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Lo que en realidad hace Windows cuando dice que busca "solución a tu problema”
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Lo que en realidad hace Windows cuando dice que busca "solución a tu problema”

Un programa ha dejado de funcionar y, según Microsoft, el sistema está intentando diagnosticar y enmendar el error. No miente, pero tampoco esperes que lo arregle

Foto: Tranquila, Windows está trabajando duro en dar con una solución. (CollegeDegrees360)
Tranquila, Windows está trabajando duro en dar con una solución. (CollegeDegrees360)

Si hubiera que describir de alguna manera la (supuesta) personalidad de Windows, uno de los rasgos del sistema operativo de Microsoft sería sin duda el de solícito: “Windows necesita tu permiso para continuar. ¿Desea permitir que este programa realice cambios en el equipo?”. A veces tiene incluso la delicadeza de tratarnos de usted: “¿Desea ejecutar este archivo?”.

Si bien estos mensajes sólo tratan de buscar la aprobación del usuario, hay otro que no plantea pregunta alguna ni pide asentimiento. Solo afirma que un programa “dejó de funcionar”, sin vueltas de tuerca, y que va a cerrarse. Pero que no cunda el pánico, porque “Windows está buscando una solución al problema”.

placeholder Oh, oh...
Oh, oh...

Al igual que el tiempo estimado de descarga de archivos del navegador, la frase no parece transmitir mucha confianza a quienes la leen en la pantalla. ¿Qué está haciendo en realidad el sistema operativo? ¿Dónde ha ido a buscar la respuesta? ¿Por qué habla en tercera persona cuando se refiere a sí mismo?

Una caja negra

“La verdad es que es bastante difícil saber lo que hace realmente Windows en ciertas circunstancias”, asegura a Teknautas Fernando Pérez, investigador y profesor de sistemas operativos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Por eso en la docencia “siempre se han utilizado sistemas de la familia UNIX, cuyo código está disponible”.

No obstante, Pérez aclara que cuando Windows realiza esa afirmación “se sobreentiende que se está poniendo en contacto con algún servidor de Microsoft, describiendo tanto el problema como las características y configuración de tu equipo”. La funcionalidad es parte de un conjunto de herramientas que Microsoft ha configurado con este objetivo: recogen automáticamente los datos sobre los fallos en los denominados Informes de Errores de Windows, los clasifican y los guardan para utilizarlos en el futuro.

Cuando Windows dice que está buscando la solución al problema pero tú sabes que no lo está haciendo pic.twitter.com/2ubr4ipjFB

A esa memoria de ocurrencias fatídicas es también a la que acude el sistema en busca de una solución. “Intenta encontrar alguna incidencia similar para la que ya hubiera hallado un remedio en el pasado”, explica el profesor de la UPM. Si registró el mismo traspié y consiguió solventarlo, la respuesta estaría asimismo almacenada en la base de datos.

Aunque la teoría resulta la mar de lógica, la estrategia no funciona demasiado bien en la práctica. Una de las razones es la extensión de un catálogo con miles de millones de entradas: ¿qué probabilidad hay de que se produzca exactamente un fallo con las mismas especificidades técnicas que otro previo? ¿Y de que ese anterior esté resuelto?

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“Cuando se produce un problema de 'hardware' o de 'software', Windows recopila en el equipo la información que lo describe, llamada informe de problemas”, indica el propio sistema operativo en su configuración. Los datos básicos pueden incluir desde el nombre del programa a la versión, así como la fecha y la hora en que se produjo el fallo.

Si el usuario accede a enviar este informe para hallar esa ansiada solución —la funcionalidad podría desactivarse en el Panel de Control—, es posible que le pidan detalles adicionales, como archivos o partes de archivos. Pero “Windows no recopila de manera intencionada información personal”, advierten desde la empresa.

Pocas esperanzas

Según ha descrito el desarrollador de Microsoft, Raymond Chen, los datos son recogidos y estudiados por el equipo de Informe de Errores de Windows. Y no todas las entradas merecen la misma atención. “Los fallos no se distribuyen uniformemente y los recursos no son infinitos, así que tienes que dedicar tus recursos limitados a aquellos que tienen grandes efectos”.

“Cuantas más veces se avise sobre un fallo, más subirá en el ranking” y, por tanto, más posibilidades tendrá de ser analizado y resuelto. “Dependiendo del componente, el ascenso puede llevarle unos pocos cientos de informes, o cientos de miles”, explicaba Chen.

Los errores no se estudian por igual en Microsoft. La compañía da prioridad a aquellos más numerosos o que más se han producido de manera reciente

Cuando se trata de un programa de terceros, la cosa se complica. “Si la empresa tiene acceso a los datos de los informes de Windows, puede ver qué fallos están causando la mayoría de los problemas”, prosigue el desarrollador. Después de detectarlos, tiene que encontrar el remedio y proporcionárselo a Microsoft para que este se lo facilite al usuario.

Además, existe la posibilidad de que el fabricante sea “un vago”, como dice Chen, y no preste atención a los ya mencionados informes. Entonces, despídete (con más razón) de que el sistema operativo solvente los problemas de otros. En realidad, el fin del procedimiento no es facilitarle la vida al usuario: el análisis estadístico de los errores permite al equipo de Microsoft “priorizar recursos de programación, entender las tendencias de fallos y encontrar relaciones entre ellos”. Eso sí, Windows no miente: jamás promete que vaya a encontrar la solución. Sólo dice que la está buscando.

Si hubiera que describir de alguna manera la (supuesta) personalidad de Windows, uno de los rasgos del sistema operativo de Microsoft sería sin duda el de solícito: “Windows necesita tu permiso para continuar. ¿Desea permitir que este programa realice cambios en el equipo?”. A veces tiene incluso la delicadeza de tratarnos de usted: “¿Desea ejecutar este archivo?”.

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