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¿Es Cabify una 'app' ilegal? Las tres claves que determinarán su posible cierre
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ANTE LA DEMANDA DE LOS TAXISTAS DE MADRID

¿Es Cabify una 'app' ilegal? Las tres claves que determinarán su posible cierre

Cabify se ha enfrentado este miércoles al primer episodio de lo que podría ser su fundido a negro: una petición de cierre cautelar a cargo de los taxistas madrileños

Foto: Cabify se enfrenta a un posible cierre
Cabify se enfrenta a un posible cierre

Es uno de los juicios del año en el ámbito de la economía colaborativa en España, junto con la batalla legal entre Uber y la Asociación Madrileña del Taxi y la existente entre Blablacar y la patronal de autobuses.

Nos referimos al contencioso entre la 'app' de vehículos con chófer Cabify y la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPT), que ha presentado una demanda judicial contra la aplicación, a la que acusa de competencia desleal en una batalla legal que no ha hecho más que empezar.

Y es que, aunque el juicio sobre la legalidad o no de Cabify no se celebrará hasta 2016, este miércoles ha tenido lugar el primer episodio de la demanda. Y no se trata de un aperitivo pequeño, precisamente, ya que lo que se ha debatido hoy es si Cabify debe ser cerrada de manera cautelar hasta que llegue el juicio.

Las tres preguntas clave

Pese a que el debate de este miércoles no se centraba tanto en la legalidad de Cabify cuanto en si está haciendo el suficiente daño a los taxis como para ser cerrada cautelarmente, acusadores y acusados han basado sus argumentaciones en debatir la situación legal de la aplicación y sus conductores.

Y para decidir sobre este asunto, el debate se estructura, principalmente, en torno a tres preguntas clave. En primer lugar, ¿es Cabify una empresa de transportes o un intermediario? En segundo, ¿está Cabify llevando a cabo un ejercicio de competencia desleal hacia el gremio del taxi? Y en tercer lugar, ¿a cuál de los dos contrincantes ampara la ley en esta disputa?

1.- ¿Es Cabify una empresa de transportes?

Pese a la pública insistencia de Cabify por diferenciarse de Uber (y pese a que las diferencias entre ambas 'apps' son significativas), el juicio que acabó con el cierre cautelar de Uber también contó con esta pregunta entre sus principales incógnitas.

Y es que, mientras Uber se autodefinía como un mero intermediario tecnológico, los taxistas le acusaban de actuar como una auténtica empresa de transportes, una tesis que fue avalada por el propio juez.

Cabify: “Somos una agencia de viajes”

Cabify, sin embargo, niega la mayor: “Ni somos un intermediario tecnológico ni una empresa de transportes: somos una agencia de viajes”, aseguran, derivando el debate sobre su forma legal hacia una nueva y tercera vía que, aunque sorprende, parece tener cierto sustento, según la compañía.

Cabify dice ser un intermediario comercial entre el conductor y su pasajero

“Cuando creamos la empresa en 2011 fuimos a hablar con la Dirección General de Transportes para que nos asesoraran, y fue ahí donde nos dijeron que la fórmula que queríamos llevar a cabo era la de una agencia de viajes”, aseguran.

“Somos un intermediario, sí, pero no tecnológico, sino comercial”, argumentan, “ya que intermediamos entre el cliente final y los conductores que trabajan con nosotros, que son los que realmente ofrecen el servicio de transporte”.

En este sentido, además, se esfuerzan una vez más por mostrar diferencias respecto a Uber e incluso Blablacar: “No somos una aplicación que cada persona usa como quiere, no nos lavamos las manos. Somos una agencia y, como tal, contamos con unos permisos especiales”.

FPT: “Organizan una actividad de transporte”

En la Federación Profesional del Taxi de Madrid, sin embargo, no comparten esta visión. Su vicepresidente, Jesús Fernández, tira de ironía cuando le preguntamos por la forma legal de Cabify: “Un día te dirán que son intermediario tecnológico, otro día que no, otro que son empresa de transporte... te dirán lo que les interese cada vez”.

Para el colectivo al que representa, “Cabify organiza una actividad de transporte, con lo que se convierte en una empresa de transporte y tiene que actuar con las mismas leyes que el resto de empresas del sector”.

2.- ¿Hace Cabify competencia desleal al taxi?

En su demanda, la Federación Profesional del Taxi de Madrid acusa a Cabify de competencia desleal basándose en los aparentes procedimientos y actuaciones de los conductores de dicha aplicación, que ejercen su actividad a través de una licencia VTC (vehículo de turismo con conductor).

Dicha actividad viene marcada y regulada por el Reglamento de Ordenación del Transporte Terrestre (ROTT), y es el artículo 182 el que pondría en tela de juicio el comportamiento de los conductores de Cabify.

Según dicho artículo, “el servicio de arrendamiento de vehículos con conductor deberá contratarse previamente en las oficinas o locales de la empresa arrendadora. (…) En ningún caso podrán los correspondientes vehículos aguardar o circular por las vías públicas en busca de clientes, ni realizar la recogida de los que no hayan contratado previamente el servicio”.

Y es ahí donde empieza la doble polémica, según la FPT. Por un lado, porque el arrendamiento de los vehículos de Cabify no se hace en ninguna sede física, sino mediante aplicación; por otro, porque, siempre según la versión de los taxistas, los conductores de Cabify sí que circulan por la calle aunque no lleven clientes, ya que, si estuviesen parados en su domicilio, perderían competitividad y cercanía frente a un cliente ocasional que quiera pedir un coche.

Cabify: “El cliente del conductor no es el pasajero, sino nosotros”

Desde Cabify aseguran que el error de la FPT está en considerar que el cliente del conductor es el pasajero que viaja en el coche: “El cliente no es el pasajero, sino Cabify. Somos nosotros los que contratamos al conductor de Cabify para, después, ofrecerle la gestión del servicio al pasajero”, nos cuentan.

Los conductores de Cabify tienen sueldo dividido: un fijo por su disponibilidad y un variable por cada viaje

Pero ¿cómo funciona exactamente esta fórmula? Según aseguran en Cabify, la aplicación no contrata a los conductores cada vez que surge un nuevo viaje, sino que establece un contrato por prestación de servicios en el que, en realidad, lo que Cabify contrata es su disponibilidad (haya o no haya viajes).

Por ello, los conductores de la aplicación tienen su sueldo dividido: la parte fija corresponde a ese compromiso de disponibilidad. La parte variable, por otro lado, será mayor o menor en función de los viajes con pasajero que haga el conductor.

¿'Deambula' el conductor de Cabify por la calle?

Entonces, vayamos al siguiente paso: ¿están los conductores de Cabify 'deambulando' por las calles del centro de Madrid para estar bien localizados geográficamente en caso de que surjan nuevos pasajeros?

Pese a la insistencia de Teknautas por saber qué hace un conductor exactamente cuando no tiene un pasajero, Cabify no termina de explicarnos con exactitud este punto. Desde la compañía se limitan a asegurarnos que los conductores pueden acudir en esos ratos a un punto de estacionamiento frecuente, y parecen insinuar que es la propia compañía la que les dice qué punto es ese.

Taxistas: “Hay coches de Cabify en el aeropuerto, en Atocha...”

Sin embargo, los taxistas lo niegan: “Por supuesto que van por las calles del centro para ver si encuentran clientes. La mayoría de los que tienen licencia VTC no la tienen en Madrid, sino en algún pueblo cercano. Si estuvieran en casa y tuvieran que desplazarse tanto para hacer cada viaje, ningún pasajero los contrataría”.

Pero van más allá: “¿Por qué te crees que siempre hay coches de Cabify en el aeropuerto o en Atocha aunque no lleven pasajeros? Van a esos sitios aposta porque saben que ahí tendrán clientela de sobra. Claro que van por la calle buscando clientes, y eso es ilegal”.

Cabify y sus 'puntos de inicio del trayecto'

Pero ¿hay justificación legal para que los conductores de Cabify estén siempre cerca de esas zonas calientes? En la aplicación creen que sí, aunque no lo cuenten de forma abierta ante los medios de comunicación. Se trata del mayor (y mejor) 'secreto' de la compañía.

Basta con pasarse por la web de Cabify para comprobar que la empresa dispone de lo que ellos llaman "puntos de inicio del trayecto", una colección de pequeñas sedes que hacen las veces de lo que antes llamábamos “puntos frecuentes de estacionamiento” y que, según el argumentario de la compañía, cumple con la normativa del ROTT.

3.- ¿A cuál de los dos ampara la ley?

Como cabía esperar, tanto la Federación Profesional del Taxi de Madrid como Cabify han asegurado en la vista de este miércoles que las leyes españolas están de su parte y les dan la razón en este contencioso.

Será la jueza del Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid quien tenga la última palabra, pero lo cierto es que ambas partes aseguran contar con un elaborado argumentario que concuerda con la ley vigente en nuestro país.

Cabify: 'avalado' por la CNMC y la DGT

En el caso de Cabify, la aplicación tiene dos tejados a los que parece que, por el momento, puede intentar agarrarse. En primer lugar, el aparente visto bueno que la Dirección General de Transportes ha dado siempre a la compañía, ya que, según Cabify, la DGT fue la institución que les asesoró desde antes de comenzar su inicio de actividad en nuestro país.

En 2013, la CNMC estimó que Cabify no era competencia desleal para los auto-taxis

Por otro lado, la aplicación también se muestra tranquila y no cree que sea cerrada cautelarmente. Para ello, se ampara en la opinión favorable a su servicio que en su momento ya formuló la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Fue el 12 de septiembre de 2013, cuando, tras la denuncia presentada por la Asociación Gremial del Auto-Taxi de Madrid por supuesta competencia desleal, la CNMC se pronunció a favor de Cabify [PDF], argumentando que la compañía actuaba como agencia de viajes, que había “acreditado los permisos correspondientes para el desarrollo de su actividad” y que no había “existencia de pruebas suficientes para iniciar un procedimiento sancionador”.

Taxistas: “Es una empresa de transportes encubierta”

Desde la PFT, sin embargo, insisten en negar que Cabify sea una agencia de viajes, sino “una empresa de transporte encubierta que, en la práctica, ofrece el mismo servicio que los taxis tradicionales”.

Por ello, desde la Federación también aseguran estar tranquilos: “La justicia nos ampara. Cabify no respeta el marco jurídico de las empresas de transporte”.

De hecho, niegan las populares y tópicas acusaciones de tecnofobia: “Los taxistas no estamos en contra de las nuevas tecnologías; estamos en contra de las empresas que no cumplen la ley y que pretenden no competir en igualdad de condiciones”.

Al final, será la jueza del Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid la que, antes del juicio sobre la legalidad de Cabify, decidirá si la aplicación debe ser cerrada de manera cautelar. Y esa decisión llegará, previsiblemente, dentro de un mes.

Es uno de los juicios del año en el ámbito de la economía colaborativa en España, junto con la batalla legal entre Uber y la Asociación Madrileña del Taxi y la existente entre Blablacar y la patronal de autobuses.

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