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De Clippy a la ballena de Twitter: breve historia de los antihéroes de internet
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los personajes que todos odiamos

De Clippy a la ballena de Twitter: breve historia de los antihéroes de internet

El clip de Office disgustaba incluso a sus creadores, el perro de Microsoft provocó el nacimiento de la odiada Comic Sans y el cetáceo de Twitter fue pensó como símbolo de amistad pero no lo consiguió

Foto: (simonbarsininster | Flickr)
(simonbarsininster | Flickr)

Jamás un trozo de alambre enfureció a tanta gente. Con sus ojos saltones, sus expresivas cejas y sus insistentes preguntas, librarse del entrometido Clippy cuando tratábamos de escribir un texto en Word o diseñar un power point era toda una hazaña.

El ilustrador de libros infantiles Kevan J. Atteberry creó aquel estúpido asistente virtual que incordiaba a "millones de personas cada día", según reconoce con orgullo en su página web. El sujetapapeles vio la luz en 1996, no sin antes pasar por unos cuantos focus groups de los que no salió precisamente bien parado.

La mayoría de mujeres que participaron en los grupos de discusión pensaban que los personajes animados de Office (el clip era amigo de un mago o un perro) eran "demasiado masculinos y las estaban mirando lascivamente". Así lo ha desvelado años después Roz Ho, una de las ejecutivas de Microsoft por aquel entonces. Los ingenieros de la sala optaron por ignorar los resultados de aquella prueba, ya que no se ajustaban a sus expectativas, y Clippy acabó en nuestras pantallas.

Al margen de que creamos o no que el bisabuelo de Cortana nos ponía ojitos mientras nos asediaba, lo cierto es que seguimos recordando con una mezcla de rabia y nostalgia a este asistente inmortalizado como meme. Eso sí, no ha sido el único icono ridículo de una compañía tecnológica que se ha convertido en leyenda pese a que su muerte nos hiciera la vida más fácil.

El trozo de alambre sin cortesía ni humildad

Obviamente, la intención de sus creadores nunca fue que aborreciéramos a aquel clip que intentaba ayudarnos sin éxito. Clippy era el fruto de años de trabajo por parte de un grupo de investigadores que estudiaban la interacción entre los programas y los usuarios en Redmond.

Eric Horvitz, responsable del Grupo de Sistemas Adaptables de Microsoft, recomendó que los humanos tuviéramos más control sobre el sujetapapeles y desarrolló un primitivo prototipo que, en lugar de seguir incordiando, cerraba por sí mismo su ventana cuando el usuario no necesitaba sus servicios. Los directivos de Redmond tampoco le hicieron caso.

"No hubo la suficiente preocupación por la cortesía y la humildad para los usuarios", reconoció Horvitz años después. Clippy acabó siendo torpe y cotilla, rasgos que sin duda le sirvieron para ostentar el dudoso honor de ser uno de las cincuenta peores inventos de la historia según la prestigiosa revista Time.

Más de una década después de su jubilación, el clip sigue siendo popular en internet. A lo largo de estos años, un estudio de la Universidad de Stanford se ha preocupado por analizar las causas de nuestro odio hacia él, ha protagonizado un juego de Microsoft, ha participado en una novela erótica, ha pasado por el show de Jimmy Fallon y ha resucitado en un espectacular vídeo musical en el que conoce a los emojis, asesina a Siri y se venga del mundo:

El perro que dio origen a la Comic Sans

Clippy no fue el primer asistente con el que Microsoft nos dio la tabarra. Ya había presentado previamente a Microsoft Bob, un software con el que Bill Gates pretendía crear una "interfaz social" para Windows 3.1x y Windows 95 que acabó sufriendo un estrepitoso fracaso. De hecho, también forma parte de la lista de inventos malditos de Time.

El logo del tal Bob incluía la imagen de un emoticono con aires de intelectual y la interfaz consistía en un salón en el que los objetos, como el calendario, el correo o el bolígrafo, eran interactivos. El único ser viviente era Rover, un servicial perro amarillo que se desplazaba por la estancia dando recomendaciones a los usuarios. Además de mover la cola y sacar la lengua, como cualquier can que se precie, la mascota conversaba a través de ventanas de texto.

Después de ver al chucho en acción, Vincent Connare se dio cuenta de que no tenía sentido que un perro hablara con la Times New Roman, una tipografía "extrañamente inadecuada para un cómic", según sus palabras. Así que ni corto ni perezoso se puso a diseñar la tipografía más odiada del mundo, la Comic Sans, concebida para ser utilizada en aplicaciones dirigidas a los más pequeños.

No contento con ser el padre de la horrenda criatura, que algunos detractores piden incluso prohibir, Rover no fue sacrificado tras el descalabro de Microsoft Bob, que pasó a la historia de los grandes desastres del software. Volvimos a tener que soportar sus ladridos cuando trabajaba como ayudante del buscador de Windows XP.

El chucho olvidado de Apple

Los de Redmond no eran los únicos que querían demostrar al mundo su pasión por el mejor amigo del hombre en los 90. También Apple decidió que un can fuera la estrella de Cyberdog, un "paquete de componentes para internet". La compañía de la manzana mordida dibujó para ello a un perro apasionado por el arte. Con una boina francesa, contemplaba el navegador, el correo electrónico o el lector de noticias que aparecían cual cuadros colgados de una pared.

Apple pretendía desafiar con aquella herramienta a Internet Explorer y Netscape allá por 1996. No logró su objetivo. En tan solo un año, aquel perro virtual de cara tristona desapareció de los ordenadores.

La ballena cursi que sobrevolaba Twitter

Una década después de que conociéramos a Cyberdog, nació Twitter. Un diseñador británico, Simon Oxley, trazó un pájaro azul sin saber que se convertiría en Larry, el famoso logo de la red social de los 140 caracteres. La compañía compró la licencia de aquella ave que ha evolucionado con el tiempo por tan solo 15 dólares en iStock.

Biz Stone, cofundador de Twitter, volvió a buscar pajaritos en ese banco de imágenes para que nos animaran cuando la plataforma colapsaba. En lugar de eso, allí se topó con una adorable ballena blanca capaz de volar gracias a las aves naranjas que la sostenían.

El cetáceo se convirtió en uno de los iconos de la red más adorables y odiados al mismo tiempo. ¿Cómo era posible que un enorme mamífero fuera tan ligero como para surcar los cielos? ¿Se estaba riendo de nosotros cuando naufragábamos en Twitter?

En realidad, aquel animal marino no fue concebido con el propósito de protagonizar una pantalla de error. Su creadora, la ilustradora Yiying Lu, dibujó Lifting a dreamer (Levantar a un soñador) por un motivo distinto. Acababa de trasladarse a Australia, donde fue profesora de comunicación visual en la Universidad Tecnológica de Sídney, y había dejado a sus amigos repartidos por China, Estados Unidos y otros rincones del mundo. Así que decidió expresarles su amor con una ballena.

"Pensé: voy a diseñar una ilustración que muestre que mi deseo por ir es tan grande como una ballena. Por tu cumpleaños, por tu boda... no podré estar allí en persona pero tengo a estos pequeños pájaros que cruzarán el océano hacia ti", explica Yiying Lu a Teknautas.

A esta ilustradora amante del surrealismo la sorprendió que Twitter decidiera utilizar su obra para un fin más prosaico. "Es interesante que la gente interprete las cosas de forma diferente. Es como Dalí. Miras su trabajo y muchas veces la gente le ha interpretado de forma distinta", destaca Lu. "Es divertido verlo desde el otro lado".

Fail Whale, el apodo con el que se conoce a la ilustración más célebre de esta artista, se popularizó incluso fuera de nuestros dispositivos. Grafitis, camisetas, tartas y tatuajes le rindieron homenaje e incluso Homer Simpson fue transportado por aquellos pájaros en cierta ocasión.

Sin embargo, en 2013, la cursi ilustración fue reemplazada por el robot averiado con el que te desesperaste hace un par de semanas. Christopher Fry, vicepresidente de ingeniería de Twitter en aquel momento, asesinó a la ballena, una gesta que sigue recordando en su cuenta de LinkedIn.

Aunque admitió que muchos usuarios estaban "muy conectados a ella", según Fry "representaba un tiempo en el que no pienso que alcanzásemos lo que el mundo esperaba de nosotros". Pese a su fallecimiento, a Yiying Lu le vino muy bien que toda la red hubiera estado pendiente de su criatura: no todo el mundo puede presumir de haber diseñado una mascota tan famosa.

Duke, la indefinible mascota de Java

Concluimos el repaso a los controvertidos personajes de la red con un ser difícil de describir. Apareció por primera vez en el prototipo de una primitiva tablet, Star7, que Sun Microsystems creó en los 90, mientras trabajaba en el desarrollo de Java. El espécimen se llamaba Duke y tenía el cuerpo blanco, la cabeza negra y una nariz roja. Sin embargo, nadie sabía qué era Duke era exactamente. ¿Se trataba de un pingüino disfrazado de payaso? ¿Por qué guiaba a los usuarios si carecía de ojos y boca?

Sun Microsystems se limitó a asegurar que representaba a un "portavoz del software". El artista gráfico que lo creó, Joe Palrang, que ha trabajado en el diseño de los efectos visuales de Minority Report o Shrek, no definió su especie. Aunque el misterio no se ha resuelto a día de hoy, Duke no está entre las mascotas más odiadas, sino tan solo entre las más extrañas. Tal vez por eso no ha desaparecido por completo.

En 2006 pasó a ser open source al liberarse el código fuente de Java. Su nuevo dueño, Oracle, tampoco ha dejado morir a este personaje y aún sigue celebrando anualmente unos premios en su honor en los que reconoce proyectos innovadores basados en la tecnología que Duke continúa promocionando. En este caso, la propia compañía no ha dejado morir al mito. El resto, a descansar en paz.

Jamás un trozo de alambre enfureció a tanta gente. Con sus ojos saltones, sus expresivas cejas y sus insistentes preguntas, librarse del entrometido Clippy cuando tratábamos de escribir un texto en Word o diseñar un power point era toda una hazaña.

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