en su brazo ha hecho posible este avance que publica hoy la revista 'Nature'.

"En los treinta años que llevo en este campo es la primera vez que somos capaces de ofrecer esperanzas realistas a la gente", asegura el investigador de la Universidad del Estado de Ohio y coautor del artículo, Jerry Mysiw, en una nota de prensa. En una persona sana, los movimientos son posibles porque el cerebro puede 'hablar' con los músculos a través del sistema nervioso. Cuando esta vía de comunicación queda dañada, la mente es incapaz de transmitir sus órdenes al resto del cuerpo.

El siguiente paso es hacer que la tecnología sea inalámbrica y, por lo tanto, más cómoda para el paciente

NeuroLife es una tecnología consistente en un 'baipás neural' que circunvala las rutas dañadas para permitir la conversación entre cerebro y músculo. Se trata de un sistema que ya ha sido probado con éxito para mover brazos robóticos con la mente. El propio Ian logró abrir y cerrar su mano con sólo pensarlo en 2014, aunque ahora es capaz de llevar a cabo movimientos más sofisticados encaminados a mejorar su calidad de vida, como atender el teléfono. De momento, eso sí, se requiere de un cable que conecte el chip de su cabeza con el brazo.

Para reconectar el cerebro a los músculos rodeando la médula espinal dañada, los investigadores implantaron un microelectrodo en la corteza motora del paciente —la parte del cerebro responsable de los movimientos voluntarios—. Este chip es capaz de interpretar los pensamientos de Ian y transmitirlos a una funda especial en su brazo que estimula los músculos con nuevas señales.

El equipo de investigadores ha trabajado durante más de una década para que este avance sea posible. El mayor reto del baipás es conseguir que la actividad neuronal del paciente se convierta en un mensaje comprensible por la funda de su brazo, de forma que la extremidad se mueva tal y como su dueño desea y en tiempo real. En otras palabras, traducir el idioma de las neuronas en algo que una máquina pueda entender.

El chip interpreta los pensamientos de Ian y los transmite a una funda en su brazo que estimula los músculos con nuevas señales

Para lograrlo se utilizaron algoritmos que aprendían —aprendizaje automático— y descodificaban la actividad cerebral. "Durante los últimos diez años hemos aprendido a descifrar las señales cerebrales en pacientes con parálisis y ahora, por vez primera, esos pensamientos se están transformando en movimiento", explica el coautor Chad Bouton.

Según aseguran los investigadores, el paciente fue capaz de mover los dedos de forma independiente y llevar a cabo seis movimientos diferentes con la muñeca y la mano. Esto fue suficiente para que Ian pudiera realizar tareas sencillas como servir un vaso de agua y coger y soltar objetos. "Esta es la primera demostración de control exitoso de los músculos mediante señales intracorticales grabadas", escriben los autores en su artículo.

El sistema, aunque prometedor, todavía necesitará mucho desarrollo antes de estar disponible de forma generalizada. Los investigadores explican que el futuro lógico de la tecnología es evolucionar hacia un sistema inalámbrico que resulte cómodo para los pacientes en su día a día. De momento, otros cuatro voluntarios participarán en próximas pruebas que comenzarán este verano. "Ahora sé de primera mano que habrá avances científicos y tecnológicos capaces de hacer mi vida mejor", ha asegurado Ian.

Hace seis años, Ian Burkhart quedó tetrapléjico tras un accidente de buceo. Hoy, a sus veinticuatro años, este joven de Dublin (Ohio, EEUU) ha sido capaz de tocar la guitarra con el videojuego 'Guitar Hero', servir el contenido de una botella en una jarra y pagar con una tarjeta de crédito. Y todo con sus propias manos. Un chip del tamaño de un guisante implantado en su cerebro y conectado a una funda en su brazo ha hecho posible este avance que publica hoy la revista 'Nature'.

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