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Todo lo que querías saber sobre el "escribiendo..." del WhatsApp y nadie te dijo
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Los mensajes que nunca llegan

Todo lo que querías saber sobre el "escribiendo..." del WhatsApp y nadie te dijo

Todos nos hemos hartado alguna vez de esperar en Whatsapp ante un eterno "escribiendo…", pero ¿tiene toda la culpa el emisor o la aplicación exagera con el tiempo?

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"Escribiendo…" "En línea". "Escribiendo…" "En línea". Si eres una de las mil millones de personas que utilizan WhatsApp en todo el mundo (sus responsables acaban de hacer pública la cifra), seguramente te suene esta sucesión que mantiene en vilo hasta al más paciente de los usuarios de la app.

La herramienta, muy dispuesta, nos indica cuándo nuestro interlocutor está tecleando y cuándo no, pero las dudas siguen presentes: ¿de verdad ese individuo (ya sea tu madre o un amigo) es tan dubitativo o la aplicación lo exagera? ¿Es posible que haya tardado varios minutos en escribir dos palabras?

Cualquiera de las aplicaciones de mensajería más populares − desde Whatsapp hasta el Messenger de Facebook, pasando por el chat de Google − utiliza un sistema de comunicación denominado dúplex. Básicamente, se caracteriza porque los participantes en una conversación pueden intercambiar información bidireccionalmente y de forma simultánea. En otras palabras: nadie tiene que esperar a que el otro termine de escribir para hacerlo él mismo.

Sin embargo, “los mensajes no van directamente del móvil de origen al de destino, sino que pasan por los servidores de la empresa”, explica a Teknautas Celeste Campo, ingeniera telemática de la Universidad Carlos III de Madrid. Y solo comienzan el recorrido por la red una vez que el emisor le ha dado a enviar.

Según Francisco Serradilla, profesor del máster de Desarrollo de Aplicaciones Móviles de la Universidad Politécnica de Madrid, así es más eficiente. “Tienen que gestionar mensajes de muchísima gente, y mientras menos tráfico se genere en los servidores, mejor”, indica.

Porque hay otra fuente de tráfico: cada vez que un usuario comienza a teclear, un aviso sigue la misma vía (dispositivo-servidor-dispositivo) para acabar mostrándose en el móvil del destinatario como "escribiendo…", o en forma de burbujas como las que muestran el Messenger de Facebook o GTalk.

No sabemos exactamente cada cuánto tiempo lo hace (el dato no es público y no hemos obtenido respuesta al preguntárselo), pero “tu WhatsApp consulta cada pocos segundos al servidor correspondiente para comprobar si el otro usuario está escribiendo”, asegura Serradilla. La app se cerciora así de que sigues haciéndolo para continuar mostrando un “escribiendo…” o cambiar a “en línea”.

Uu Whatsapp consulta cada pocos segundos al servidor correspondiente para comprobar si el otro usuario está escribiendo

Aunque un teléfono envíe inmediatamente la indicación de que su dueño ha dejado de teclear, el otro dispositivo solo lo sabrá cuando “pregunte al servidor”. “Podría hacerse de modo inmediato, pero también consumiría más recursos y el programa sería más complejo”, estima Serradilla.

Como la información tarda un poco en viajar por la Red, la otra persona seguirá viendo el indicador durante algunos segundos más después de que hayas apartado los dedos de la pantalla (entre tres y cuatro según hemos podido comprobar).

“Desde que dejas de escribir hasta que se envía la información al servidor, y de este al destino, se produce un retraso. Es habitual en las comunicaciones”, señala Campo. La investigadora advierte que este intervalo no es fijo y depende de múltiples factores.

¿El fin del "escribiendo…"?

A diferencia de las aplicaciones modernas, algunos de los primeros programas de mensajería instantánea enviaban las letras según aparecían en pantalla. Uno de ellos era el talk, de Unix, popular entre mediados de los 80 y principios de los 90.

La aplicación Beam sigue la misma estrategia: el usuario puede ver en tiempo real cada palabra que redacta su contacto. Nada de burbujas ni “escribiendo”: los caracteres aparecen inmediatamente después en la otra pantalla. También permite editar las frases una vez enviadas y hasta borrarlas.

“Mandar un mensaje entero cada vez es técnicamente más sencillo que hacerlo letra a letra”, señalan los responsables de la app. “Tienes que procesar y enviar datos mucho más a menudo”.

La herramienta es una alternativa si quieres perder de vista el dichoso “escribiendo…”, aunque quizá el remedio sea peor que la enfermedad: tu interlocutor será testigo de cada vez que borras, reescribes y editas tus mensajes. El caso es no darte un respiro.

"Escribiendo…" "En línea". "Escribiendo…" "En línea". Si eres una de las mil millones de personas que utilizan WhatsApp en todo el mundo (sus responsables acaban de hacer pública la cifra), seguramente te suene esta sucesión que mantiene en vilo hasta al más paciente de los usuarios de la app.

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