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OnePlus X: el mejor móvil Android chino y asequible que vas a encontrar
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OnePlus baja a la gama media con este modelo

OnePlus X: el mejor móvil Android chino y asequible que vas a encontrar

La marca china que más expectación provoca no defrauda: ofrece un móvil de altas prestaciones a un precio espectacular. Pero no es oro todo lo que reluce

Foto: (Foto: Zigor Aldama)
(Foto: Zigor Aldama)

El OnePlus X hay que agarrarlo con guantes. Es lo primero que uno piensa al sacarlo de su primorosa caja. Porque no hace falta ser Sherlock Holmes para averiguar quién lo ha tocado nada más retirar las láminas protectoras de plástico: las huellas dactilares son más que evidentes en el cristal de la parte trasera del móvil. Es el precio que hay que pagar para manejar un ‘smartphone’ que sorprende a primera vista por su inmaculado diseño. Es minimalista, pero no hay nada que esté fuera de lugar o que moleste.

Se agradece la ausencia de un logotipo en la parte frontal del aparato, lo cual lo convierte en un rectángulo negro sin estridencias, y el signo de la marca china en la parte posterior es lo suficientemente discreto. Además, una de las primeras sensaciones que transmite al tacto la versión de cristal -Onyx- del X es su sólida construcción: dos láminas de Gorilla Glass con efecto 2.5D separadas por un grisáceo borde metálico con 17 elegantes estrías. Eso sí, es tan ligero, tan delgado, y tan resbaladizo (ojo dónde se coloca, porque con la vibración es muy fácil que se caiga), que a veces da miedo cogerlo.

El salto al gran público

No es exagerado afirmar que sólo Apple ha conseguido crear más interés que OnePlus en torno al lanzamiento de sus productos, y eso supone un gran logro para una empresa que lanzó su primer producto, el One, hace apenas año y medio. Fue la gran sorpresa de 2014, y se convirtió en el terminal más deseado por el nicho de frikis de la tecnología.

Eso sí, su polémico sistema de compra, a través de codiciadas invitaciones, le ha reportado a la compañía un alud de críticas, sobre todo procedentes de clientes frustrados por no poder hacerse con uno de los aparatos. Pero el cofundador Carl Pei insiste en la necesidad de mantener este sistema para evitar crear ‘stock’ y dar esquinazo así al elevado costo que acarrea.

Por eso, el X se venderá en un inicio sólo a través de invitaciones. No obstante, OnePlus quiere salir de su gueto de especialistas en tecnología para llegar a un público más amplio, razón por la que avanza que en diciembre su nueva criatura se podrá adquirir libremente en ventas semanales que se prevén encarnizadas. No en vano, el ‘smartphone’ con el que pretende conquistar la gama media es el mejor que se puede adquirir en España, desde hoy mismo, por 269 euros.

Que el X no cuente con chip NFC o sensor de huellas dactilares es comprensible si se tiene en cuenta su precio: desde 269 euros

Viene equipado con el ‘cerebro’ de cuatro núcleos Snapdragon 801 de Qualcomm, actualmente el más estable del fabricante y el que menos calor produce, que trabaja a 2,3 Ghz., e incluye 3 GB de memoria RAM. La memoria interna es de 16GB y puede ser ampliada mediante una MicroSD hasta los 128 GB, una opción muy interesante para quienes deseen almacenar gran cantidad de archivos. La batería de 2.525 mAh. aguanta tranquilamente un día de bastante trasiego, y quienes viajen a menudo o dispongan de un número de teléfono personal y otro del trabajo agradecerán las dos ranuras SIM. Y la radio.

Que el X no cuente con chip NFC o sensor de huellas dactilares es comprensible si se tiene en cuenta su precio. Y curioso resulta que OnePlus no haya optado por el puerto USB-C que sí tiene el 2, aunque actualmente no supone gran ventaja frente al Micro-USB. Pero lo que no tiene ni pies ni cabeza es que los tres botones capacitivos no estén iluminados: en el modelo negro -el blanco con borde metálico dorado sólo parece estar disponible en China- apenas se ven con buena luz, así que todavía es más difícil distinguirlos cuando escasea la iluminación, algo que hace que los errores a la hora de dar la orden deseada se conviertan en una recurrente molestia.

El X sí que toma prestado del 2 su botón lateral deslizante para el control de notificaciones, que permite con un solo toque decidir si se quieren recibir todas, únicamente las marcadas como prioritarias, o ninguna. Es una función útil en situaciones en las que no resulta conveniente sacar y desbloquear el terminal para silenciarlo (una reunión, por ejemplo).

Cojea el 'software'

En cualquier caso, y salvo por la falta de retroiluminación en los botones, este potente ‘hardware’ es muy similar al que montó OnePlus en el One, y hace que el sistema operativo Oxygen sea fluido. Aunque hay ocasiones en las que se produce un breve lapso entre el momento en el que se da una orden y el instante en el que se ejecuta. No obstante, es posible que el problema radique en la capa de Android que ha diseñado la propia marca para sustituir a Cyanogen, que fue la que engrasó el One con magníficos resultados.

Oxygen 2.1, desafortunadamente, está en su infancia y es incapaz de sacar todo el partido de los componentes que controla. Así, la personalización que permite está todavía muy lejos de la que ofrecen competidores como el MIUI de Xiaomi o el ColorOS de OPPO, y la esperanza reside en que las mejoras vayan llegando con las actualizaciones del sistema que OnePlus promete frecuentes.

A pesar de ello, hay elementos interesantes en Oxygen. Uno de los más llamativos es ‘Shelf’, una página que se sitúa a la izquierda de la principal -Home- y en la que el propio sistema ofrece un acceso directo y rápido tanto a las aplicaciones más utilizadas (muy útil para quienes se descargan todo el Google Play) como a los contactos más frecuentes, ya sea por número de teléfono, email, o aplicaciones de mensajería como Whatsapp.

Uno de los puntos fuertes del OnePlus X está en las dos cámaras. La posterior, de 12,4 megapíxeles efectivos, ofrece una calidad de imagen espectacular

Luego está la posibilidad de que el teléfono active la pantalla de bloqueo con una vista previa de las notificaciones recibidas con solo acercar la mano a la pantalla. El sensor de proximidad hace que se ilumine sin que haga falta tocar el terminal. Además, el X hereda los códigos gestuales que, dibujados en la pantalla aunque esta esté apagada, abren la cámara, llevan a la aplicación de música, o encienden la linterna.

¿Qué hay de la cámara?

Uno de los puntos fuertes del aparato, a pesar de las limitadas opciones que ofrece el software, está en las dos cámaras. La posterior, de 12,4 megapíxeles efectivos, ofrece una calidad de imagen espectacular en buenas condiciones lumínicas, y muy aceptable cuando no lo son tanto. OnePlus asegura que monta el autofoco más rápido, y no exagera. Funciona bien incluso en la oscuridad, pero en esas condiciones echa en falta el láser del 2.

Más impresionante es la lente con apertura 2.4 que combina con un sensor de 8 megapíxeles para sacar ‘selfies’ de gran calidad. Apenas hay distorsión en el rostro a pesar de ser un objetivo gran angular, y los resultados son muy decentes incluso con poca luz. No obstante, se agradecería un sistema de flash similar al que incluyen los móviles de OPPO -de cuya fábrica también salen los OnePlus- o el nuevo iPhone, y que consiste en iluminar la pantalla en el momento de hacer el selfie.

En cualquier caso, y como dice el propio Pei, “cada vez las especificaciones de los móviles importan menos, porque lo que marca la diferencia es el diseño”. Y en ese último apartado hay que quitarse la boina frente a OnePlus. Porque, aunque suene ñoño, el X es bonito. Y, a este respecto, más interesante parece todavía la versión Ceramic, cuyo cuerpo cerámico verá la luz a finales de mes (costará 369 euros). Eso sí, para que ambas versiones luzcan en todo su esplendor lo mejor será llevar siempre un paño con el que se puedan limpiar las inevitables huellas dactilares.

El OnePlus X hay que agarrarlo con guantes. Es lo primero que uno piensa al sacarlo de su primorosa caja. Porque no hace falta ser Sherlock Holmes para averiguar quién lo ha tocado nada más retirar las láminas protectoras de plástico: las huellas dactilares son más que evidentes en el cristal de la parte trasera del móvil. Es el precio que hay que pagar para manejar un ‘smartphone’ que sorprende a primera vista por su inmaculado diseño. Es minimalista, pero no hay nada que esté fuera de lugar o que moleste.

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