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Las cebras... ¿son blancas con rayas negras o negras con rayas blancas?
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el debate definitivo

Las cebras... ¿son blancas con rayas negras o negras con rayas blancas?

Una pregunta que parece absurda y de respuesta bien clara. Pero las pruebas evolutivas y embriológicas contradicen nuestra intuición

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¿De qué color es en realidad una cebra? La pregunta parece absurda y carece del atractivo filosófico de la clásica competición entre huevo y gallina. Por supuesto que las cebras son blancas con rayas negras, ¡si hasta tienen el vientre blanco! La respuesta científica a la cuestión no es tan sencilla ni intuitiva. El paleontólogo, biólogo evolutivo y divulgador Stephen Jay Gould ya aseguraba, en uno de sus ensayos publicados en 'Dientes de gallina y dedos de caballo', que tras la aparente irrelevancia de este debate podría incluso haber prejuicios raciales, pues la mayoría de africanos considera que las cebras son negras con rayas blancas con tanta seguridad como nosotros pensamos lo contrario.

Para contestar la pregunta primero es necesario responder a otra algo más sencilla: ¿qué es una cebra? A grandes rasgos, se trata de un caballo, ahí no hay trampa. Estos animales africanos pertenecen al género Equus, el único que ha sobrevivido de la antaño próspera familia Equidae. Bajo este paraguas se agrupan caballos, asnos y, por supuesto, las tres especies de cebras que sobreviven en la actualidad.

También al género Equus pertenecía la quagga, una especie de cebra extinguida en el siglo XIX por culpa de la caza excesiva. Como puede verse en la única fotografía de este animal que se conserva y en las numerosas ilustraciones existentes, la parte posterior de este animal era de un tono rojizo oscuro, por mucho que las patas y el vientre fueran del todo blancos. Las cebras actuales tienen, al menos, un pariente cercano que pone en duda su condición nívea. ¿Y si en realidad estos caballos fueran oscuros con rayas claras?

placeholder Única quagga fotografiada, en el zoo de Londres en 1870
Única quagga fotografiada, en el zoo de Londres en 1870

La hipótesis de que los antepasados de las cebras eran del todo negros cobra más sentido desde un punto de vista evolutivo. Aunque la función de las rayas de estos animales no está del todo clara —camuflaje, refrigeración y protección contra mosquitos son algunas teorías propuestas—, resulta difícil de imaginar un caballo blanco como la nieve sobreviviendo al calor africano lo suficiente como para desarrollar rayas negras. Que los habitantes del Congo no tengan la piel como los de Islandia sirve como ejemplo de lo poco útil que resulta lo blanco en este continente.

En cualquier caso, la prueba final y más contundente corre a cargo de la embriología. Puesto que las cebras ya nacen con rayas, y no las desarrollan conforme crecen, es necesario estudiar sus embriones para contestar a la pregunta. El color de los animales viene determinado por la concentración de melanina, por lo que sólo existen dos posibilidades durante el desarrollo de estos caballos: o bien el pigmento se acumula para formar rayas negras... o bien se elimina para generar franjas blancas.

placeholder En la parte superior e inferior derecha se aprecian líneas negras dentro de las rayas blancas
En la parte superior e inferior derecha se aprecian líneas negras dentro de las rayas blancas

La opción correcta es la segunda: los embriones de cebras, repletos de melanina, son negros. En un punto determinado del desarrollo comienzan a perder el pigmento en ciertas zonas, donde se forman las rayas. La mejor prueba es que algunos animales adultos muestran pequeñas líneas oscuras cuando las rayas blancas son demasiado grandes, señal inequívoca de que la supresión de melanina se debilita y el color oscuro vuelve a la carga:

placeholder Cría de cebra con un problema de pigmentación que revela el verdadero color de las cebras
Cría de cebra con un problema de pigmentación que revela el verdadero color de las cebras

Para los todavía incrédulos, la siguiente imagen de una cría con un problema de pigmentación zanja la cuestión. Los puntos blancos muestran cómo las rayas que no se han formado bien durante el desarrollo son blancas, y que el color básico del animal es el negro. Que su vientre sea blanco no quiere decir nada, pues gran parte de los animales, desde leones a cocodrilos, tienen una barriga más clara sin que esto implique que su color real sea el blanco.

La evolución de sus primas las quaggas, la improbable supervivencia de un caballo blanco en la sabana y, sobre todo, las pruebas embriológicas permiten concluir que estos bellos animales son, en realidad, negros como el carbón. La evolución dotó de rayas blancas a los oscuros antepasados de las cebras sin saber que miles de años después generarían un debate capaz de dejarnos rayados.

¿De qué color es en realidad una cebra? La pregunta parece absurda y carece del atractivo filosófico de la clásica competición entre huevo y gallina. Por supuesto que las cebras son blancas con rayas negras, ¡si hasta tienen el vientre blanco! La respuesta científica a la cuestión no es tan sencilla ni intuitiva. El paleontólogo, biólogo evolutivo y divulgador Stephen Jay Gould ya aseguraba, en uno de sus ensayos publicados en 'Dientes de gallina y dedos de caballo', que tras la aparente irrelevancia de este debate podría incluso haber prejuicios raciales, pues la mayoría de africanos considera que las cebras son negras con rayas blancas con tanta seguridad como nosotros pensamos lo contrario.

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