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Facebook, el reducto donde las teorías de la conspiración se vuelven invencibles
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un estudio analiza cómo creemos y nos convencemos

Facebook, el reducto donde las teorías de la conspiración se vuelven invencibles

Los esfuerzos por desmontar los bulos en esta red social son inútiles. Los conspiranoicos acaban reforzando sus propias creencias, según un estudio

Foto: (Foto: Reuters)
(Foto: Reuters)

"Puedes ser un terrorista nacional si: cultivas tu propia comida, te opones a los OGM [organismos genéticamente modificados], prefieres la medicina natural, rechazas las vacunas, llevas una pegatina de Ron Paul en el coche, apoyas la Constitución, crees que tu gobierno está corrupto, estás en contra de la guerra y rebates la geoingeniería".

La página de Facebook Awakening America (El despertar de América) ha difundido esta sentencia, que enuncia algunas de las creencias conspiranoicas más famosas de la Red, entre sus más de 10.000 seguidores.

Bajo el argumento irrefutable del "no creas lo que dicen" o su variante, el "no soy un conspiranoico por saber más", decenas de páginas en Facebook se dedican exclusivamente a propagar los bulos más sonados de internet. De hecho, hace unos años se llegó a decir que esta red social no era un invento de Mark Zuckerberg, sino de la mismísima CIA, empeñada en recopilar información sobre los internautas.

El movimiento por la verdad del 11S, No confío en el gobierno, El fenómeno ovni, Antitransgénicos en la comida y fluoración del agua, Conciencia de los chemtrails (las supuestas estelas químicas que dejan los aviones en el cielo) o Ciudadano despierto son solo algunos ejemplos de páginas estadounidenses que defienden distintas teorías de la conspiración.

Miles de usuarios se suman a la causa con sus me gustas mientras comparten los memes que apoyan esas teorías. "Si tienes miedo porque no estoy vacunado... ¿significa que tus vacunas no funcionan?", se pregunta un ingenuo niño en una imagen de la cuenta La verdad sobre las vacunas, en la que se difunde el rumor de que estas inyecciones provocan autismo.

Este verano, hemos asistido incluso al nacimiento de un bulo tan delirante como que los entrañables minions se inspiraban en los niños judíos con los que experimentaban los nazis, una historia viral que su propio promotor acabó desmintiendo.

También ha dado mucho que hablar la Operación Jade Helm, unas maniobras que las Fuerzas Especiales de EE.UU. realizaron al sur del país. Miles de ciudadanos creyeron que el Gobierno pensaba invadir Texas y planeaba encerrarlos en un Wal-Mart. Algunos políticos republicanos contribuyeron a propagar el temor y la historia se popularizó en las redes sociales.

Ahora bien, ¿cómo actúan los conspiranoicos en Facebook? ¿Cambian su opinión cuando alguien desmiente sus teorías? Un grupo de investigadores acaba de publicar un estudio en ArXiv analizando sus conductas. La ciencia no solo desmiente las teorías magufas, sino que investiga por qué se vuelven tan fuertes en la red social que cuenta ya con 1.000 millones de usuarios activos al día.

O eres conspiranoico... o todo lo contrario

Los investigadores han creado una base de datos que incluye 83 páginas de Facebook que ofrecen información científica (como Science Daily, Nature, EurekAlert! o MIT Technology Review) y 330 cuentas relacionadas con las más variopintas teorías de la conspiración. Para averiguar cómo los conspiranoicos interactuaban con esas páginas, han analizado estadísticamente la conducta de 54 millones de usuarios a lo largo de cinco años y han descubierto que no nos gustan las medias tintas.

Los usuarios estaban divididos en dos comunidades bien diferenciadas: generalmente se relacionaban solo con las páginas de una de las dos categorías. Según Walter Quattrociocchi, uno de los autores del estudio, este hallazgo confirma que los usuarios están segregados en sus propias cámaras de resonancia.

"La clave que une a una cámara de resonancia es el sesgo de confirmación, seleccionar información que es coherente con mi sistema de creencias e ignorar el resto", explica este investigador del Instituto de Estudios Avanzados IMT de Lucca, en Italia.

El año pasado, Quattrociocchi publicó otro estudio que analizaba el comportamiento de los usuarios de Facebook durante las elecciones italianas de 2013. Por aquel entonces, más de 35.000 personas compartieron el rumor de que el Senado italiano había votado una ley para conceder a los miembros de la cámara una elevada suma de dinero para que pudieran sobrevivir los que perdieran en las urnas. Aunque el senador que había planteado la propuesta, un tal Cirenga, ni siquiera existía, la patraña se hizo viral.

Aquella investigación señalaba que las personas conspiranoicas tienden a leer menos los medios de comunicación convencionales, ya que creen que están manipulados por el gobierno. Por esa razón son más susceptibles a las informaciones falsas y los bulos acaban triunfando en Facebook.

Desmontar bulos, un esfuerzo contraproducente

¿Es posible convencer a los amantes de las conspiraciones de que están equivocados? En su reciente estudio, Quattrociocchi y el resto de investigadores han identificado 47.780 posts que desmontaban esas teorías.

Los seleccionaron de más de 60 páginas de Facebook, como Ciudadanos informados contra la desinformación de la vacunación, Detened el movimiento anticiencia o la irónica Provacunas cómplices del Big Pharma, los Illuminati, reptilianos y el Nuevo Orden Mundial. El estudio demuestra que muy pocos de los conspiranoicos radicales interactuaban con los posts que desmontaban bulos: tan solo 117.000 de los casi 9.8 millones de usuarios lo hacían.

Además, tras analizar 1.000 comentarios de esos posts, constataron que los usuarios más expuestos a la información relacionada con las teorías de la conspiración casi siempre expresaban una opinión negativa cuando sus suposiciones eran desmentidas.

Llevar la contraria a los que propugnan que todo es relativo sirve de poco: acaba provocando que refuercen sus propias creencias. "Diría que no es solo inútil, sino que hace que las cosas empeoren. A veces, estas campañas se resuelven en acaloradas discusiones en las que nadie escucha, una manera de reforzar la identidad por segregación", afirma Quattrociocchi.

En Refutaciones a los memes antivacunas encontramos un ejemplo. El administrador enlaza a una página del hospital infantil de Philadelphia que explica la importancia de las vacunas del sarampión y la rubéola. "La misma gente que no quiere que lleve un arma pretende convertir a sus hijos en armas biológicas", comenta un usuario de Facebook en ese post.

De esta forma, el estudio concluye que en esta red social no buscamos la verdad, sino confirmar nuestras propias opiniones. A juicio de los investigadores, el problema de la desinformación no radica en que seamos crédulos, sino en que somos conservadores.

A veces, estas campañas se resuelven en acaloradas discusiones en las que nadie escucha, una manera de reforzar la identidad por segregación

Si desmontar las teorías no sirve para nada, ¿se pueden frenar de algún modo las conspiraciones? Facebook decidió incluir hace unos meses la opción Es una noticia falsa precisamente para limitar la circulación de bulos.

"Estamos tratando de identificar la estrategia de comunicación que podría suavizar el debate. Otra opción es trolear a los que tienen un ego virtual extremo para inducir de este modo la disonancia cognitiva", defiende por su parte Walter Quattrociocchi.

Así que, por el momento, los que piensan que los extraterrestres visitaron el Antiguo Egipto tienden a reforzar esa idea conversando con otros seguidores de la página Conspiraciones paranormales, y difícilmente creerán a los que argumenten que no hay pruebas que demuestren la visita alienígena. Tal vez los gobiernos estén interesados en desmentir su teoría...

"Puedes ser un terrorista nacional si: cultivas tu propia comida, te opones a los OGM [organismos genéticamente modificados], prefieres la medicina natural, rechazas las vacunas, llevas una pegatina de Ron Paul en el coche, apoyas la Constitución, crees que tu gobierno está corrupto, estás en contra de la guerra y rebates la geoingeniería".

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