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El teletexto, una tecnología casi olvidada que ha conseguido sobrevivir a internet
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se mantiene gracias a su facilidad y simpleza

El teletexto, una tecnología casi olvidada que ha conseguido sobrevivir a internet

¿Creías que el teletexto había desaparecido? Pues no. Aunque su uso ha caído mucho por culpa de internet, resiste y muchos aún lo consultan por su sencillez de uso y su información sin distracciones

Foto: Página inicial del teletexto de TVE del 3 de septiembre de 2013
Página inicial del teletexto de TVE del 3 de septiembre de 2013

Cuando a principios de esta semana contábamos en Teknautas la historia de Joaquín Valverde, que a sus 85 años mantiene la página 557 del teletexto de TVE, dos comentarios eran los más repetidos tras la lectura: uno, que quién utiliza el teletexto todavía, y otro, que de hecho el teletexto sigue siendo muy útil. Ante esta división entre dos bandos que viven enfrentados sin saberlo, hacemos aquí un repaso del teletexto de ayer, hoy y siempre (o no siempre, pero sí un poquito más).

El teletexto nació en Inglaterra en 1972 pero no llegó a España hasta 1988, después de un periodo de pruebas anterior y de un programa en La2 (por entonces TVE2) que pretendía explicar a los espectadores como utilizarlo, porque para un público acostumbrado a un par de canales, y apenas un puñado en unos años, la cosa tenía más miga de lo que el público de hoy, que navega entre cientos de canales y menús sin despeinarse, podría comprender.

Cuando le cogieron el truco, los espectadores podían ponerse al día de la actualidad, enterarse de cómo había quedado su equipo, si les había tocado el reintegro de la lotería o incluso ver a hurtadillas anuncios de contactos con unas ilustraciones pixeladas pero imaginativamente resueltas que más de uno ha identificado como las antecesoras de la peli porno del Plus que muchos aseguran que veían incluso sin descodificar. “En su época fue un hito. Piensa en lo novedoso que resultaba tener un periódico interactivo en tu televisor”, cuenta Juan Pedro Toribio, director del teletexto de TVE.

En su época fue un hito. Piensa en lo novedoso que resultaba tener un periódico interactivo en tu televisor

Todos los televisores vendidos a partir de los 90 incorporaban la posibilidad de acceder al teletexto, y los españoles se hicieron unos expertos manejando botones rojos, amarillos y azules, y también pacientes para esperar a que llegase la página en cuestión.

Tras la cadena pública, las privadas también incorporaron este servicio, que era el primer sistema interactivo en televisión. Telecinco dedicó a ello un equipo de unas 10 personas a partir de 1995, similar al que tenía Antena3, que trabajaban en varios turnos para actualizar el teletexto 24 horas al día, toda la semana.

Internet arrasó con todo a su paso

Pero la vida sigue, y con ella llegó internet como un tsunami que invadió cada aspecto de nuestras vidas y dejó al teletexto como un invento obsoleto, limitado y algo cutre. Donde antes veíamos las noticias en texto plano y párrafos escuetos, ahora podíamos consultar los periódicos enteros, y en poco tiempo podríamos hacerlo desde el móvil. Ante la red, el teletexto y sus prestaciones palidecían.

Obtener cifras sobre la audiencia de teletexto no es fácil. Ni las propias cadenas las tienen. El último dato del que dispone Toribio es de hace unos cinco años, cuando contaban unos 3,5 millones de visitas diarias. Una cifra nada despreciable.

Antes éramos más e incluso hacíamos temas propios. Ahora no tenemos tantos recursos, pero seguimos al tanto de la actualidad

En RTVE, un equipo de 10 personas alimenta el teletexto, fines de semana incluidos. Su valor está en la inmediatez (sin fotos ni vídeos se acortan los tiempo), así que trabajan a buen ritmo para redactar los textos escuetos con los que informan a su audiencia. “Antes éramos más e incluso hacíamos temas propios. Ahora no tenemos tantos recursos, pero seguimos al tanto de la actualidad”. La información deportiva, la previsión meteorológica y los resultados de la lotería han sido tradicionalmente las páginas más consultadas.

Dionisio Sanmiguel lleva 12 años trabajando en este servicio en Atresmedia, que ahora forma parte del departamento de multimedia del grupo. Hace una estimación en función de la publicidad que venden:“En 2006-2007 facturábamos unos 6 millones de euros al año por la publicidad del teletexto, que no es una cifra desdeñable. Desde entonces la cifra se ha ido reduciendo a razón de unos 200.000 euros al año, más o menos”. . Desde su incorporación hasta ahora, muchos trabajos se han automatizado, como la publicación de los resultados deportivos (que de hecho sirven también a otros departamentos) o las noticias de la agencia EFE que se suben directamente a las páginas de actualidad. Pero otras cosas siguen igual.

Principalmente, el público, que sigue siendo el mismo: “los espectadores que aún acceden al teletexto son en su mayor parte personas mayores que en su época se acostumbraron a utilizarlo y no han dado el salto a internet porque no lo ven necesario o es demasiado complejo. El teletexto les es familiar y les da la información que les interesa sin complicarles: el tiempo, la programación, los resultados del fútbol...”.

Lo mismo apuntan fuentes de Mediaset, que aún mantiene un equipo de 4 personas dedicadas en exclusiva al teletexto, “que sigue siendo rentable”, y que da un servicio fundamental a la comunidad sorda con los subtítulos para la programación, así como a un sector de mayor edad que no está habituada a utilizar los servicios interactivos más completos, pero también más complicados.

Un público muy exigente

Esto ha creado una curiosa relación entre los usuarios del teletexto y sus trabajadores. Tanto Toribio como Sanmiguel cuentan divertidon que reciben llamadas a menudo que les señalan las erratas y les abroncan los errores. “Tenemos un público muy exigente y que a veces tiene mucho tiempo libre, no les importa pasar un rato buscando el número de teléfono que haga falta para decirnos que hemos metido la pata”.

Tenemos un público muy exigente y no les importa pasar un rato buscando el número de teléfono que haga falta para decirnos que hemos metido la pata

Lejos de quejarse, agradecen ese feedback tan estrecho. “Tuvimos hasta un fan, un señor de Córdoba que empezó llamando de vez en cuando porque nos encontraba erratas pero luego lo hacía solo para charlar. Le teníamos mucho cariño, le enviábamos un regalo de vez en cuando, hasta que un día llamamos y nos dijeron que había fallecido. Nos dio mucha pena”.

Una triste anécdota que sin embargo no parece anticipar el futuro del teletexto, que de momento no tiene intención de desaparecer. "En RTVE, el teletexto se considera un servicio público más y como tal, la intención es mantenerlo en marcha mientras se siga utilizando", asegura Toribio. Es cierto que cada vez queda menos gente sin acceso a internet, que podría tener, si quisiera, información más completa y profusa al alcance de su mano. Pero esa es la clave, que también quienes consultan internet prefieren a veces los simples textos de colores planos que son la imagen inconfundible del teletexto.

Cuando a principios de esta semana contábamos en Teknautas la historia de Joaquín Valverde, que a sus 85 años mantiene la página 557 del teletexto de TVE, dos comentarios eran los más repetidos tras la lectura: uno, que quién utiliza el teletexto todavía, y otro, que de hecho el teletexto sigue siendo muy útil. Ante esta división entre dos bandos que viven enfrentados sin saberlo, hacemos aquí un repaso del teletexto de ayer, hoy y siempre (o no siempre, pero sí un poquito más).

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