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La extravagante historia del primer videojuego erótico
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La extravagante historia del primer videojuego erótico

En este entretenimiento para adultos de 1981, el jugador tenía que lograr seducir a tres mujeres poniendo en peligro su vida si era necesario

Foto: Carátula del primer videojuego erótico 'Softporn Adventure'
Carátula del primer videojuego erótico 'Softporn Adventure'

Tres mujeres desnudas en un jacuzzi, un camarero ofreciéndoles champán y, de fondo, un Apple II. Corría el año 1980, el mundo de los ordenadores personales estaba en plena ebullición y, con esa llamativa imagen, se publicitaba el primer videojuego erótico, Softporn Adventure.

Su argumento era tan sencillo como su mecánica. El objetivo del juego era lograr que el protagonista conquistase a tres mujeres, poniendo para ello su vida en peligro si era necesario: el personaje podía ser aniquilado por un portero de discoteca especialmente cabreado.

El mundo de Softporn Adventure se reducía a tres lugares acordes con la filosofía del juego. Un casino, un bar y una discoteca eran más que suficientes. Eso sí, los jugadores no debían esperar espectaculares gráficos con alto contenido sexual, ya que este juego para los ordenadores de la compañía de la manzana mordida consistía simplemente en líneas de texto blanco sobre un fondo negro.

Además, aquellos que se hicieran con el disquete de 5.25 en el que iba el juego tampoco debían esperar una historia subida de tono con la que desatar sus pasiones más profundas, ya que su nombre no podía ser más descriptivo. Se trataba de soft porn, “porno blando” que a día de hoy no llegaría a compararse ni con Cincuenta sombras de Grey. Aunque algunos de los comandos que podía ejecutar el jugador eran “tírate a esa puta” o “ponte el condón”, en general el tono era bastante suave.

“¡Qué cara más bonita! Está tumbada en el jacuzzi con sus ojos cerrados y parece muy relajada. El agua está burbujeando a su alrededor… ¡De 10! Es tan guapa… Cualquier chico se enamoraría de una chica como ella”, se puede leer en la fase final del juego.

Una prueba que salió a la venta

Su padre fue Chuck Benton, un programador que no tenía intención alguna de encabezar la revolución del software erótico, sino que creó Softporn Adventure como un simple ejercicio para aprender a desarrollar para el Apple II.

Sin embargo, los amigos de Benton lo convencieron para que pusiera a la venta esta sátira de ciertas situaciones relativamente cotidianas inspiradas en su propia experiencia, como la vergüenza que se siente al comprar una caja de preservativos.

No fue fácil. Las revistas para entusiastas de los ordenadores no estaban dispuestas a aceptar publicidad de un juego que pudiera ofender a algunos de sus lectores. Aunque el contenido no fuera excesivamente explícito, se vendía como porno y no era bien recibido.

Así, a Benton no le quedó otra que vender su juego en ferias de informática como si de un vendedor ambulante se tratase. Fue en una de ellas donde Softporn Adventure encontró al empresario que apostó definitivamente por la obra: Ken Williams.

Ken y su mujer, Roberta Williams, habían fundado en 1979 On-Line Systems, el sello con el que saldría al mercado el juego creado por Benton. Además, los Williams se encargaron de que Softporn Adventure tuviera un reclamo interesante.

Utilizaron su propio jacuzzi para crear la imagen publicitaria del juego. Y nada de actrices: las tres mujeres desnudas que aparecían en los anuncios de Softporn Adventure eran, de izquierda a derecha, Diane Siegal, jefa de producción de On-Line Systems; Susan Davis, contable de la empresa y la propia Roberta Williams.

La imagen del jacuzzi familiar se convirtió en publicidad en 1981, en el número de septiembre de la revista Softalk para amantes del Apple II. Como cabría esperar, protagonizó una interesante controversia, y es que Softporn Adventure no solo fue pionero como el primer juego erótico que se comercializaba, sino que el suyo también era uno de los primeros anuncios de software con contenido para adultos en revistas de informática.

La compañía se transformó en Sierra On-Line, sello con el que se publicaría la popular saga de 'Leisure Suit Larry', sucesora de 'Softporn Adventure'

Con un precio de 29,95 dólares más 1 por gastos de envío (algo más de 28 euros al cambio actual), el juego creado por Benton logró vender en pocos meses más de 4.000 copias.

El resto ya es historia. Se estima que el juego alcanzó las 50.000 copias vendidas, Benton no volvió a desarrollar ningún otro y On-Line Systems terminó descatalogándolo. Más tarde, la compañía se transformó en Sierra On-Line, sello con el que se publicarían famosos videojuegos como King’s Quest o la popular saga de aventuras gráficas Leisure Suit Larry, que podría considerarse sucesora de Softporn Adventure.

En sus diez entregas (la última lanzada en 2013), el protagonista tiene como única misión ligar, en lugares como hoteles o casinos. Con un alto contenido para adultos, las aventuras de Larry se inspiran, sin lugar a dudas, en aquel primer videojuego erótico que revolucionó la publicidad en las revistas de informática.

Tres mujeres desnudas en un jacuzzi, un camarero ofreciéndoles champán y, de fondo, un Apple II. Corría el año 1980, el mundo de los ordenadores personales estaba en plena ebullición y, con esa llamativa imagen, se publicitaba el primer videojuego erótico, Softporn Adventure.

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