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Las películas grabadas con drones ya tienen sus premios Óscar
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se entregarán en noviembre

Las películas grabadas con drones ya tienen sus premios Óscar

Las cintas grabadas desde el aire ya constituyen un género cinematográfico: en la primera edición del Flying Robot International Film Festival hay sitio para el humor, los problemas sociales y el deporte

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“The hills are alive, with the sound of music”, cantaba Julie Andrews en la icónica escena de apertura de Sonrisas y lágrimas. La actriz giraba entre gorgoritos, mientras la cámara tomaba un impresionante plano aéreo de la pradera alemana donde se rodó. Andrews sonríe en su interpretación, a pesar de que el helicóptero desde el que filmaban las imágenes le había obligado a arrojarse al suelo en varias ocasiones.

Por desgracia, en 1965 los drones aún no se utilizaban el cine: si un vehículo no tripulado hubiera filmado las imágenes, Andrews ni se habría inmutado, como no lo hicieron Leonardo DiCaprio en El lobo de Wall Street, los actores de Torrente 5 o Montserrat Caballé en el anuncio de la lotería de Navidad de hace unos años.

Hace tiempo que estos robots teledirigidos participan en los rodajes, pero solo recientemente han pasado de tener un papel secundario a convertirse en los protagonistas. Ahora sus grabaciones constituyen un género y son motivo de celebración de certámenes para premiar a las mejores cintas.

Acaba de anunciarse el último: el Flying Robot International Film Festival, cuya primera edición se celebrará en San Francisco el próximo mes de noviembre. Cinéfilos y cinéfilas, han nacido los Óscar del cine de altura.

Los obstáculos del cine de altos vuelos

“Conseguir las tomas que quieres con un dron siempre es un reto”, asegura a Teknautas Eddie Codel, productor de vídeo y fundador del concurso. “El lugar, las personas, el viento, la falta de un espacio aéreo, las interferencias de radio pueden convertirse en un problema”.

Hace tiempo que los drones participan en los rodajes, pero sólo recientemente han pasado de tener un papel secundario a convertirse en los protagonistas

Unas imágenes sobrecogedoras sin ayuda de actores ni frases célebres de guion son la recompensa al esfuerzo y la pericia de los pilotos. En opinión de Codel, con amplia experiencia en la filmación desde el aire, “la mejor parte es conseguir esa escena que no podrías haber conseguido de otra forma”. Casi se pone sentimental al citar un ejemplo: “Ver el perfil de la cresta de una ola o el brillo de una puesta de sol en el océano mientras flotas sobre él”.

Su descripción concuerda perfectamente con el paisaje que muestran las imágenes de uno de los vídeos presentados a la categoría “Cinematográfica”, que puedes ver bajo este párrafo. Además de esta, hay otras cinco: “Drones para el bien” (engloba temas medioambientales y sociales), “Deportes aéreos”, “LOL WTF” (humorística), “¡Lo he hecho yo!” (especial para makers) y “Estudiante aéreo” (dirigida a los alumnos de alguna institución educativa).

“Creí que era el momento de tener un festival de cine que premiara a las mejores películas grabadas desde el aire”, nos explica Codel cuando le preguntamos por su motivación. “Los drones han proliferado tanto durante los últimos dos años que hay mucha gente filmando escenas muy buenas”.

El principal requisito (además del método de grabación) es el tiempo: los vídeos tienen que durar menos de cinco minutos. Aunque el resto es cuestión de creatividad, el vídeo debe contar una historia. “No nos interesa cómo es un patio trasero, a no ser que esté lleno de cocodrilos y canguros”, bromea Codel.

Un certamen para todos los públicos

Según su promotor, el concurso está diseñado para facilitar el acceso a cualquiera “con una conexión a internet” y cinco dólares (unos cuatro euros y medio) en el bolsillo, el precio para presentar un vídeo dentro del plazo inicial, que termina el 15 de septiembre.

Habrá un ganador por categoría que no recibirá un premio en metálico, sino recompensas físicas. Los afortunados podrán llevarse a casa desde drones hasta cámaras, pasando por diferentes tipos de accesorios.

El jurado lo integran catorce “personalidades de internet”, elegidas por Codel, entre las que figura Bre Pettis, fundador de MakerBot. El visionado de las películas ganadoras tendrá lugar el 19 de septiembre, aunque los premiados recibirán una notificación un poco antes.

En la ceremonia de 1965, Sonrisas y Lágrimas se llevó cinco premios Oscar (incluidos el de mejor película y mejor director). Desgraciadamente, ninguna estatuilla compensó a Andrews el mal trago con el helicóptero.

“The hills are alive, with the sound of music”, cantaba Julie Andrews en la icónica escena de apertura de Sonrisas y lágrimas. La actriz giraba entre gorgoritos, mientras la cámara tomaba un impresionante plano aéreo de la pradera alemana donde se rodó. Andrews sonríe en su interpretación, a pesar de que el helicóptero desde el que filmaban las imágenes le había obligado a arrojarse al suelo en varias ocasiones.

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