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El primer melenudo: descubren en Cuenca el mamífero con pelaje más antiguo
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también tenía púas como las de los erizos

El primer melenudo: descubren en Cuenca el mamífero con pelaje más antiguo

Los restos de un pequeño animal de hace 125 millones de años encontrados en el yacimiento de Las Hoyas suponen la evidencia más antigua conocida de pelos fosilizados

Foto: (Óscar Sanisidro)
(Óscar Sanisidro)

Hace 125 millones de años, un pequeño mamífero del tamaño de una zarigüeya compartió con dinosaurios esa zona del planeta que hoy conocemos como Cuenca. Esta 'bola de pelo' cretácica no caerá en el olvido a pesar de su extinción, gracias a un fósil hallado en el yacimiento conquense de Las Hoyas. El ejemplar, bautizado como 'Spinolestes xenarthrosus', muestra las evidencias más antiguas de pelo en mamíferos.

“Este mamífero extinto combina todos los tipos de pelos y estructuras pilosas de los mamíferos modernos”, asegura a Teknautas el investigador de la Universidad de Chicago y coautor del estudio publicado hoy en la revista 'Nature', Zhe-Xi Luo. A saber: largos pelos propios del pelaje, pelo suave aterciopelado, púas similares a las de los erizos modernos e incluso escamas similares a las de los armadilos actuales. 'Spinolestes' alberga en su interior, según el experto, muchas claves para el estudio de la evolución de un linaje al que nosotros también pertenecemos.

Todas las características que hacen del pequeño 'Spinolestes' algo especial han llegado hasta nuestros días en un extraordinario estado de conservación, que permite apreciar restos de tejidos pulmonares, hepáticos y del diafragma. La preservación, que Luo califica de “exquisita”, hace posible observar al microscopio hasta los bulbos de los que nacen estas estructuras. Todavía hay más, porque incluso se aprecian evidencias de una infección fúngica del pelo, muy habitual en los mamíferos modernos.

La conservación es tan buena que ha mantenido restos de tejidos pulmonares y evidencias de una infección fúngica sobre el pelo

Luo explica cómo es posible que se preserve algo tan frágil como un pelo durante 125 millones de años: “La fosfatización de tejidos blandos puede conservar algunas estructuras celulares del animal muerto”. Gracias a eso sabemos que el animal tenía una 'melena' en el cuello y la espalda cubierta de finas espinas.

'Spinolestes' perteneció a una rama extinguida de mamíferos conocida como triconodontos. El ejemplar encontrado medía unos 24 centímetros de largo, con un peso comprendido entre 50 y 70 gramos. Del esqueleto y los dientes del fósil se puede deducir que excavaba el terreno en busca de insectos, como muchos roedores actuales.

Los pelos, púas y demás estructuras pilosas de 'Spinolestes' están formados “exactamente igual” que en los mamíferos modernos. “El pelo es la característica más importante de los mamíferos, fundamental para muchas funciones biológicas”, explica Luo. Gracias a él, estos animales mantienen el calor corporal y también disipan el exceso de temperatura gracias a las glándulas sudoríparas. También actúan como sensores táctiles en forma de, por ejemplo, bigotes.

La 'melena' de 'Spinolestes' representa el registro más antiguo de pelo conocido, pero el origen de esta estructura se remonta al Jurásico, hace unos 165 millones de años. "Estos fósiles no tienen estructuras microscópicas, tan solo la impresión de los restos de pelo", comenta Luo. El investigador añade que los siguientes restos pilosos pertenecen a ciertos roedores de hace 60 millones de años.

Los pelos surgieron a partir de unas pocas mutaciones producidas sobre las escamas de reptiles antiguos. Su éxito evolutivo se plasmó en el linaje de los mamíferos por su capacidad termorreguladora, fundamental en organismos de sangre caliente. Tendrían que pasar millones de años para que llegara un mono desnudo que renegara de esta característica, relegándola a un papel secundario.

Hace 125 millones de años, un pequeño mamífero del tamaño de una zarigüeya compartió con dinosaurios esa zona del planeta que hoy conocemos como Cuenca. Esta 'bola de pelo' cretácica no caerá en el olvido a pesar de su extinción, gracias a un fósil hallado en el yacimiento conquense de Las Hoyas. El ejemplar, bautizado como 'Spinolestes xenarthrosus', muestra las evidencias más antiguas de pelo en mamíferos.

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