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Tres días de infierno vendiendo 'startups' en la mayor feria mundial del móvil
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Más de 2.000 compiten por una cosa: tu atención

Tres días de infierno vendiendo 'startups' en la mayor feria mundial del móvil

Hoy se clausura el MWC con cifras récord: casi 100.000 visitantes y 2.100 exhibidores. Para las 'startups' que asisten la feria es a la vez una gran oportunidad y un infierno

Foto: (Foto: MAM)
(Foto: MAM)

Jordi Cusidó resopla al abrir el tarjetero. Es un enorme libro con cientos de hojas de plástico. El lunes estaba vacío; ahora almacena más de 250 nuevas tarjetas. Solo hay que hacer las cuentas: siete nuevos contactos por hora; 70 al día; unos 300 cuando se clausure hoy jueves el Mobile World Congress. “Me levanto a las 7:00 y acabamos a las doce de la noche. Cada día es un caos”. Es el particular infierno de cientos de pequeñas ‘startups’ que acuden a la feria para competir por lo mismo: llamar la atención y darse a conocer. ¿Cómo lo hacen? Cusidó habla mientras otea un grupo de asiáticos que se acercan curiosos. Sonrisas y tarjetas listas. No hay ni un segundo que perder.

El Mobile World Congress de Barcelona cierra esta tarde sus puertas con cifras récord: casi 100.000 asistentes de 200 países; 100.000 metros cuadrados de exposición; 2.100 empresas, entre ellas 174 españolas. Todo junto y revuelto en un gigantesco evento en el que, además de presentar móviles, todas buscan hacer negocio. Unas lo tienen mucho más fácil que otras. Las grandes compañías acaparan la atención. El resto, las 'startups', tiene que pelear por ella. Y (casi) todo vale para conseguirlo.

Estar en el Mobile World Congress le cuesta a una 'start-up' unos 2.400 euros. “Nos subvenciona la Generalitat, si no costaría hasta 30.000"

Joan Pintiado ha recurrido a la tecnología para no pasar desapercibido. Un su ‘stand’ de apenas cuatro metros cuadrados ha instalado una hilera vertical de pequeñas pantallas que muestra de un vistazo lo que hace su empresa: ‘software’ para controlar el consumo de agua y electricidad en el hogar y ayudarte a ahorrar. “Con este sistema puedes escoger el caudal de agua que sale del grifo o la temperatura exacta. Lo mismo con la electricidad, puedes decidir consumir más luz solo cuando esta sea más barata. Todo automatizado desde una pantalla. Haciendo esto de forma constante es posible conseguir importantes ahorros”, explica Pintiado a Teknautas.

Su empresa, BNstar, con sede en Barcelona, tiene solo cinco empleados. Estar en el Mobile World Congress les cuesta 2.400 euros. “Nos subvenciona la Generalitat, si no costaría 20.000 o 30.000 euros, no nos lo podríamos permitir”. La ubicación es perfecta, en el pabellón ‘App Planet’, uno de los más concurridos. De los cientos de personas que desfilan cada minuto por delante, siempre se detiene alguno. Miran las pantallas, vídeos de grifos abiertos, leen la palabra ‘save’ (ahorrar) y listo, empiezan a preguntar.

“Quienes más nos visitan son asiáticos, chinos sobre todo, de empresas constructoras, hoteles, grandes edificios. Cada vez están más preocupados por temas medioambientales y de ahorro de recursos”. Pintiado y su socio hacen unos 40 nuevos contactos al día. “Muchos no acaban en nada, pero hay que intentarlo, estar aquí es una enorme oportunidad”.

Camisetas y buen rollo

A poco más de 50 metros otra ‘startup’ reclama atención a la vieja usanza: camisetas chillonas con el nombre de la empresa, veinteañeros y enormes carteles con dibujos explicando de qué va todo el jaleo. Su creador, Jordi Cusidó, de 36 años, lleva unas aparatosas gafas de pasta del mismo color azul eléctrico que las camisetas. ¿Parte del ‘show?’ “Hombre, a tanto no llegamos”. Me enseña una foto en el móvil de hace 3 años para corroborarlo. Tampoco le falta recurrir a muchos más trucos para captar la atención. HealthApp facilita a los médicos seguir la evolución de sus pacientes. Su primera versión está orientada a enfermos con desórdenes alimentarios. Doctores, responsables de clínicas y hospitales, programadores... muchos se paran unos segundos, miran los carteles, preguntan y listo, vuelan las tarjetas.

Pierdes la noción de con quién has hablado, es importante ir clasificando cada tarjeta para hacer seguimiento de la gente que realmente te importa. Hay de todo. Ayer vino un tipo a ofrecernos esquelas online. A nosotros. A una aplicación relacionada con la salud mental, con usuarios que muchas veces piensan en el suicidio", explica Cusidó. Y vuelve a abrir su tarjetero. La mayoría de tarjetas tienen dos letras escritas a boli: “KK”. ¿Esquelas online? KK. Siguiente. De las 300 solo se salva un puñado.

El gallego Elías Pérez Carrera lo tiene más complicado para “vender” su empresa. Trabaja con los operadores para crear la fontanería que hace posible nuevos servicios como la tele social de Telefónica, esa en la que quiere incluir Skype y WhatsApp y cobrar por ello. “A nosotros nos va bien que quiera cobrar por ello”, dice Pérez riéndose con sorna.

Aquí se viene a hacer reuniones. Hoy tengo 50, unas 300 en total en estos cuatro días. No se trata de pescar visitantes al pasar

Él es el fundador de Quobis, una empresa de Vigo ubicada en el pabellón de España junto a medio centenar de otras compañías de nuestro país, cada una en un diminuto cubículo donde cuesta revolverse. En frente hay otra hilera similar, pero solo de empresas catalanas. Aquí no verás ni camisetas, ni veinteañeros, ni buen rollo. “Aquí se viene a hacer reuniones. Hoy tengo 50, unas 300 en total en estos cuatro días. No se trata de pescar visitantes al pasar. En esta zona te ves con gente con quién ya habías hablado semanas atrás”, explica Pérez.

Para este ingeniero de telecomunicaciones la mayor ventaja de someterse a este infierno continuo de reuniones es ahorrar viajes y dinero en su empresa. “Hoy he conocido a los responsables de un banco turco que querían comenzar a trabajar con nosotros. Justo tenía pendiente un viaje a Turquía para reunirnos, ya no es necesario, nos hemos visto aquí”. Red.es subvenciona a todas las empresas buena parte del coste del 'stand'. Del total de 174 empresas españolas presentes en el Mobile World Congress, menos de una veintena acude por su cuenta, pagándose el coste completo por su cuenta. De una forma u otra, el infierno parece que merece la pena. Todos coinciden en una cosa: el año que viene, más.

Jordi Cusidó resopla al abrir el tarjetero. Es un enorme libro con cientos de hojas de plástico. El lunes estaba vacío; ahora almacena más de 250 nuevas tarjetas. Solo hay que hacer las cuentas: siete nuevos contactos por hora; 70 al día; unos 300 cuando se clausure hoy jueves el Mobile World Congress. “Me levanto a las 7:00 y acabamos a las doce de la noche. Cada día es un caos”. Es el particular infierno de cientos de pequeñas ‘startups’ que acuden a la feria para competir por lo mismo: llamar la atención y darse a conocer. ¿Cómo lo hacen? Cusidó habla mientras otea un grupo de asiáticos que se acercan curiosos. Sonrisas y tarjetas listas. No hay ni un segundo que perder.

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