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El plan de Netflix y Amazon para reinventar la televisión
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El plan de Netflix y Amazon para reinventar la televisión

Temporadas que se ven de una tacada, pilotos más arriesgados y una menor preocupación por la audiencia determinan los contenidos de las plataformas de 'streaming'

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Que las plataformas de 'streaming' están cambiando la forma en la que consumimos series y películas no tiene nada de nuevo a estas alturas. Sin embargo, parece que Netflix y compañía quieren ir un paso más allá: además de modificar cómo lo vemos, se han propuesto cambiar qué vemos.

“Creo que hay semillas de cambio”, afirma Alberto Nahum García, profesor de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra. Aunque probablemente sea pronto para hablar de un nuevo género o de una transformación a la hora de hacer series, las producciones propias de Netflix y Amazon se traen algo distinto entre manos.

Una narrativa para consumir de golpe

En realidad, esos cambios que ya se pueden ver en los capítulos de series como 'Daredevil' o 'Jessica Jones' se deben al modo que tienen estas plataformas de programar sus contenidos: el hecho de que promuevan el 'binge-watching' (la posibilidad de verlos seguidos en una maratón) mediante el lanzamiento simultáneo de todos los capítulos influye, y de qué forma, en la narrativa de las series.

“Hay un perfil de series que, por la manera en que quieren contar la historia, se consumen mejor si las puedes ver del tirón que si ves un capítulo semana a semana”, resume Concepción Cascajosa, profesora de Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III.

Que la temporada se emita entera y permita consumir dos o tres capítulos de golpe ha posibilitado que se rueden pilotos más arriesgados

Tal y como sucede en series como 'Orange Is the New Black' o 'Jessica Jones', estas plataformas pueden atreverse a lanzar episodios piloto más arriesgados, ya que su objetivo no siempre busca enganchar al espectador inmediatamente: tiene a su disposición toda una temporada y puede ver dos o tres capítulos seguidos.

No obstante, tal y como recuerda la propia Cascajosa, esto “no es algo que hayan creado ni Amazon ni Netflix”. De hecho, “poder ver al ritmo que uno quiera una serie ya es algo que estaba previsto gracias al DVD”, recuerda García, que pone como ejemplos de series ya novelizadas antes de la era del 'streaming' a 'Breaking Bad' o 'The Wire'.

La gran diferencia que presentan las creaciones propias de ambas plataformas es que están concebidas de esta forma desde el primer momento. No hay que esperar al lanzamiento del DVD, sino que los padres de las series ya moldean la narrativa para que pueda ser consumida de una tacada.

Además, García señala que “se pueden encontrar semillas de cambio desde el punto de vista estructural”. Tal y como apunta el profesor, las primeras temporadas de algunas de las creaciones propias de Netflix se pueden ver estructuradas como si fueran una especie de primer acto.

La libertad de no mirar a la audiencia

Parte de esta libertad creativa que está empezando a asomar la cabeza se debe a la forma que tienen las plataformas de 'streaming' de contratar las series: las temporadas se compran enteras. Así, los datos de audiencia no afectan al devenir de la primera entrega de capítulos y, “al ser una apuesta sobre seguro, permite abrir y cerrar la temporada como unidad narrativa de forma más clara”, concluye García.

No obstante, Cascajosa recuerda que esto tampoco es exclusivo de Netflix y Amazon, ya que los canales estadounidenses de cable ya contrataban así las temporadas de sus producciones. Aun así, hay un cambio: “Evidentemente, una cadena generalista depende más de los datos del día después”, afirma la profesora de la Carlos III.

La guillotina de las audiencias no amenaza, a corto plazo, a los creadores de series. Este es uno de los motivos que ha terminado atrayendo a nombres como Woody Allen o David Fincher al 'streaming', una opción que contemplan “como un jugador de pleno derecho”, explica García.

Ausencia de ruido social

Los mecanismos de creación de estas plataformas no son perfectos. Esa característica que abandera la nueva era de las ficciones, el 'binge-watching', hace que el efecto en redes sociales se diluya como un azucarillo.

Si durante la emisión en directo de los episodios de una serie convencional los 'fans' comentan, comparten y desgranan lo que sucede de forma simultánea, el problema de Netflix o Amazon es que cada espectador lleva su propio ritmo de visionado.

Jessica Jones tiene buen corazón, pero su toma de decisiones en la serie deja mucho que desear.

“Esa vertiente que tiene más que ver con la televisión social se pierde, y si al público le niegas ese elemento, se le quita algo bastante importante”, reflexiona Cascajosa.

No obstante, todo está aún por definir. Estas plataformas ya han recibido alguna que otra propuesta para emitir los capítulos al estilo clásico, de forma semanal (formato que empleó Yahoo con la última temporada de 'Community', antes de enterrarla definitivamente).

Netflix tiene previsto invertir más de 1.000 millones de dólares en series propias y también ha comprado películas en el reciente festival de Sundance

También invierten importantes sumas de dinero en películas (mayoritariamente independientes) que dejan entrever que aún no está del todo claro cuál será su apuesta más fuerte. ¿Quiere Netflix ser la televisión del futuro o también quiere convertirse en una sala de cine 'indie'? Si este año tiene previsto invertir más de 1.000 millones de euros en producciones propias, también ha desembolsado una cantidad importante (aunque inferior), en la compra de películas en el festival de Sundance.

La aparentemente dubitativa estrategia de Netflix y compañía podría suponer una revolución en la forma de crear los contenidos del futuro. Series y películas pueden cambiar para siempre a pesar del cine y de la televisión, que tendrán que adaptarse (si pueden) a los cambios que ya asoman por la puerta del 'streaming'.

Que las plataformas de 'streaming' están cambiando la forma en la que consumimos series y películas no tiene nada de nuevo a estas alturas. Sin embargo, parece que Netflix y compañía quieren ir un paso más allá: además de modificar cómo lo vemos, se han propuesto cambiar qué vemos.

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