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Los monopatines voladores son todavía un sueño del futuro
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Los monopatines voladores son todavía un sueño del futuro

Desde que Marty McFly hiciera la primera demostración, las propuestas para recrear el invento no han parado de surgir. Pese a los esfuerzos, la tecnología aún no logra despegar del todo

Foto: 'Regreso al futuro'
'Regreso al futuro'

Esta semana ha sucedido: todos hemos regresado a un futuro ficticio volviendo, paradójicamente, al pasado. A ese momento en que vimos la segunda entrega de Regreso al futuro y ni siquiera le dimos importancia a que el famoso DeLorean trasladase a sus ocupantes al 21 de octubre de 2015. Porque a finales de los 80 – la película se estrenó en 1989 –, esa fecha parecía muy lejana.

Más de veinte años después, han llovido las comparaciones entre sus vaticinios futuristas y la tecnología actual. Los aciertos (videoconferencias y drones, por ejemplo), pero también las ideas demasiado ambiciosas.

Entre todas las inexactitudes, esos inventos con los que el cineasta se pasó de imaginativo, hay uno que nos obsesiona especialmente: ¿quién no querría imitar a Marty McFly y posar sus pies sobre una tabla voladora? Aunque aún no exista un verdadero patín flotante, no son pocas las empresas e inventores que se empeñan en desarrollar vehículos lo más parecidos posible.

Móntalo tú mismo

El último en subirse al carro (o a la tabla) ha sido el estadounidense Ryan Craven, que se define como maker y emprendedor. “Tuve la idea de construir Mr Hoverboard después de conocer el fraude de Huvr”, asegura Craven a Teknautas. Se refiere a la demostración amañada que hizo Tony Hawk sobre una simple madera. “Yo quiero utilizar la tecnología existente para que realmente funcione como un patín volador”, explica.

Por eso, el fabricante estadounidense ha creado un diseño al más puro estilo IKEA: quien realice el pedido, recibe en su casa siete piezas por el módico precio de 420 dólares (unos 370 euros). Entre ellas se incluye la tabla, dos discos y cuatro boquillas en las que encajar unas máquinas sopladoras que el futuro pasajero debe comprar por su cuenta.

'¡El resto de aparatos no son verdaderos patines voladores!', critica Craven, aunque sus competidores no opinan lo mismo

“¡El resto de aparatos no son verdaderos patines voladores!”, critica Craven, aunque tiene competidores que no opinan lo mismo. Hawk volvió a la carga con otro modelo, esta vez de Hendo – acaba de terminar su campaña de Kickstarter -, y Lexus tiene su propio juguete que se eleva gracias a potentes imanes y nitrógeno líquido. Obtener una especie de prototipo del primero cuesta 10.000 dólares; el segundo ni siquiera está en venta.

Con su crítica, Craven se refiere también a los dispositivos con ruedas que se anuncian con un nombre que no corresponde a la manera en que se mueven. Aquí sí que hay una larga lista de nombres: Oxboard, Cyboard, Scoot, Future Foot, Monorover, Airboard, Freego, Esway, Airwheel, iEZWay u Overoad son algunos ejemplos.

Todos ellos se componen de una tabla con dos ruedas colocadas en paralelo, a diferencia de lo que ocurre en los monopatines habituales, y funcionan con dos pequeños motores. Los más famosos, no obstante, han sido los que han conseguido aparecer en las redes sociales de algunas celebrities.

Fama sobre ruedas

El que ha probado Justin Bieber es de la marca IO Hawk. Su vehículo tiene una estructura metálica que le permite aguantar hasta 180 kilogramos de peso. Sin embargo, el diseño de Phunkee Duck no es muy diferente, a excepción del logotipo estampado en las superficies y ruedas.

A pesar de su parecido, el precio de la ingente cantidad de vehículos oscila entre unos 500 y 1.600 euros. El Hovertrax es otro de ellos, en línea con la estética de sus primos. Es propiedad de Inventist, la empresa de Shane Chen, que tiene la patente de un tipo de vehículo de dos ruedas cuya descripción se parece bastante a los otros modelos.

Chen arrancó en 2013 con una campaña en Kickstarter, que le sirvió para reunir el presupuesto suficiente para distribuir su prototipo en Estados Unidos en diciembre de 2014 (antes lo había hecho en Asia). Durante los años siguientes, comenzaron a surgir otras empresas que anunciaban vehículos muy parecidos el suyo, como el Chic Smart S1.

Aunque es difícil establecer quién fue el pionero en un originalmente inexplorado mundo de los patinetes de dos ruedas, Chen asegura haberlo sido y no ha dudado en enfrentarse a otras firmas por plagio.

No paran de surgir nuevos contrincantes, pero ninguna compañía ha llegado a conquistar el mercado mundial más allá de Asia y de los escarceos con la farándula estadounidense. ¿Será que no estamos preparados para volar sobre un patinete a lo McFly?

Esta semana ha sucedido: todos hemos regresado a un futuro ficticio volviendo, paradójicamente, al pasado. A ese momento en que vimos la segunda entrega de Regreso al futuro y ni siquiera le dimos importancia a que el famoso DeLorean trasladase a sus ocupantes al 21 de octubre de 2015. Porque a finales de los 80 – la película se estrenó en 1989 –, esa fecha parecía muy lejana.

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