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Los deportes virtuales también tienen entrenadores (y resulta que son 'apps')
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el cholo simeone de los 'gamers'

Los deportes virtuales también tienen entrenadores (y resulta que son 'apps')

Mientras deportes físicos aún se resisten a la tecnología, los recién llegados 'e-sports' están incorporando herramientas para que los jugadores puedan perfeccionar su técnica

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Los que no sueñan con jugar en el Bernabéu o el Camp Nou, sino con batirse el cobre en los torneos más prestigiosos de e-sports, ya pueden tener un Cholo Simeone particular que les guíe durante las partidas. Eso sí, será virtual y - aquí viene lo bueno - no pedirá salario alguno.

Ya sea para conocer a los rivales, para analizar posibles fichajes o para corregir las debilidades del propio equipo y explotar sus fortalezas, la tecnología juega un papel cada vez más importante sobre el césped o el parqué. En la industria de los e-sports, que crece a un ritmo vertiginoso, los profesionales también son cada vez más conscientes de ello, y sus entrenamientos están evolucionando para incorporar nuevas herramientas.

No solo se trata de que los clubes más prestigiosos del mundo, que ya manejan presupuestos desorbitados, cuenten entre sus filas con entrenadores y analistas de vídeo, sino también de que los aficionados puedan tener quien les asesore para seguir progresando. Eso sí, sus coaches no les reñirán ni les alentarán, simplemente les guiarán en sus partidas. La firma Dojo Madness se ha propuesto dotar a estos deportistas de aplicaciones que les permitan conocer en profundidad los videojuegos que practican.

Para ello, esta compañía afincada en Alemania ha creado LOLSumo y Bruce.GG, que podrían convertirse en los mejores aliados de los profesionales y aficionados que batallan en League of Legends o Dota2. “Nuestra aplicación permite a los jugadores centrarse en su propio juego y les ayuda a ser mejores”, apuntan desde la firma.

Como si de un entrenador en una posición privilegiada del campo se tratase, LOLSumo asesora a los contendientes antes de las partidas y les guía durante las mismas. Según sus responsables, esta herramienta es capaz de evaluar 46 cuatrillones de combinaciones posibles de elementos, personajes y lugares en League of Legends para ofrecer una solución al jugador en cuestión de segundos. Así, quienes dan sus primeros pasos en el mundo de los e-sports pueden descubrir ciertos patrones, que antes podrían pasar desapercibidos, y desarrollar las habilidades que les permitan mejorar mucho más rápido.

La principal diferencia respecto a otros deportes es que todos los jugadores, independientemente de su nivel o su categoría, tienen acceso a estas aplicaciones. Como cuenta a Teknautas Carlos Ocelote Fernández, famoso gamer español ya retirado y fundador del club Gamers2, una de las ventajas que traen consigo estas herramientas es que aumentan la competitividad. “Esto hace que la diferencia entre los muy, muy buenos y los muy buenos sea menor. Los primeros tienen acceso a contratos de patrocinio, a analistas y entrenadores” que los segundos no pueden pagar. “Ahora sí que tendrán acceso a ello”.

Basta con descargar la app en el smartphone, la tableta o el ordenador y conectarla con una cuenta del juego para que LOLSumo indique al usuario las habilidades de su rival, desmenuce sus puntos débiles y aconseje el héroe que debería enviar para vencerle. Si en la NFL o en la Major League Baseball las matemáticas y las estadísticas guían a los clubes a la hora de fichar y realizar sus alineaciones, esta herramienta de Dojo Madness cumple la misma función en el terreno de los deportes virtuales.

Mientras que en un partido de fútbol podemos ver a los jugadores recibir las indicaciones en una tableta, esto de momento no sucede en los 'e-sports'

Estas aplicaciones, además, traen consigo otra ventaja sustancial tanto para los recién llegados gamers como para los más expertos: la agilidad. “Realmente lo que hace la máquina es analizar de forma tradicional millones de veces más rápido”, afirma Ocelote. Tras casi una década dedicado profesionalmente a las competiciones de e-sports, el español recuerda que antes se hacía lo mismo pero los entrenadores tenían que recurrir a YouTube, donde visionaba las partidas una y otra vez apuntando manualmente las jugadas más destacadas.

Ahora esta función la desempeñan LOLSumo y Bruce GG. Así resulta mucho más sencillo descubrir los patrones de juego del equipo rival. “Cuando quieras ver cuántas partidas ha ganado ese oponente, con esos héroes, etcétera, la máquina te lo dice automáticamente, sin que malgastes horas y horas buscando esta información”, comenta Carlos. “No solo es mucho más rápido, miles de veces más rápido, sino que además es más preciso porque una máquina no se equivoca”.

A pesar de todas sus ventajas, todavía hay aspectos del juego que no puede valorar ninguna de estas apps. Por ejemplo, si un rival está más nervioso de lo habitual en un torneo, solo un gamer experimentado sabrá sacar partido de la situación. “Si ves que el jugador ese día se mueve mucho, titubea, sabes que en esa partida le puedes meter presión de una u otra manera. Es la diferencia entre una máquina y un ser humano: que tú puedes racionalizar y puedes empatizar”, señala Ocelote.

Por causas como esta, aunque desde Dojo Madness aseguran que LOLSumo “cumple plenamente todos los requisitos establecidos por Riot Games, los creadores de League of Legends”, lo cierto es que este tipo de herramientas no se suelen emplear en los grandes torneos. Mientras que en un partido de fútbol americano ya podemos ver al quaterback repasar las jugadas en una tableta, o en uno de fútbol a los jugadores recibir las indicaciones del segundo entrenador en uno de estos dispositivos, esto de momento no sucede en las competiciones de e-sports.

“Dentro de la partida es muy complicado que te dejen utilizarlo y tampoco es necesario. Un equipo profesional siempre va a saberse al dedillo todo lo que ocurre. Antes de entrar en la partida, incluso antes de llegar al torneo, ya saben todo lo que hace el otro equipo gracias a la aplicación”, explica Carlos. Sus entrenadores y sus analistas de vídeo, ayudados por estas herramientas, pueden desmenuzar cada partida, analizar a cada rival y saber exactamente qué hará en las distintas situaciones en las que podría verse inmerso.

La principal diferencia respecto a otros deportes es que todos los jugadores, independientemente de su nivel, tienen acceso a estas aplicaciones

Pero no todos los que persiguen dedicarse a los videojuegos de forma profesional pueden asumir un coste tan elevado. “A día de hoy es difícil encontrar un club que se pueda permitir esto. Solamente en coaches y analistas te puedes gastar 60.000 euros al año”, revela Ocelote a Teknautas. Sin embargo, cualquiera puede descargarse las herramientas de Dojo Madness, que son totalmente gratuitas tanto para Android como para iOS.

Si el jugador instala LOLSumo en alguno de sus dispositivos, solo tendrá que conectar la app con su cuenta de Steam para que empiece a asesorarle. “Yo juego a Heroes of the Storm de vez en cuando”, cuenta Ocelote. “Como no tengo mucho tiempo, no conozco muy bien las variables del juego. Entonces, lo que hago es cogerme la aplicación que me dice cómo hacerme la partida. Y funciona”.

Aunque todavía se encuentra en su fase beta, ya es posible acceder también a la web de Bruce GG para ver algunas de las jugadas más destacadas de los torneos de Dota 2 que han tenido lugar en los últimos días, siempre divididas en pequeños fragmentos de 20 o 30 segundos.

El próximo objetivo de Dojo Madness, según la propia compañía, es que tanto LOLSumo como Bruce GG permitan desmenuzar las partidas de juegos como Counter Strike o Dota2. Así, mientras deportes con décadas y décadas de historia se resisten a incorporar herramientas tecnológicas, en los e-sports parecen tenerlo claro. Ya se sabe: renovarse o morir.

Los que no sueñan con jugar en el Bernabéu o el Camp Nou, sino con batirse el cobre en los torneos más prestigiosos de e-sports, ya pueden tener un Cholo Simeone particular que les guíe durante las partidas. Eso sí, será virtual y - aquí viene lo bueno - no pedirá salario alguno.

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