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El primer programa espacial 'amateur' del mundo se fragua en Dinamarca
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Vuelos suborbitales para aficionados

El primer programa espacial 'amateur' del mundo se fragua en Dinamarca

Cinco décadas desde que Alan Shepard se convirtiera en el primer astronauta estadounidense en hacer un vuelo suborbital, una compañía danesa aspira a repetirlo. Y todo sin apenas financiación

Foto: (Foto: Copenhagen Suborbitals)
(Foto: Copenhagen Suborbitals)

¿Quién dijo que viajar al espacio era una tarea titánica? Los daneses Copenhagen Suborbitals están empeñados en demostrar que no son necesarios presupuestos millonarios ni el empuje de toda una nación para lanzar a una persona a bordo de un cohete en un vuelo suborbital y traerla sana y salva de vuelta a la Tierra. Esa es la misión que tiene entre ceja y ceja este grupo de aficionados del espacio que trabajan de manera incansable después de sus jornada laboral para dar forma al primer programa espacial amateur del mundo.

Pero todos los inicios son difíciles y el de Copenhaguen Suborbitals no iba a ser menos. El vuelo del primer cohete manufacturado por el grupo acabó en fracaso, como si este puñado de nórdicos tratara de emular los primeros tiempos del programa espacial estadounidense a finales de los años cincuenta. Fue a los pocos segundos de haber despegado cuando la Tycho Brahe, a bordo de un cohete HEAT-1X manufacturado por el mismo grupo, se desvío más de lo previsto de su trayectoria, hecho que motivó un aborto de la misión.

La velocidad a las que se movía el cohete y las fuerzas a las que se vieron sometidos sus instrumentos hicieron añicos el paracaídas lo que provocó que todo el equipo se estrellará a más de 200 kilómetros por hora. El malogrado vuelo de la cápsula Tycho Brahe se produjo un 3 de junio de 2011 y, desde entonces, la nave está a la vista de cualquiera que se acerque al planetario Tycho Brahe de Copenhague. El nombre, por si quedaba alguna duda, corresponde a un astrónomo danés.

La compañía danesa Copenhagen Suborbitals prepara el cohete Spica con el que llevar a un astronauta aficionado al espacio

Afortunadamente para Copenhaguen Suborbitals, ese decepcionante primer ensayo no se convirtió en fracaso porque el cohete acabó en el mar y no provocó daños materiales ni víctimas. Lo hizo gracias a que el lanzamiento se produjo también en alta mar ya que el grupo de entusiastas del espacio consiguió permiso de la flota danesa para utilizar una antigua zona de maniobras militares.

Para lanzar sus cohetes utilizan una plataforma de lanzamiento móvil, bautizada Sputnik, y que navega gracias a un par de motores diésel. Desde aquel primer lanzamiento, los cerca de 50 miembros de esta organización trabajan de manera incansable con un único fin: poner a un astronauta en un vuelo suborbital para que sea capaz de escapar de la gravedad terrestre durante unos instantes antes de volver al planeta Tierra.

Para ello se han ayudado de una campaña de 'crowdfunding', organizada el pasado mes de agosto, en la que pidieron 10.000 dólares. Recaudaron más de 11.000, lo que ha permitido a quienes la apoyaron poner su cara en el fuselaje del cohete, y la suma les ha dado luz verde para fabricar el Nexo, un cohete que les permitirá ensayar con todos los elementos necesarios para lograr ese vuelo suborbital.

El Nexo, que tendrá dos lanzamientos, permitirá a la organización probar un nuevo motor que utiliza etanol y oxígeno líquido así como un nuevo paracaídas cuyo diseño recuerda al de un globo aerostático —lo han bautizado ballute en inglés, un juego de palabras entre balloon y parachute—. Su primer vuelo estaba previsto para el 26 de septiembre pero diversos problemas técnicos con el cohete han retrasado el lanzamiento.

“Hemos trabajado demasiado en este cohete como para dejar algún elemento al azar”, ha explicado Thomas Pedersen, director de vuelo. El componente amateur, en el buen sentido de la palabra, de Copenhaguen Suborbitals reluce en el momento en que el grupo admite que no ha reservado nuevas fechas con las autoridades correspondientes y que, con suerte, podría conseguir un hueco en el calendario para mediados de octubre.

Las dificultades del clima nórdico han aconsejado retrasar el lanzamiento hasta dentro de unos meses. Así, los Nexo I y II no se lanzarán hasta 2016 pero este retraso no implica que el trabajo en Copenhaguen Suborbitals se detenga. Un grupo de Estados Unidos se encarga de dar forma al traje que llevará el astronauta en su primer vuelo. Liderado por Cameron Smith, un doctor en antropología, la creación del traje es un proceso de prueba y error que Smith ha documentado en Wired en un texto en el que se remarca el hecho de que cada traje espacial es único y que, por ello, requiere de un trabajo y una aproximación diferente en cada ocasión.

De lograr su objetivo, habrán pasado 5 décadas desde que Alan Shepard se convirtiera en el primer astronauta estadounidense en un vuelo suborbital

“Cada vuelo es ligeramente diferente y las tareas de cada astronauta, además de su tamaño, también varían”, argumenta Smith. El reto final de Copenhaguen Suborbitals se llama Spica. Es el nombre del cohete que llevará a ese astronauta aficionado al espacio y que tendrá casi un metro de diámetro por 13 metros de altura. Su peso en el momento del lanzamiento será de cuatro toneladas de las que 2,6 serán carburante para propulsar la nave hacia las estrellas.

Bastarán noventa segundos de encendido de un motor de 100 kN para acelerar al Spica hasta los 3.600 kilómetros por hora. Cien segundos más tarde, a los tres minutos y diez segundos de misión, la nave llegará a su punto más alto e iniciará entonces el descenso hacia la Tierra.

El Spica no tiene todavía fecha de vuelo. De lograr su objetivo con éxito, solo habrán pasado algo más de cinco décadas desde que Alan Shepard se convirtiera en el primer astronauta estadounidense en hacer un vuelo suborbital, el mismo que el Spica quiere replicar. Estados Unidos tardó siete años más en pisar la Luna después de aquel primer vuelo. ¿Quién sabe lo que le depara el futuro a Copenhaguen Suborbitals?

¿Quién dijo que viajar al espacio era una tarea titánica? Los daneses Copenhagen Suborbitals están empeñados en demostrar que no son necesarios presupuestos millonarios ni el empuje de toda una nación para lanzar a una persona a bordo de un cohete en un vuelo suborbital y traerla sana y salva de vuelta a la Tierra. Esa es la misión que tiene entre ceja y ceja este grupo de aficionados del espacio que trabajan de manera incansable después de sus jornada laboral para dar forma al primer programa espacial amateur del mundo.

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