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Cómo Disney aprovecha el 'big data' para ahorrarte colas en sus parques
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MagicBand permite planificar el recorrido

Cómo Disney aprovecha el 'big data' para ahorrarte colas en sus parques

El rey del entretenimiento ha comenzado a implementar pulseras inteligentes con el objetivo de mejorar el servicio a sus clientes y optimizar las visitas

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“Desde este punto quedan 90 minutos de cola”. Así, sin anestesia. Los carteles ubicados en ciertas atracciones de los parques temáticos tienen el detalle de prevenir al cliente que se enfrenta a no menos de hora y media de cola bajo un sol de justicia. Eso o bien optar por los conocidos FastPass o pagar más por los pases VIP. Es un problema para el cliente que se ha dejado un buen pico en la entrada y ve que las colas limitan su experiencia, pero también para la empresa que lo gestiona, que contempla impotente como el libre albedrío del ser humano colapsa algunas atracciones, mientras que otras están infrautilizadas.

Disney, el gigante mundial del entretenimiento por excelencia, ha optado por la tecnología no sólo para minimizar las colas y optimizar los recursos, sino también para adelantarse a los movimientos de sus clientes. Y todo gracias a la MagicBand.

Esta pulsera vio la luz de forma experimental en 2013 en el parque de la compañía ubicado en Orlando. Lo que comenzó como un proyecto piloto ha adquirido ya grandes dimensiones, ya que la firma lleva invertidos la friolera de 80 millones de dólares, según podemos leer en ThemeParkTourist.

¿En qué consiste exactamente? La MagicBand es una pulsera inteligente que se conecta inalámbricamente tanto a los accesos a las atracciones y negocios como al móvil. A los primeros lo hace mediante RFID, mientras que al segundo utilizando Bluetooth. El usuario de esta pulsera se olvida de llevar el dinero y las entradas encima, y de hecho, dentro de las instalaciones únicamente necesitará acercar el dispositivo a los lectores, incluso para pedir una comida o bebida. El objetivo es liberar al cliente de toda carga y que se centre en el disfrute.

La MagicBand es una pulsera inteligente que se conecta inalámbricamente tanto a los accesos a las atracciones y negocios como al móvil

Lo principal es acabar con la estampa de familias agotadas con niños pequeños en colas interminables y la frustración de tener que volver al hotel con una sola vuelta a nuestras espaldas en la atracción estrella. Pero esta sería la lectura más simplista del proyecto.

En realidad, todo nace desde el momento en el que el usuario planifica su visita (incluso con meses de antelación), en MyDisneyExperience.com El objetivo del mega proyecto del gigante estadounidense es acabar con los desplazamientos erráticos de sus clientes dentro del parque.

El habitual grito de “¿nos montamos ahora en…?”, hace que familias enteras vayan de una atracción a otra atascando las intersecciones, colapsando las principales atracciones, y como hemos apuntado al inicio, frustrando a los clientes que finalmente optan por escoger otro destino de ocio. La única manera de acabar con el caos es poniendo orden, y con el orden la explotación de los recursos es óptima.

El sistema es de uso voluntario y únicamente disponible por el momento en Disney World. Como apuntamos, la familia planifica con antelación su recorrido en el parque desde el citado portal, reservando sus FastPass+. Una vez dentro del parque la app, en comunicación permanente con la pulsera irá alertando de la siguiente atracción, y entre ellas, el cliente podrá comer o beber pagando de forma inalámbrica, ya que la pulsera ha sido vinculada con una tarjeta de crédito.

Ya el simple hecho de ahorrar colas y poder dejar la cartera en el hotel, compensa utilizar la pulsera, pero desde el punto de vista del usuario, el parque desea también que nos olvidemos de sacar fotos: desde la aplicación o a través de nuestra cuenta en la web, el cliente podrá adquirir las fotografías automáticas que se sacan en las atracciones y descargarlas al disco duro. Genial ¿verdad?

'Big Data' en un mundo mágico

Pues esto no es nada. El verdadero filón del sistema por el que Disney lleva invertido semejante dineral se encuentra en el big data: el gigante del ocio conoce con antelación las visitas al parque, pero dentro de este recopila los movimientos exactos del cliente y su comportamiento. De esta manera es capaz no sólo de prever los flujos de tráfico, sino de conocer las tendencias de uso en tiempo real: a qué hora come el usuario varón de tal edad, qué atracción despierta más interés según la meteorología.

Imaginen el volumen de información acumulada y el rendimiento que se puede obtener del mismo. ¿La privacidad? El gigante se cura en salud publicando abiertamente las condiciones de uso y lo que hace con los datos, y facilita la baja instantánea del sistema en el caso de que el cliente lo solicite. Una inversión millonaria para un negocio millonario en el que además la empresa podrá acercarse todavía más al cliente ofreciendo ofertas a la justa medida de sus hábitos. ¿Cuándo se extenderá a otros parques y al de París, el más cercano? Todavía no hay fechas concretas, pero dado el éxito cosechado en Orlando (se ha incrementado el número de usuarios del parque en 5.000), parece lógico que su despliegue no tardará demasiado.

“Desde este punto quedan 90 minutos de cola”. Así, sin anestesia. Los carteles ubicados en ciertas atracciones de los parques temáticos tienen el detalle de prevenir al cliente que se enfrenta a no menos de hora y media de cola bajo un sol de justicia. Eso o bien optar por los conocidos FastPass o pagar más por los pases VIP. Es un problema para el cliente que se ha dejado un buen pico en la entrada y ve que las colas limitan su experiencia, pero también para la empresa que lo gestiona, que contempla impotente como el libre albedrío del ser humano colapsa algunas atracciones, mientras que otras están infrautilizadas.

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