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El perfil bajo de España en la cumbre en la que el clima se lo juega todo
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La cop 21 de parís empieza el 30 de noviembre

El perfil bajo de España en la cumbre en la que el clima se lo juega todo

Bajo el paraguas de la UE, que actúa en representación de los Veintiocho, se ha propuesto reducir las emisiones en un 40% con respecto a los niveles de 1990

Foto: Severa sequía en Corea del Sur atribuida al cambio climático. (EFE)
Severa sequía en Corea del Sur atribuida al cambio climático. (EFE)

El cambio climático, ahora sí, ha tomado categoría de "problema mundial" para el Gobierno. A tres semanas de que comience en París la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, parece haber intentado dejar atrás la sombra negacionista que atribuyó a su primo científico en 2007 porque, como asumió en una entrevista en los últimos días, “cuando uno se equivoca, lo mejor es rectificar”. No obstante, y a juzgar por el cumplimiento de los compromisos y por las políticas climáticas asumidas, cabe reconocer el papel marginal de España en la discusión sobre el cambio climático.

Fuentes conocedoras de los preparativos de cara al encuentro en París sostienen que la representación empresarial española es menor que la de otros países europeos con menos peso económico y de población. Y eso que los 28 estados miembros comparecen a las negociaciones bajo el liderazgo de la Unión Europea, que es el interlocutor autorizado que unifica la postura de la región. Donde España sí tiene una destacada cuota política es en la figura del comisario europeo de Acción por el Clima y la Energía, Miguel Arias Cañete, a pesar de que determinados sectores en el Parlamento Europeo se opusieron a su nombramiento por vínculos anteriores con empresas de hidrocarburos.

Alrededor de 150 países ya han enviado sus compromisos voluntarios de reducción de emisiones, que la costarricense Christiana Figueres, responsable en Naciones Unidas sobre cambio climático, ha considerado "insuficientes" y conservadores. La Agencia Internacional de la Energía (IEA) calcula que las temperaturas subirían sobre esos compromisos hasta 2,7ºC en 2100, mientras que la ciencia fija en 2ºC esa meta, y los grupos ecologistas la rebajan hasta 1,5ºC. En este momento, el borrador de 50 páginas en el que trabajan los técnicos de cara a París baraja una amplia horquilla de objetivos de reducción de temperaturas.

De acuerdo con el 'Informe de situación de las emisiones de CO2 en el mundo' de la Fundación Empresa & Clima al que ha tenido acceso El Confidencial, que recopila datos oficiales de todo el mundo, Europa mantiene su liderazgo en la lucha contra el cambio climático, y en 2012 redujo en un 13,8% las emisiones de CO2 con respecto al año anterior, mientras que en China aumentaron en un 262,2%, seguida por los países de Oriente Medio en un 194,9% y de América Latina y Central en un 101,5%. Las cifras europeas se explican en parte por el impacto de la crisis económica y las políticas de eficiencia energética desarrolladas a golpe de directiva desde Bruselas. En el 'ranking' europeo, España ocupa el séptimo puesto, al concentrar el 6,7% de las emisiones de carbono, mientras que Alemania lidera esa lista con un 18,4%.

Un mensaje de ultimátum sobrevuela la COP 21 ante los efectos económicos y humanitarios que pueden pasar factura en 2100. Después de las últimas reuniones de Copenhague en 2009 y de Lima el año pasado, se impone la necesidad de que los 196 países participantes firmen entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre un acuerdo realmente ambicioso que pueda reemplazar al protocolo de Kioto de 1997 a partir de 2020 y logre un compromiso mayor por parte de los gigantes industrializados. Todos los focos están sobre China y Estados Unidos, que encabezan el listado de países emisores y sumaron en 2012 el 43,3% de emisiones energéticas del mundo, según el citado informe; pero también encienden las alertas naciones como India y Rusia.

Una cumbre del clima en plena campaña electoral

En el último 'Boletín Verde' de la legislatura, el grupo parlamentario popular ha hecho un balance de sus políticas medioambientales en un artículo titulado "Hacia un desarrollo sostenible", en el que consideran haber dado "un giro radical en las políticas de lucha contra el cambio climático". Además de los proyectos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la bancada anuncia la inversión de 1.600 millones de euros en 2016 a través del Fondo Nacional de Eficiencia Energética.

La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, defendió en una reciente entrevista este cambio de política con respecto al anterior Ejecutivo, que a su juicio se centró en la compra de derechos en los mercados de carbono, y también ha destacado que España va "por delante en las previsiones" de generación de energías renovables, que fijaba la meta en el 20%. Pero no es esa la impresión que predomina en otros sectores.

El portavoz de EQUO en el Parlamento Europeo, Florent Marcellesi, advirtió en declaraciones a este periódico de que las políticas medioambientales y energéticas desarrolladas en España no causan precisamente admiración en la eurozona. "Ahora en Europa se ríen de nosotros. No se entiende que un país con sol, viento y el potencial renovable que tiene se haya cargado este sector", señala, al destacar la labor de países como Dinamarca, Suecia y Finlandia, que se han propuesto la descarbonización total para 2030. "Mientras tanto, en España ese tema ni siquiera ha salido en la campaña electoral", lamenta.

"Ahora mismo, en el Congreso no ha habido ni un solo pleno sobre el cambio climático. Eso no es normal, si el Gobierno español estuviera realmente comprometido debería haberlo convocado exclusivamente, y no solo eso; habría evitado hacer prospecciones petrolíferas en Canarias, no intentarían obligar a las CCAA a hacer 'fracking', ni hacer pagar a la ciudadanía el almacén de gas Castor, que además es un fracaso que podemos atribuir tanto al PP como al PSOE", argumenta. Para este eurodiputado de EQUO, que concurrirá a las elecciones generales del 20 de diciembre con Podemos, los partidos deben comprometerse a abordar medidas muy claras en materia de energía contra el cambio climático que pasen por "un cambio de modelo energético, el abandono de los combustibles fósiles y a favor de las energías renovables, es decir, lo contrario a lo que está haciendo España".

El cambio climático, ahora sí, ha tomado categoría de "problema mundial" para el Gobierno. A tres semanas de que comience en París la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, parece haber intentado dejar atrás la sombra negacionista que atribuyó a su primo científico en 2007 porque, como asumió en una entrevista en los últimos días, “cuando uno se equivoca, lo mejor es rectificar”. No obstante, y a juzgar por el cumplimiento de los compromisos y por las políticas climáticas asumidas, cabe reconocer el papel marginal de España en la discusión sobre el cambio climático.

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