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Este algoritmo calcula dónde se producen conflictos en los vecindarios
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gracias al 'big data' telefónico

Este algoritmo calcula dónde se producen conflictos en los vecindarios

El vecino al que le gusta escuchar música hasta altas horas de la madrugada, el que monta fiestas cada fin de semana… La convivencia no siempre

Foto: (Fotografía: the rik pics)
(Fotografía: the rik pics)

El vecino al que le gusta escuchar música hasta altas horas de la madrugada, el que monta fiestas cada fin de semana… La convivencia no siempre resulta sencilla y en ocasiones un coche mal aparcado o un botellón en la calle se salda con una llamada a las autoridades. ¿Es posible saber dónde y cuándo tendrán lugar estos conflictos? Un grupo de investigadores así lo afirma, gracias a un estudio en el que se ha aprovechado el big data de millones de llamadas a los servicios municipales.

“Los conflictos vecinales no sólo se producen por la separación o mezcla de diversas poblaciones, sino también como resultado de las fronteras difusas que existen entre los vecindarios”, explica a Teknautas el investigador de la Universidad de Nueva York y coautor del estudio, Joscha Legewie. Aunque para el trabajo Legewie tuvo en cuenta su ciudad, asegura que las conclusiones serían aplicables en general a otras poblaciones: "Los límites vecinales son una consecuencia de la segregación residencial, la cual crea tensión potencial", añade.

El equipo de Legewie utilizó algoritmos que ya se usan en otros campos científicos como la visión artificial y el procesamiento de imágenes

Estas fronteras difusas son la clave de los problemas de convivencia, según el trabajo presentado hoy durante un congreso en la Asociación Americana de Sociología. Los resultados señalan que en las zonas difusas que se crean entre dos comunidades homogéneas es donde resulta más probable que existan problemas. Al parecer, la falta de separación clara entre grupos étnicos es la responsable.

“Son áreas más propensas al conflicto debido a que amenazan las comunidades de alrededor en el sentido de que fomentan las ambigüedades dentro de la comunidad”, añade Legewie. Podría pensarse de ello que la diversidad es la culpable de este tipo de problemas, pero el investigador lo descarta rotundamente: “No es la diversidad la que afecta a la convivencia, como sugieren estudios previos, sólo sucede en áreas muy particulares entre comunidades homógeneas.

¿Cómo definir estas difusas fronteras entre vecindarios? El equipo de Legewie utilizó algoritmos que ya se usan en otros campos científicos como la visión artificial y el procesamiento de imágenes. Se trata de una tecnología que ya emplean los coches automáticos para detectar los límites de los objetos para evitar accidentes.

Estos algoritmos fueron capaz de analizar el big data tras casi 8 millones de llamadas al 311 registradas y geolocalizadas entre 2009 y 2013. Este número se emplea en los Estados Unidos y Canadá para ponerse en contacto con los servicios municipales de cara a actuaciones que no sean de emergencia. Por ejemplo quejas por ruido, coches mal aparcados o semáforos estropeados.

Un 26% más de quejas

“Las llamadas al 311 dan una perspectiva única sobre pequeños conflictos diarios e indican que estas tensiones no se arreglan de forma educada”, comenta Legewie. De cara al estudio las “tensiones” analizadas se basaron en quejas por ruido, aparcamientos bloqueados y alquileres ilegales.

Gracias a los algoritmos se analizó el censo de Nueva York para establecer límites, aparentemente difusos, entre zonas racialmente homogéneas. Justo donde más problemas vecinales se registraban, con un aumento de las quejas del 26%. Por el contrario, en aquellos vecindarios sin fronteras, cuyos barrios de alrededor tenían una composición étnica similar, las probabilidades de conflictos disminuían.

Legewie subraya el interés que supone estudiar las relaciones sociales desde un punto de vista matemático. Gracias a un algoritmo aplicado a una función distinta de la original y al big data telefónico sería posible mejorar la convivencia en el futuro. Sobre la posibilidad de predecir momentos y lugares de tensión, el investigador admite que no han trabajado todavía en esa dirección, pero sí que pretenden resolver otras preguntas como si en estas fronteras se provocan más crímenes o quién se muda más hacia estas zonas.

El vecino al que le gusta escuchar música hasta altas horas de la madrugada, el que monta fiestas cada fin de semana… La convivencia no siempre resulta sencilla y en ocasiones un coche mal aparcado o un botellón en la calle se salda con una llamada a las autoridades. ¿Es posible saber dónde y cuándo tendrán lugar estos conflictos? Un grupo de investigadores así lo afirma, gracias a un estudio en el que se ha aprovechado el big data de millones de llamadas a los servicios municipales.

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