Es noticia
El niño prodigio de la electrónica que convirtió el sintetizador en música
  1. Tecnología
El padre del 'Midi'

El niño prodigio de la electrónica que convirtió el sintetizador en música

Cuando la innovación en Silicon Valley era aún algo anecdótico, el ingeniero Dave Smith fabricó el primer sintetizador polifónico que incluía un microprocesador

Foto: Dave Smith, el padre del MIDI (Foto: keyboardmag)
Dave Smith, el padre del MIDI (Foto: keyboardmag)

El disco 'Switched-On Bach' de la compositora Wendy Carlos y el álbum 'Abbey Road' de los Beatles, ambos de finales de los 60, tienen algo en común. Tanto la intérprete como el grupo británico se arriesgaron a utilizar en sus canciones una tecnología que, aunque hoy sea de lo más común, por entonces todavía estaba en pañales: un sintetizador modular de la firma Moog.

Adquirieron el mismo modelo que el teclista Keith Emerson eligió en 1970 para darle un toque electrónico al sonido de su banda, Emerson, Lake and Palmer. Comenzó como un experimento en el estudio, pero su idea llevó 'Lucky man', uno de los temas del grupo de rock progresivo, a lo más alto de las listas de éxitos.

Emerson, fallecido el pasado 10 de marzo, fue uno de los principales precursores del sintetizador, allanando el camino para que otros músicos lo incluyeran permanentemente entre sus instrumentos. Pete Townshend, de The Who, lo hizo en 1971 para abrir y cerrar 'Won’t get fooled again' y Pink Foyd lo añadió en 1972 como ingrediente sonoro de la mayoría de las pistas de 'Dark side of the moon'.

Y mientras todos estos artistas presionaban las teclas de sus nuevos juguetes, el estadounidense Dave Smith terminaba sus estudios en informática e ingeniería electrónica en la Universidad de California en Berkeley. En 1972, un Smith recién salido de la facultad comenzó a hurgar en las entrañas de las máquinas de la época por iniciativa propia: en tan solo dos años desarrolló un secuenciador para programar notas en aquellos dispositivos arcaicos. Su afición le llevó ser uno de los principales fabricantes de sintetizadores de los años 70 y 80 y a convertirse en el padre del MIDI.

De ‘hobby’ a profesión con futuro

“Era músico y tocaba en algunas bandas”, explica Smith a 'Teknautas'. Y entonces, como tantas veces, la curiosidad y la casualidad hicieron de la suyas: “Vi un sintetizador en una tienda y lo compré porque me parecía guay, una combinación de tecnología y música”. Ni siquiera sabía cómo funcionaba, pero disfrutaba produciendo sonidos y descubriendo sus entresijos.

Aunque no todos funcionan igual, a los aparatos antiguos y modernos les une “la capacidad para generar sonidos musicales mediante procedimientos electrónicos de manera autónoma”, describe Alfredo Sanz, profesor de ingeniería de la música en la ETSIT de la Universidad Politécnica de Madrid.

Los de los años 60, fabricados principalmente por los estadounidenses Don Buchla y Robert Moog, estaban controlados por tensión eléctrica. El calificativo se debe a que la altura de las notas se regulaba por la tensión que, normalmente, provenía de un teclado. Sus componentes variaban, pero incluían como elementos básicos los osciladores (generadores de sonido) controlados por tensión, a los que se añadían otros extras como moduladores, filtros o amplificadores.

“Uno de los más emblemáticos es el Minimoog, de 1970, que se popularizó porque tenía muy buen sonido, era sencillo de usar y fácilmente transportable”, asegura Sanz. Este fue el modelo que compró Smith en 1972 y para el que desarrolló el secuenciador para programar series de notas repetidas, que se convertiría en el Secuenciador Analógico Modelo 600 en 1974, cuando fundó definitivamente la empresa Sequential Circuits.

“Había muy pocos fabricantes y era un mercado muy reducido, las pequeñas firmas Moog y Arp estaban prácticamente solas”, asegura Smith. Por aquel entonces, según el ingeniero, la cuna de la innovación tecnológica aún era un proyecto incipiente. “Silicon Valley estaba eclosionando y la tecnología en general no estaba tan extendida como ahora”, señala.

De monofónicas a polifónicas

Las máquinas de la época eran analógicas y monofónicas, esto es, solo producían una nota a la vez. Carlos tuvo que descomponer las partituras de sus canciones en melodías monofónicas, las grabó individualmente y volvió a unir al final con una grabadora multipista.

A pesar de que “el sintetizador monofónico es un instrumento musical pleno”, según Sanz, puede convertirse en una condena para los intérpretes. Smith acabó definitivamente con su dictadura y transformó la tecnología para hacer sus vidas un poco más sencillas. En 1978, Sequential Circuits lanzó el primer sintetizador polifónico programable, el Prophet-5, que generaba varias notas al mismo tiempo (cinco, por entonces).

“La polifonía y la programabilidad descubrieron muchas posibilidades a los músicos que querían incluir el sonido en sus melodías pero no entendían mucho de tecnología”, dice Smith. “Por primera vez, un teclista podía tocar un amplio rango de notas con un solo instrumento”.

El despegue de una industria

Después, llegarían los verdaderos sistemas digitales y los microprocesadores. “Tanto los sintetizadores digitales como los 'samplers' se beneficiaron mucho de la invención del MIDI (Musical Instrument Digital Interface)”, afirma Sanz. El protocolo estándar de comunicación entre instrumentos musicales (aceptado definitivamente en 1983) es otro de los hitos en la carrera de Smith. Tuvo un papel fundamental en su desarrollo, reconocido en 2013 con un premio Grammy técnico que compartió con su colega Ikutaro Kakehashi.

A partir de los años 80, el mercado de los sintetizadores dejó de ser un nicho ocupado por unos pocos. Fabricantes japoneses como Roland y Yamaha conquistaron las tiendas, y Smith tuvo que vender Sequential Circuits a este último, aunque el año pasado le devolvieron la marca.

Smith continúa diseñando y construyendo estos dispositivos bajo la firma Dave Smith Instruments, que fundó en 2002. “Ahora la tecnología y las herramientas son mejores, así que todo es más fácil; podemos construir instrumentos de calidad a menor precio”, indica el ingeniero. Aún disfruta con su trabajo: “Sigue siendo muy divertido, comienzas con una idea ¡y terminas con un instrumento musical nuevo!”.

El disco 'Switched-On Bach' de la compositora Wendy Carlos y el álbum 'Abbey Road' de los Beatles, ambos de finales de los 60, tienen algo en común. Tanto la intérprete como el grupo británico se arriesgaron a utilizar en sus canciones una tecnología que, aunque hoy sea de lo más común, por entonces todavía estaba en pañales: un sintetizador modular de la firma Moog.

Tecnología Música
El redactor recomienda