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'That Dragon, Cancer': el pequeño Joel vivirá para siempre en un juego gracias a su padre
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se puede jugar en PC, Mac y ouya

'That Dragon, Cancer': el pequeño Joel vivirá para siempre en un juego gracias a su padre

El padre de un niño con una enfermedad terminal acaba de lanzar un juego en el que narra la batalla de la familia ante el terrible desenlace

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A Joel le encantaban las tortitas. De no haber sufrido un cáncer terminal, Joel habría cumplido siete años esta semana. Pero el pequeño perdió la batalla contra la enfermedad el pasado 13 de marzo de 2014. Ahora, gracias al trabajo de su padre y un pequeño estudio de videojuegos, vivirá para siempre en un videojuego. Su videojuego.

'That Dragon, Cancer' ha aparecido esta semana en PC, Mac y Ouya, y pone al jugador en la piel de Ryan y Amy Green, los padres de Joel, que se enfrentan junto al pequeño a un final que se anticipa trágico. "Esto es una tragedia", piensa para sus adentros Amy durante la escena en que los médicos comunican a los padres que la enfermedad de Joel ha entrado en una fase terminal y que todo lo que está en sus manos es mitigar el dolor y las molestias que padezca el pequeño.

"Quiero que la gente esté de luto conmigo. Quiero que amen a mi hijo como yo le he amado", declaraba Ryan Green a Kotaku, una web especializada en videojuegos. A Joel se le diagnosticó un tumor teratoideo/rabdoide atípico cuando solo tenía 12 meses, pero fue capaz de luchar contra la enfermedad durante cuatro años después de superar una cirugía, numerosas sesiones de radioterapia y quimioterapia y los diagnósticos pesimistas de los doctores, que siempre alertaban de una muerte inminente.

La enfermedad de Joel obligó a Ryan y a Amy a explicar muy pronto a sus otros tres hijos el concepto de la muerte. Y para ello, les pusieron el ejemplo de un dragón, llamado Cáncer, que batallaba contra el pequeño Joel. Esa metáfora dio la idea a Ryan para el título del videojuego, tal y como explicaba al 'Huffington Post', y se convirtió en un pasaje del juego, en el que un Joel vestido con armadura trata de batallar contra un furibundo dragón.

Quiero que la gente esté de luto conmigo. Quiero que amen a mi hijo como yo le he amado

No todo es dolor y largas jornadas en el hospital en la vida de Joel. Durante 'That Dragon, Cancer', los jugadores transitan por diferentes instantes de la vida de Joel. En un primer momento, Joel se encuentra frente a un estanque mientras lanza mendrugos de pan a un pato. Más tarde, el usuario juega con el crío en un parque: le columpia, le empuja por un tobogán o le da vueltas sobre una estructura metálica.

Esa idea no estuvo en el juego desde un primer momento. La muerte del pequeño obligó al equipo a reformular la idea que tenían entre manos. Cuando el desarrollo se puso en marcha, en noviembre de 2012, 'That Dragon, Cancer' quería ser un canto al optimismo. "Queríamos llevar a los jugadores de la mano para decirles: 'Mira por todo lo que hemos pasado y todavía estamos aquí'. Pero esa idea ya no era tan convincente [después del fallecimiento de Joel]", explicaba uno de los programadores del juego, Josh Larsson, también a Kotaku. A partir de ese momento, el objetivo del juego cambió: "Queríamos mostrar lo que era vivir junto a Joel".

placeholder A Joel no se le ve el rostro en ningún momento del juego.
A Joel no se le ve el rostro en ningún momento del juego.

Para ello, el juego se vale de una estructura lineal pero muy poco convencional para un videojuego. No hay armas, ni enemigos a los que matar ni puzles que resolver. El aspecto del juego, con un uso de polígonos que recuerda a los títulos de mediados de los noventa, difumina lo suficiente los rostros de Ryan y Amy para que cualquier jugador pueda ponerse en su piel. De Joel no se puede reconocer ningún rasgo, aunque su voz, sus risas o sus llantos están presentes en todo momento.

Larsson, en una entrevista a 'The Telegraph', hablaba de las posibilidades que les permitía explorar la temática del juego: "Los videojuegos tienen el potencial de examinar diferentes partes de la experiencia humana. Nuestro interés reside en explorar temas más profundos como la gracia o la esperanza frente a una muerte segura".

Una noche oscura

Vivir junto a Joel también implica estar presente en los momentos más duros. Una de las escenas más sobrecogedoras de 'That Dragon, Cancer', un juego que apenas dura 100 minutos, está basada en una noche en que el pequeño se estaba deshidratando pero era incapaz de beber debido a la enfermedad. El llanto, omnipresente, se mezcla con la voz en 'off' de un desesperado Ryan que no sabe qué hacer. "Fue una de las noches más oscuras que viví junto a Joel. Eres su padre pero estás en un lugar en el que no tienes ningún control ni ningún poder sobre la situación y solo sientes desesperación", relataba el padre a 'Forbes'.

Ryan Green ha expresado en más de una entrevista que el juego también pretende hablar de su relación con Dios. Green hace de la fe uno de los pilares del título, y en más de una ocasión pide ayuda, en vano, para que Joel se recupere de la enfermedad: "Quiero que los jugadores vean el juego desde una perspectiva que no han podido considerar. Que se enfrenten a sus propias dudas o que tengan que batallar contra su fe. Que se pregunten cómo pueden creer en un Dios que nos ama a todos cuando deja que un niño enferme de cáncer y muera. Es una pregunta que me hago todos los días y con la que tengo que enfrentarme. En ocasiones, pienso que es una relación a una sola banda, pero es un tema que merece la pena explorar porque me estoy enfrentando cara a cara con él a diario".

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Con motivo del lanzamiento del juego, Amy Green ha escrito un 'post' en el blog que la familia ha mantenido abierto durante el desarrollo del título. En él, llama a los jugadores a que celebren el lanzamiento con una ración de tortitas. "[Esta semana, Joel] habría cumplido siete años por lo que ver a gente de todo el mundo comiendo tortitas será un gran regalo para su familia, que todavía le echa de menos. A él y a su cara pringada de sirope. Nosotros comeremos tortitas. A Joel le habría gustado".

A Joel le encantaban las tortitas. De no haber sufrido un cáncer terminal, Joel habría cumplido siete años esta semana. Pero el pequeño perdió la batalla contra la enfermedad el pasado 13 de marzo de 2014. Ahora, gracias al trabajo de su padre y un pequeño estudio de videojuegos, vivirá para siempre en un videojuego. Su videojuego.

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