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La nueva prioridad de la NASA: hallar vida en mundos oceánicos
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La nueva prioridad de la NASA: hallar vida en mundos oceánicos

El congreso de Estados Unidos ha inyectado fondos adicionales a la agencia pero ha puesto condiciones. Una de ellas reclama que se investiguen en las lunas de Saturno

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Soplan vientos de cambio en la NASA. La agencia espacial estadounidense ha recibido para 2016 una partida presupuestaria mucho mayor de la que había solicitado al Congreso de los Estados Unidos y ese aumento en el dinero que podrá destinar a diferentes proyectos viene acompañado de una serie de directrices que el poder legislativo quiere seguir en los próximos años.

Uno de ellos es la exploración de las diferentes lunas que podrían albergar vida extraterrestre en océanos, que bajo el título de Programa de Exploración de Mundos Oceánicos, pondrá a Titán y Encélado en el centro de la diana.

La investigación de Titán y Encélado es uno de los proyectos que optarán a la próxima misión New Frontiers, que se decidirá en 2019

Los dos satélites de Saturno han pasado a formar parte del conjunto de misiones del que saldrá el próximo proyecto New Frontiers, el mismo que en julio de 2015 sobrevoló Plutón con la sonda New Horizons y que en verano de 2016 llegará a Júpiter gracias a la nave Juno.

El programa New Frontiers establece una serie de objetivos de cara a cada misión y para el proyecto que se aprobará en 2019 había enumerado cinco categorías: una nave que llegue al núcleo de un cometa y traiga muestras de vuelta; una destinada al Polo Sur de la Luna para traer material a la Tierra; otra que orbitará Venus y que posará un vehículo en su superfície; una cuarta pensada para estudiar unos asteroides que se encuentran en la órbita de Júpiter y la ultima, dedicada a estudiar la atmósfera de Saturno. La exploración de Titán y Encélado es, desde ahora, la sexta categoría de la que saldrá la misión ganadora de la próxima sonda New Frontiers.

La NASA lo ha anunciado a la comunidad científica, tal y como se ha hecho eco la web Space News, en un comunicado en el que la agencia destaca que el objetivo de la misión es "la búsqueda de señales de vida y/o la búsqueda de señales que indiquen que puede haber vida en Titán o en Encélado".

El documento también señala la voluntad del Congreso de Estados Unidos para poner en marcha una política enfocada a la búsqueda de vida en ambos cuerpos: "La NASA [...] deberá mezclar misiones Discovery, New Frontiers y otras específicas". Para hacerlo, la agencia deberá prestar atención a los informes que cada década publican las principales instituciones científicas del país, llamados Planetary Science Decadal Survey.

El descubrimiento de un océano subtérraneo en Encélado ha aumentado la probabilidad de hallar formas de vida primitivas

Titán y, sobre todo, Encélado han captado la atención de los investigadores en los últimos años. En el caso de la segunda luna, el descubrimiento de un océano subtérraneo global ha despertado el interés científico ante la posibilidad de que bajo su manto de hielo se puedan hallar primitivas formas de vida, debido tanto a la presencia de agua como a las elevadas temperaturas a las que se encuentra. Esas dos condiciones facilitarían la aparición de vida microscópica, según la comunidad científica.

El proyecto ganador se conocerá en 2019

Ambas lunas de Saturno habían optado a hacerse con los fondos destinados al programa Discovery, que otorgará unos 450 millones de dólares a la escogida para 2016, pero ninguno de los proyectos pasó el corte. Titan Mare Explorer tenía la intención de posar una sonda en uno de los lagos líquidos del satélite mientras que Enceladus Life Finder iba a sobrevolar la luna en repetidas ocasiones con instrumentos pensados para detectar señales de vida en el agua que los geisers situados en el hemisferio sur expulsan al vacío espacial.

De hacerse con la próxima misión New Frontiers, una sonda que viaje hasta Titán o Encélado contaría con un presupuesto de unos 850 millones de dólares, casi el doble de lo que habría tenido bajo el programa Discovery. Los proyectos se tienen que enviar a la agencia a partir de enero de 2017 para su estudio aunque no será hasta 2019 cuando se haga pública la idea que se convertirá en realidad y que no se lanzará hasta 2024.

Soplan vientos de cambio en la NASA. La agencia espacial estadounidense ha recibido para 2016 una partida presupuestaria mucho mayor de la que había solicitado al Congreso de los Estados Unidos y ese aumento en el dinero que podrá destinar a diferentes proyectos viene acompañado de una serie de directrices que el poder legislativo quiere seguir en los próximos años.

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