Observan por primera vez el nacimiento de un planeta

Aunque el estudio del espacio sigue siendo un desafío en muchos aspectos, en los últimos tiempos ha sido posible detectar nada menos que 1.900 planetas –cabe destacar que, hace tan sólo un cuarto de siglo no se tenía constancia de ni uno solo que estuviera fuera del Sistema Solar–.

La última novedad al respecto es que, por primera vez, el ser humano ha sido capaz de detectar y registrar el nacimiento de un planeta. El hallazgo se ha producido en los alrededores de una estrella perteneciente a la constelación de Tauro, situada a unos 450 años luz desde la Tierra. Así lo confirmó el pasado miércoles un estudio de la Universidad de Arizona publicado en Nature, donde astrónomos estadounidenses y australianos han informado de este singular acontecimiento después de haberlo estudiado desde 2009.

El planeta, bautizado como LkCa 15, tiene sólo dos millones de años, prácticamente un bebé si se compara con la Tierra –formada hace 4.500 millones de años–. Según Nature, en el disco planetario que rodea al Sol hay un hueco y, en su interior, lo que podrían ser tres planetas. En los alrededores del más cercano al astro rey –conocido como planeta B–, se ha detectado hidrógeno a 9.700 grados. Esta elevada temperatura, unida al espacio vacío encontrado, anima a los astrónomos a deducir que se está creando un planeta, y que éste está ingiriendo el material a su alrededor durante el proceso de producción.

"Es como un gran 'donuts'"

"Elegimos este sistema porque está formado en torno a una estrella muy joven de cuyo proceso de nacimiento aún quedan restos a su alrededor", ha dicho una de las investigadoras. "Es como un gran donuts".

El descubrimiento resulta de especial importancia porque la formación de planetas es un proceso desconocido por los expertos: los telescopios actuales apenas pueden captar la tenue luz que emana un planeta en construcción debido a la fuerte luminosidad que desprenden otros cuerpos cercanos ("la diferencia de brillo entre una estrella y un joven exoplaneta normalmente se puede comparar a la diferencia entre una luciérnaga y un faro", explicaban las científicas), y porque el polvo del que se forman los planetas también oculta los sistemas lejanos a nuestra vista.

La diferencia de brillo entre una estrella y un joven exoplaneta normalmente se puede comparar a la diferencia entre una luciérnaga y un faro

Sin embargo, gracias a modificaciones en la óptica de sus espejos se pueden captar elementos muy lejanos. En concreto, centraron las observaciones en un color de luz muy concreto en el que el planeta brillaba de forma especialmente intensa, de forma que la señal era significativamente más fuerte de lo que normalmente se obtiene. Según Zhaohuan Zhu, astrónomo de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, esta tecnología posibilitará “descubrir muchos más planetas en formación en el futuro”.