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Probamos Fifa 16: cambios cosméticos (pero necesarios)
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la franquicia futbolística evoluciona despacio

Probamos Fifa 16: cambios cosméticos (pero necesarios)

A Fifa le costó cinco años recuperar el liderato en los juegos de fútbol y no está dispuesto a perderlo con un mal movimiento

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Históricamente las versiones de Fifa se pueden clasificar en dos modalidades: las que corrigen problemas de anteriores ediciones y las que tratan de innovar. Fifa 16, sin lugar a dudas, pertenece al primer grupo.

En líneas generales Fifa 16 es un Fifa 15 retocado. Cambia el ritmo de la acción, se aporta profundidad a los sistemas de juego y llega el fútbol femenino. Pequeñas alteraciones cosméticas propias del que se sabe por encima de la competencia y maneja con guantes la cubertería.

Pero vamos por partes. Fifa 16 es el mejor simulador de fútbol del mercado, y seguramente el videojuego más acertado que nunca se ha hecho de este deporte. No es nuevo: es lo mismo que escribí el año pasado, con la salvedad de que los cambios son aún menores, aunque siempre bien encaminados.

Gráficamente estamos ante el mismo juego. Se han pulido las animaciones, los efectos climatológicos ganan en decencia y las equipaciones están actualizadas, si bien persisten carencias como la apariencia de los futbolistas (no son reconocibles por la cara) y los estadios, cuyo parecido con la versión real se reduce al clásico plano del saque de portería.

El aspecto sonoro tampoco evoluciona demasiado. Las músicas de los menús siguen siendo su punto fuerte, con una lista de canciones amplia, en boga y con sintonía futbolística. Por contra, los comentarios del partido, a cargo de Manolo Lama y Paco González, ahondan el descontrol de las anteriores ediciones, con apuntes repetitivos y fuera de contexto que solo aportan desazón. Desconectarlos se hace obligado desde el segundo partido.

Quizá el sistema de juego es donde se encuentran las novedades más interesantes. Fifa 16 es menos arcade y más simulador que su predecesor, lo que a grandes rasgos significa que se complica meter goles. Por una parte los pases y los disparos son menos automatizados, lo que se traduce en muchos más balones perdidos y tiros al anfiteatro. Ya no es posible trenzar cadenas de pases simplemente orientando el stick, sino que la precisión es clave a la hora de armar un ataque. Esto repercute en dos aspectos: los jugadores con buen pase son mucho más importantes, especialmente en los cambios de juego, y los partidos, por extensión, se muestran más trabados, con constantes cambios de posesión. Por sintetizarlo en un ejemplo, Xabi Alonso es más valioso que Busquets con el mando en la mano.

También se ha neutralizado el impacto de los jugadores veloces. Como sabéis, en Fifa 15 bastaba con alinear jugadores rápidos para ganar partidos, ya que la velocidad primaba sobre cualquier otro aspecto del juego. Ahora se tiende a la homogeneización de las carreras, creando nuevas frustraciones en el jugador como estar solo en un contraataque y tener que disparar desde 35 metros antes de que tu delantero sea indefectiblemente alcanzado por un central mucho más pesado. Santo dios, si Godín le ganase en 80 metros a Hazard en la vida real no habría Premier League.

La solución es pasar el balón. No a lo loco ni a bulto, sino con tino y sentido. Salir de la presión del rival es mucho más complicado que en Fifa 15, pero también genera situaciones que antaño eran inocuas. Con una sucesión de pases simples, sin apuntar al hueco, se puede conseguir una ocasión de gol. Lo mismo sucede con los controles de balón: son complicados y obligan al jugador a renunciar a buena parte de ellos en favor de un pase con la puntera de la bota justo antes de perderla. Los balones divididos son tan habituales que se requiere un nuevo modo de juego más orientado al remate -o pase- in extremis que a acomodar la posición.

En realidad el tiki-taka en Fifa 16 es la velocidad de Fifa 15, algo más que una alternativa. Dado que es casi imposible romper una defensa por velocidad, los pases son tan necesarios como en Sensible Soccer o Kick Off, títulos en los que no avanzaban los jugadores, sino el balón. La secuencia portero-lateral-pivote-mediapunta-extremo-delantero, ejecutada con la menor pausa, la repetirás una y otra vez. Solo cuando el rival esté desmanejado, ya sea por un contragolpe o la necesidad de marcar, podrás jugar con los mimbres de anteriores ediciones.

El orden llegó con las mujeres

Después de muchas quejas, EA ha dado con la tecla del orden defensivo. Por primera vez en muchos, muchos años, la defensa no se descompone a la primera de cambio. Los centrales son capaces de adelantar la línea, bascular y hacer ayudas a los laterales si la situación lo demanda, algo que debería ser lógico pero que no se cumplía en absoluto. Esto no significa que el sistema defensivo sea perfecto, ya que sigue siendo una lotería cambiar de jugador o robar un balón en el área, pero sí que el caos se ha mitigado. Y es que, en los niveles altos, cuando el ordenador se proponía marcarte un gol no había nada que hacer al respecto. Por cierto, y este sí que es un mal endémico, no es normal que el Oviedo triangule igual que el PSG e incluso finalice mejor. Entiendo que en el nivel Leyenda todos los partidos son difíciles, pero aún ahí tiene que haber clases.

Con el orden llegaron las mujeres, a las que han tratado con una de cal y otra de arena. Es positivo que su modo de juego sea distinto, más rápido y menos potente que el de los hombres, así como unos modelados físicos muy realistas, pero su existencia está desprovista de contenido. Solo hay selecciones nacionales y un único torneo. Sin modo carrera, sin online ni una miserable liga. Pinta a un globo sonda de EA para ver si esto sale bien y escindirlas en un juego distinto.

Por último merece una distinción el modo Carrera, sin duda mi preferido. Los cambios en este apartado se centran en dar más independencia al jugador para que evolucione su equipo. Es interesante la inclusión de los torneos de verano (ficticios) para reacabar fondos de cara a la nueva temporada y las nuevas formas de entrenamiento, que permiten hacer crecer a los jugadores en aspectos concretos mediante minijuegos. Sin embargo, al cabo de dos o tres horas de juego, el modo Carrera se torna aburrido, sin aliciente, con las mismas demandas salariales y ofertas de selecciones de Fifa 15. Se echa de menos una vuelta de tuerca al sistema de fichajes o a las reacciones de la plantilla para que le aporten alguna novedad en el largo plazo, pero lamentablemente EA ha preferido cargar las tintas en el modo Ultimate Team, que para eso le es rentable.

Esta temporada, como las anteriores, miles de aficionados correrán a las tiendas a por su copia de Fifa. Yo llevo haciéndolo desde 1993 y cada vez le veo menos sentido a pagar 65 euros por un juego casi idéntico al del año anterior. Sostengo que si Fifa permitiese descargar actualizaciones de plantilla se le irían por el desagüe la mitad de las ventas, que llegan por jugar con Arda en el Barça y las nuevas camisetas. Por cierto, hoy sale a la venta NBA 2K16, la franquicia que le comió la tostada a EA en el parqué, con su insistencia en demostrar que un año de desarrollo da para mucho (más). ¿Será por eso que ellos no temen que actualices su juego?

Históricamente las versiones de Fifa se pueden clasificar en dos modalidades: las que corrigen problemas de anteriores ediciones y las que tratan de innovar. Fifa 16, sin lugar a dudas, pertenece al primer grupo.

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